Arthur

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Al contrario de lo que se esperaba, no era Khan quien esperaba pacientemente a que Arthur acabara su trabajo, viendo al pelirrojo perderse y reaparecer entre los estantes de libros. Rory estaba apoyado en el mostrador revisando una agenda, de vez en cuando alzaba la vista e intercambiaba palabras con Arthur que aparecía de repente detras de un librero y luego desaparecía. También formó una agradable conversación con Ford, quien entraba y salía de la bodega con libros nuevos que entregaba a Marvin para acomodar, el pequeño de lentes estaba rodeado de cajas sin saber por donde empezar ni como hacer con los estantes mas altos.

Arthur finalmente se dio un descanso y se sentó sobre el mostrador, quedando a la altura de Rory

-Me alegra que hayas venido

-Ayer la pasamos bien y creí que no sería malo repetirlo- Rory dejó la agenda donde la había encontrado y sacó una tarjeta de su saco que entregó a Arthur

-¿Y esto?

-Me lo dieron en la calle. Al parecer es la inauguración de una pastelería y habrá precios muy bajos para atraer clientes. ¿Qué dices?

El pelirrojo bajó la mirada a su estomago, no dejaba de pensar en lo que le dijo Khan sobre su consumo excesivo. Torció los labios en una mueca de duda y soltó un suspiro

-No debería

-¿Tienes mas trabajo?

-Claro que no-. Ford apareció detras de ellos con una sonrisa y posó sus manos en cada hombre,- Arthur tiene todo el día libre

-Ford, no quisiera..

-No es molestia. Vayan a divertirse

El alegre hombre los empujó fuera de la librería y los despidió con la mano y una gran sonrisa. Rory puso las manos en sus bolsillos y comenzó a caminar

-¿A dónde vas?

-Ya que no tienes nada que hacer, deberíamos apresurarnos a la inauguración si queremos encontrar sitio

Arthur le siguió el paso, ya no podía negarse. Cuando llegaron, había una larga fila de personas saliendo de la pastelería y ellos se pusieron al final

-El edificio se ve grande, espero que queden mesas- Arthur vio como salía una pareja cargando una gran caja que seguramente tenía un pastel, -O comida

-Nos la arreglaremos

-¿Ah,si?

-Mi padre tiene un libro de comidas... exóticas. Puedo preparar uno de los postres en el si no conseguimos algo

Arthur miró atentamente a Rory. Llevaba un gracioso gorro de lana, una bufanda y una chaqueta, todo lo quedaba bien porque era alto y delgado. Bajó la mirada y se contempló a sí mismo, bajito, regordete y encima pelirrojo, sentía que no podía llegar a verse bien. Sin darse cuenta, mantuvo la cabeza gacha y las manos ocultas dentro de las mangas de su abrigo todo el tiempo hasta que entraron al lugar.

Un acogedor sitio pintado en tonos crema y alumbrado por luz calida, los estantes en las paredes tenían tiras de luces en los bordes para darles un toque especial y los frascos gordos llenos de dulces coloridos que se exponían en el mostrador completaban la decoración provocando una sensación de alegría. Arthur amó ese lugar desde aquel instante. Estaba tan distraído admirando los colores que no escuchó el llamado de su compañero y éste tuvo que tomarlo de la mano para que no se alejara. Desde la fila, Rory intentaba decir que ordenaría antes de que llegara su turno, sin ser consciente de que seguía tomado de la mano con un avergonzado pelirrojo.
Finalmente fue su turno, Arthur pidió una copa de helado junto a un trozo de pastel de chocolate y una taza de té, Rory fue por una porción de pie de moras y un café. Tomaron asiento en una de las ultimas mesas que quedaban libres, por suerte fue una cerca de la ventana con pequeños sofas enfrentados, y allí esperaron sus pedidos.

-Esto es increible. Es totalmente maravilloso

-Ciertamente lo es. Me alegra haber escogido este sitio

Una vez llegadas sus ordenes, Arthur dio un bocado a su helado y un brillo pareció posarse en sus ojos.

-Delicioso. ¿Quieres probar?

-No, gracias

El pelirrojo acabó el postre con una rapidez impresionante y siguió, mas calmado, con la torta y el té disfrutando como si fuera una merienda.

-Deberías comer mas despacio

Ese comentario lo tomó de imprevisto, abandonó la cuchara y se dedicó a beber de su té, creyendo al final que Khan tenía razón. Pero Rory dio un sorbo a su café y prosiguió

-Podrías atorarte y sería peligroso. Ademas de que tendrías un gran dolor de estómago

-Entonces...

Rory pinchó un trozo de su pie y lo alzó

-¿Quiere probar?

El pelirrojo asintió y estiró la mano para tomar el tenedor, pero ese no era el plan. Antes de que su mano cruzara la mesa, Rory se había inclinado hacia adelante y le había dado de comer él mismo. Arthur ignoró este acto en cuanto el postre tocó su paladar, era sumamente delicioso. Apretó sus mejillas con alegría y siguió consumiendo trozos dulces tras otro hasta acabar todo lo de la mesa, incluyendo las bebidas. El mas bajo se apoyó en el acolchonado respaldo y suspiró

-Todo un manjar. Es la mejor merienda que he tenido

-Lo mismo digo. Supongo que ya no tengo que preparar un postre yo mismo

-No estés tan seguro

Rory alzó una ceja intrigado. Arthur se apoyó sobre la mesa recordando un evento importante

-Esta noche tengo una cena familiar y sería bueno llevar algo para compartir

-¿Quieres que cocine para ti?

-Si. ¿Te parece bien?

-Por supuesto. Podemos ir a mi casa

-¡Bien! Debemos apresurarnos

Cada uno se pagó lo que consumió, Arthur se sintió mas adulto al pagar por primera vez con su propio sueldo.
Pidieron un taxi e hicieron un largo viaje hasta un barrio tranquilo, Rory caminó hasta una pequeña casa con puerta azul en la esquina de la calle. Buscó las llaves, las había olvidado, golpeó varias veces hasta que un hombre mas joven y con cabello alborotado abrió y sonrió al verlos.

-¿Es tu nuevo novio?

-Callate,Daniel

Ingresaron al pequeño pero acogedor departamento, Arthur vio latas de cerveza cubrir toda la superficie de una mesa y dos camas desordenadas. En una de ellas había un osito de peluche que llamó su atención

-Es de Rory- Detras suyo estaba el hombre que le abrió,- es un sentimental sin limites

Arthur sonrió con ternura. Entonces una duda asaltó su mente

-¿Tú eres..?

-Dan

-¿Eres el compañero de Rory?

-Puedes ponerlo así

Rory apareció en el cuarto y golpeó la cabeza de Dan con un libro.

-No lo molestes. Dan es mi hermano, Arthur

Dan se retiró con una sonrisa a la cocina. El mas alto le entregó al pelirrojo el libro que traía con algo de pena

-¿Cocina...Erótica?

-Es de mi padre. Dios, esto es estúpido. Olvidemos la idea

-¿Esto es lo que querías hacer?

-Solo haría lo esencial del postre, olvida los detalles... exóticos

-Entonces esta bien

-¿En... En serio? ¿Estas seguro?

-Si. Será divertido

Con eso dicho, ambos se pusieron a trabajar bajo la mirada de Daniel que mas tarde se sumó a ellos por aburrimiento. Arthur pasó una agradable tarde con esos chicos e ignoró su teléfono todo el tiempo que estuvo allí. Las llamadas perdidas eran de una sola persona, una a la que no era conveniente ignorar.

Te llevo a cuestas (Freebatch Crossover - Segundo Libro)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora