Te llevo a cuestas (Freebatch Crossover - Segundo Libro)

Smaug

No lo creía. ¿Cuantas veces se lo dijo ya? Se acercó rapido a ellos y detuvo el puño que iba dirigido hacia el chico de cabellos alborotados.

-Ya te lo dije,Dixon. Bolsón es mío

El chico vestido de negro formó una espeluznante sonrisa y se apartó con las manos alzadas. Smaug le echó una mirada a Bilbo y éste se alejó de allí. El otro chico soltó una carcajada y cruzó los brazos

-Creí que ya lo habías dejado

-¿Por qué abandonaría tal tesoro?

-Porque vi como lo empujaste el otro día. Parecía haberte cabreado

-Fue solo un dezlis, él sigo siendo mío

-Hablando de deslices

Un chico rubio bajito se acercó a ellos con una sonrisa

-Miren lo que tengo

Abrió una revista verticalmente para enseñarles la foto de una modelo en traje de baño. Fue abrazado del cuello por el chico de negro que refregó los nudillos en su cabeza

-Ay,mi querido y tonto John. ¿Cuando entrará en esa pervertida cabeza tuya que Smaug solo está interesado en pitufos y no pitufinas?

-¡L-Lo siento! ¡Ya déjame, Hector!

Smaug rodó los ojos y comenzó a caminar, los otros dos lo siguieron de cerca. Hector con las manos en los bolsillos y John mirando la revista. Los hermanos Dixon, John y Hector, se unieron a él hace un año cuando Smaug los detuvo de casi dejar sin dientes a un estudiante solo por quitarle la revista al menor de ellos. Pero luego de eso el pelinegro le quitó su dinero, no lo iba a dejar ir sin una recompensa.

-Entonces, ¿tenemos un plan?- preguntó el mayor de los hermanos

-Deshacernos de cierto príncipe

-Oh,si. El del bosque, ¿cierto?- preguntó John alzando la vista de las hojas

-Si. Hay que mantener la distancia entre él y Bolson

-Puedo encargarme de eso. Solo dime donde vive y lo haré desaparecer

Hector hizo sonar sus nudillos y sonrió ampliamente.

-No, a quien necesito es a John

Los hermanos dejaron de caminar

-¿A mí?

-¿A él?

-Conoces a todas las chicas del instituto. Quiero que consigas una a la que Encantador no pueda resistirse, así estará ocupado con ella y dejará a Bolson en paz

-Dejame recordarte, lagartija, que tengo al genio de cuarto año comiendo de mi mano, y Peter Guilliam es un gran trofeo. Olvida al calienta pavas de mi hermano, yo puedo ayudarte a ganar al hobbit

Smaug lo pensó. Si realmente quería ganar la guerra entonces tomaría todas las precauciones necesarias. Porque todo príncipe tiene un ejercito, pero los dragones generalmente luchan solos.

-John,busca a esa chica. Hector, serás mi hombre de apoyo

-Bien dicho. Cuando acabe contigo serás fuego, serás muerte. Bolson caerá a tus pies como un cadáver. Y créeme, mis padres son expertos en esos. Hacen muchos

Hector miró en dirección a un salón y agrandó su sonrisa

-Te acechan. Ve por él, dragón

Smaug abandonó a sus compañeros para ir hacia donde estaba Bilbo junto a sus amigos, el enano, el matemático de ultimo año y ahora una chica. Lo tomó del brazo y, bajo los gritos de Thorin, lo apartó del grupo y se lo llevó lejos.

-Tenemos que hablar

-Creí que habíamos acabado el trabajo del libro- Bilbo por primera vez se escuchaba indiferente

-No es por eso. Quiero disculparme por el rasguño

-Oh,no importa. Ya no duele

-Y lo que dije no iba en serio

Al menor le brillaron los ojos y sonrió

-¿Entonces seremos amigos?

Smaug golpeó la pared detrás de Bilbo y se inclinó para acercarse a su rostro

-No quiero ser tu amigo,Bolson. Tú eres mío

-En..Entonces yo tenía razón. T-Te gusto

-Error. Me perteneces. Por eso haré lo que sea para mantenerte a mi lado

Bilbo frunció el ceño

-¿Desde cuando tengo dueño?

-Desde que te metiste en mi cabeza y no puedo dormir por pensar en ti

Las mejillas del menor se pusieron rojas. Smaug se alejó de su rostro, se quitó la bufanda que siempre portaba y la colgó alrededor del cuello de Bilbo

-Que eso te recuerde esta conversación

Con eso dicho,se fue. Las clases finalizaron, el viento del aquel frío día le dio de lleno en la cara al salir de la escuela. No estaba acostumbrado a tener el cuello descubierto asi que subió las solapas de su saco y se apresuró a entrar al auto negro que lo esperaba en la calle para regresar a su casa.