Vaya, ¿siguen aquí después de ese final? Siento que es mi deber preguntarles: En una escala de 1 a 10, ¿cómo calificarían su dolor?
Personalmente, he escrito y releído esta escena un millar de veces y el mío se acerca mucho al... 15.
En fin, vamos a lo importante.
¿Me creerían si les digo que escribir los agradecimientos es mucho más difícil que una historia entera?
Vamos a ver qué sale.
Primero que nada quiero agradecerles a todas y cada una de ustedes por darles una oportunidad a Gaia y a Gideon. Estoy asumiendo que, si llegaron a este punto, se tomaron la molestia de leer su historia de principio a fin.
Gracias por enamorarse del Gideon impulsivo pero considerado que vimos a lo largo de la historia, por defender a Gaia, por odiar a los Silvestri siempre que se comportaban como idiotas y por escribirme sus opiniones en los comentarios.
Gracias a todas las que votaron, a las que recomendaron la historia y también, ¿por qué no?, a todas las que fueron lectoras fantasma. Les debo muchísimo. Ustedes han hecho que esta historia se haga cada vez más conocida.
Me encantaría tener la oportunidad de retribuirles todo lo que hacen por mí todos los días.
Sin ustedes, nada de esto hubiera sido posible.
Como ustedes saben, pasará un tiempo hasta que tengamos la segunda entrega, y es por eso que voy a dejar que elijan lo que desean que les traiga como compensación:
Una escena extra de este libro, tal vez del lado oscuro de Gideon.
O un adelanto del próximo libro para que puedan ir saboreándolo.
Les mando un abrazo del tamaño del mundo, un beso todavía más grande, una pequeña disculpa por todo el sufrimiento causado y espero leerlas por aquí muy pronto.
Pd: Si deciden sacarse el regusto amargo después de ese final, no duden en pasarse por mi otra historia (un poco de auto-spam no le hace mal a nadie 😉)
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Traición
AcţiuneGaia Vitali sólo tenía seis años cuando sus padres la abandonaron en el bosque. Esperaban que muriera y así deshacerse de ella, pero nunca pensaron que la mafia de Calgary la encontraría y salvaría su vida. Han pasado dieciocho años y ella aún luch...