John

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Inmediatamente John le quitó la corbata y abrió su camisa para permitirle respirar mejor, Stephen revisó sus ojos y el pulso. Arthur, aunque fue el primero en acudir, se alejó para estar con los menores. Sherlock evitó acercarse para no molestar a su esposo a pesar de que la intriga lo carcomía, pero tampoco se acercó a su hijo.
Junto con Stephen cargaron a Everett al auto del mas alto en los asientos traseros. John se quedó con él para ir regulando su respiración y pulso, Stephen se encargó de conducir. Los demas tomaron prestado el auto del agente para seguirlos ya que ninguno quería quedarse en la casa a esperar noticias. Khan y Sherlock iban en los asientos delanteros, el profesor al volante, mientras que Arthur acompañaba a los niños y cargaba a Rosie, Bilbo estaba abrazando sus piernas mirando al suelo y Hamish estaba recostado contra el brazo del pelirrojo, el auto iba en total silencio.

Al llegar al hospital Stephen exigió que lo atendieran de urgencia, logró su cometido pero el unico que pudo ingresar con él fue John. El doctor dio su registro de lo que había visto y como auxilió a su hermano, luego de eso permitió que le hicieran pruebas mientras hablaba con los demas. Cuando estuvo cerca de la sala de espera Stephen se abalanzó con preguntas hacia él, intentó responder al mismo tiempo que trataba de calmarlo. Al fondo del panorama, pudo ver a Arthur y Khan cuidando de la pequeña Rosie, Bilbo estaba en un sillón que compartía con su padre y Hamish estaba sólo en una silla. John se disculpó con Stephen y se acercó a su hijo

-¿Estas bien?

-¿Qué le pasa al tío Everett?

-Nada malo. Seguramente estaba cansado. ¿Dónde esta tu padre?

El niño señaló a través de la sala. Mas alejado estaba Sherlock mirando por la gran ventana que permitía admirar la ciudad. John se acercó a él y le dio una mirada que el detective interpretó como molestia

-¿No te dejaron atenderlo?

-Si,si me dejaron atenderlo. ¿Qué haces aquí?

-Miro por la ventana

-¿Por qué no estas con Hamish?

Sherlock tensó los hombros y regresó su vista a su reflejo casi invisible. Un miedo que tenía el detective era la comunicación con sus hijos, para él era difícil sentir empatía y por lo tanto lástima, no sabía tratar con personas delicadas emocionalmente y eso lo alejaba de los niños. No quería decir algo inapropiado que preocupara a Hamish y evitaba contacto con la bebé por temor a entrar en panico si comenzaba a llorar. Por esa razón la bebé estaba en brazos de su tío y el niño sólo, pero nada de esto lo sabía John, quien esperaba pacientemente una respuesta a su pregunta. Sherlock fijó su mirada en un punto mas allá del cristal y pensó en una acción evasiva como autodefensa

-Creí que estaba con Artie, no vi caundo se alejó de ellos

John no se molestó en corregirlo. Negó en silencio y regresó con su hijo

-¿Necesitas algo?

-Me gustaría dar un paseo

-Claro. No te alejes demasiado

-Conozco el número de habitación

Hamish bajó de la silla y se alejó por el pasillo, en el bolsillo de sus pantalones movía el poco dinero que siempre tenía a mano. Se fue por un pasillo a curiosear todo lo que alcanzaba a ver, pacientes enfermos, fracturas, vendajes, doctores como su papá y la señorita Molly. Todo lo que veía lo dejaba fascinado, pero nada superó la sorpresa que le provocó el ver a Rosie sentada en el sector de comidas. La niña también lo vio y lo invitó a acercarse, él aceptó con gusto. Se sentó con ella a la mesa, la acompañaba su padre

-Hamish, que sorpresa verte aquí- dijo amablemente el hombre

-¿Por qué vienes?- preguntó la niña

Hamish se quedó viendo como su lacio cabello caía graciosamente a los lados de su rostro a pesar de tener una banda rosada sobre la cabeza sosteniéndolo. Cuando se percató de ello acomodó el moño de corbata que traía y cambió su punto de enfoque a la cena de ella, un sandwich.

-Mi tío se desmayó

Eso era todo. Se sentía tonto pero no sabía nada mas de su condición

-Espero que se mejore

-¿Por qué estas tú aquí?

La niña miró a su padre, Andy corrió el cuello de su camisa dejando ver unas manchas amarillas en su cuello

-Tengo que revisar estas

Hamish observó al hombre. Parecía ser una buena persona, un buen padre. Su apariencia le recordaba a su papá, ambos bronceados con cabello corto, robustos y de baja altura. Sonrió inconscientemente y de repente se sintió mas cómodo, hasta que alguien tocó su hombro y lo tomó por sorpresa

-Hamish, gracias a Dios que te encuentro. ¿Dónde estan tus padres?

Su tío Oliver lucía agitado, debió haber llegado corriendo. Se despidió sin ganas de Rosie y su padre y guió a su tío por el camino de vuelta.

-Tio Oliver

-¿Si?

Hamish se detuvo en el pasillo así como el mayor, Oliver se agachó para verle el rostro

-¿Me cargarías en tus hombros, por favor?

-Si claro

Hamish sacó su dinero y se lo entregó

-Y compra dulces en la maquina expendedora

-Cómo digas, joven amo

Alzó al pequeño y lo sentó sobre sus hombros. Le consiguió una patatas y regresaron con los demas, John se alivió de verlo junto a su hijo. Hamish fue con Bilbo a ofrecerle patatas mientras los hermanos hablaban

-¿Dónde estabas? ¿Por qué estas tan atrasado? ¿Y dónde esta Julian?

-Tranquilo. No importa donde estuve, pasé a tomar algo en un bar y se me fue la hora y no he visto a Julian en todo el día-. John soltó un suspiro, al parecer estaba bien. -Ahora lo importante, ¿cómo está Everett?

-Estable pero no sabemos que sucedió. Sus signos estan bien y lucía tranquilo en la cena

Por sobre su hombro vio acercarse a un doctor y todos prestaron atención

-Dr. Watson

-¿Si? ¿Qué sucede?

-¿Podría hablar con usted un momento?

John se alejó, lo vieron intercambiar palabras con el medico y luego este se fue. Stephen se acercó a él enseguida

-¿Y bien?

-Tengo que hablar con Everett. Podrás verlo en unos minutos

John fue hasta la habitación de su hermano y entró, Everett estaba semi acostado  y con expresión molesta

-Everett

-John. No se que me pasó, estaba bien en la casa

El menor se acercó y lo inspeccionó con la mirada. El agente lo miró confundido

-¿Tomas algún medicamento?

-¿Disculpa?

-Everett, ¿tomas algún medicamento?

El agente frunció aun mas el ceño, John clavó la mirada en su hermano. Luego de unos segundos cedió y bajó la vista

-Píldoras para el estrés

John soltó aire por la nariz y negó en desaprobación, puso una mano en el hombro de su hermano para mostrar apoyo pero estaba devastado. ¿Por qué las drogas seguían lastimando a sus seres queridos?

Te llevo a cuestas (Freebatch Crossover - Segundo Libro)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora