Stephen

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Bilbo fue atrapado en las escaleras por su padre que le arrebató el libro con el que cubría su rostro y formó una mueca

-¿Qué es eso?- preguntó refiriéndose al rasguño en el rostro de su hijo

-Nada. Tuve un pequeño accidente, es todo

-¿Y se te ocurrió ser torpe justamente hoy?

Bilbo bajó la mirada con pena. Había olvidado que esa noche era la cena familiar que su padre esperaba con ansias y debía verse presentable. Stephen lo llevó hasta el baño familiar y se encargó de desinfectar y cubrir la herida, planeaba poner maquillaje pero Bilbo insistió en usar una bandita que lo haría ver mas genial ante su primo.

Luego de pedirle a su hijo que se cambie de ropa, Stephen fue a la cocina para ver a Everett. Su esposo terminaba de cubrir la comida con trapos de cocina para que mantuviera el calor hasta servirla, se limpió las manos al terminar y suspiró satisfecho.

-Es un gran trabajo- Stephen se acercó por detras y lo abrazó a la altura de la cintura, pudiendo sentir el fuerte abdomen del agente a través de su camisa

-Es lo mejor que puedo hacer-. Everett volteó para ver a su esposo,- ¿Supiste las noticias? Rosie ya nació

Stephen se alejó y cubrió su boca con asombro

-¿Ella vendrá?

-Así es

El mas alto formó una sonrisa de burla seguida de una risa. Esperaba ansioso ver a su hermano cuidar de un bebé propio. Bilbo apareció en la cocina enseñando el saco rojo oscuro que se había puesto sobre una camisa y la floja corbata verde que colgaba de su cuello. Stephen se llevó una mano al rostro y soltó un suspiro, Everett se acercó a su hijo y ajustó el accesorio

-¿Tengo que llevar esto?- preguntó el chico manteniendo su cabeza en alto mientras su papá acomodaba el vestuario

-Si quieres complacer a tu padre, si

-Es noche de viernes, debería estar leyendo en mi cuarto. No en una aburrida ce..-

El chico calló cuando vio el semblante serio de Everett mirándolo fijo. Una vez listo, dejó la cocina sin decir nada mas y Everett volvió a enfrentar a su esposo

-¿Estas listo?

-Siempre lo estoy

Al acabar de decir eso, se escuchó el timbre y los pasos de Bilbo hacia la puerta. La pareja fue hasta la sala donde vieron entrar a sus hermanos y dos personitas mas, Bilbo abrazó a Hamish y ambos se abalanzaron sobre John para ver a la bebé en sus brazos.

Everett saludó a su cuñado con un apretón de manos y los hermanos se regalaron miradas desinteresadas. El agente se acercó a su propio hermano y le dijo a los niños que saluden a sus tíos para poder hablar con John. Rosie se veía feliz de verlo, luego confusa por el gran parecido entre ambos y finalmente hizo una mueca de tristeza que acabaría en llanto si no se calmaba. Le dieron permiso a los niños de cargarla si se quedaban sentados en el sofá y se la entregaron.

-Es una niña muy linda- comentó el mayor viendo como su hijo dejaba a la bebé babear su corbata

-Si que lo es. Sherlock y yo estamos muy felices

-¿Cómo lo esta llevando?

-No interactúan mucho, mayormente porque Rosie tira de sus rizos cuando la carga, pero él suele darle conciertos privados de violin para heredarle el gusto

-Hay que valorar su esfuerzo

-¿Y cómo está Bilbo?

-Le va bien en la escuela y es un buen chico. Creo que lo hacemos bien

-¿Te es difícil mantener la relación?

-¿Con él? No. Me las arreglo para ir a buscarlo y cambiamos horarios con Stephen para pasar la misma cantidad de tiempo juntos

En el sofá los chicos jugaban con Rosie haciendo muecas graciosas y moviendo sus pequeñas manitas mientras fingían una aguda vocecita. Detras de ellos, los Holmes originales los veían sin saber como hacían para relacionarse con la bebé sin hacerla llorar o provocarle disgusto. En un momento en el que Bilbo alzó en el aire a la pequeña, ella divisó a Stephen y estiró sus brazitos hacia él. Su tio la tomó en brazos sin saber que mas hacer y solo comenzó a mecerla suavemente

-¿Haces esto todos los días?- preguntó a su hermano que observaba con diversión la escena

-John hace la mayor parte. Yo me encargó de su educación

-Parece que tendremos una pequeña genio

Sherlock se mostró confuso ante el sorpresivo halago que indirectamente le dio su hermano. Rosie, al igual que antes, vio a su padre desde los brazos de su tio y se asustó creyendo que estaba con un extraño. Sus parejas voltearon a verlos cuando escucharon el llanto de la bebé, Stephen la estaba meciendo con la esperanza de calmarla y Sherlock revisaba sus bolsillos en busca de su chupón o algún juguete. Everett no estaba acostumbrado a los llantos de infantes, caminó con rabia hasta su esposo y tomó a la bebé, ésta se calmó al instante y acabó dormida en su pecho

-Ustedes tienen un don para los niños- comentó Stephen en lo que acomodaba a su saco

-Se llama autocontrol- dijo Everett viéndolo de reojo

Rosie fue dejada en el cuarto de la pareja rodeada de almohadones, los chicos se fueron al cuarto de Bilbo y los cuatro adultos se sentaron en la sala.
Los pares de hermanos enfrentados pero las parejas cambiadas, mala idea al ver que a Sherlock realmente no le agradaba Everett y el agente no soportaba mucho la irritante personalidad del detective. John y Stephen en cambio se llevaban bastante bien, habiendo sido compañeros de trabajo podían hablar con mas libertad, lo que molestó al de rizos y acabó sentándose en medio de ellos. Las charlas acabaron cruzadas y la noche familiar comenzó con esas dos familias.

Te llevo a cuestas (Freebatch Crossover - Segundo Libro)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora