Capítulo: 34 "Cacería"

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México, hace 10 años

El señor fue con Samuel al lugar citado por su hermano menor, en una hora sería la esperada cacería, muchos habían comprado a sus presas durante la subasta, desde ayer fueron atendidos los competidores para que tuvieran un buen desempeño en la arena.

Fueron alimentados con barras energéticas e hidratados lo suficientes, luego los obligaron a dormir, dándoles pastillas para relajarse.

Los clientes compraron a su presa favorita, eligiendo a los que parecían poderles darle más pelea, para algunos esta era su primera vez, aunque para la mayoría ya habían participado en estos eventos con otras organizaciones.

Ying y WanYin fueron llevados a una habitación aparte por órdenes del Señor, quien era el sobrino del hombre que los compró y los salvó de las garras de todos esos pervertidos.

La habitación era lujosa y limpia, en la cama había dos conjuntos de ropa de su talla y dos pares de tenis a sus medidas, una bella mujer entró con una amable sonrisa, portaba un informe pegado a su cuerpo, casi una segunda piel, revelando sus curvas y dejando volar a la imaginación a cualquiera que la viera, detrás de ella, venían dos personas conocidas, al verse de inmediato se lanzaron a sus brazos de los contrarios.

-¡María! ¡Qinghua! – Gritaron con una radiante sonrisa, los mencionados corrieron hacia ellos y se abrazaron en un fuerte abrazo, la mujer sonrió con sinceridad al ver la bonita escena.

-Disculpen, el Señor solicitó que ustedes dos se duchen y se vistan, en unos minutos regresaré con comida y algunas botanas, los menores no creían lo que estaban oyendo ¿al ser comprados por el tío del Señor ahora pertenecían a esa familia? Ya sea un sí o no uno, el dolor y la molestia era notoria en sus rostros, tenían miedo de lo que sería de ellos, por ahora volvieron ver a Qinghua y a María, solo faltaba Cintya y Axel.

Después de explicar todo lo que habían pasado, la mayor asintió preocupada, no sabía que tenían en mente esas personas, no eran normales, temían que algo les hicieran, María fue llevada a una habitación con las otras jóvenes, las cuales ellas trabajarían en el burdel, sirviendo a los hombres y al establecimiento, al igual que Qinghua.

Los chicos fueron a bañarse, después de unos minutos, ambos salieron y se vistieron, los otros dos ya estaban aseados y vestidos con ropa cara y fina.

Al cuarto de una hora, la misma mujer ingresó a la habitación, retiró el seguro y abrió la puerta a paso veloz, los menores ya habían buscado una salida o un medio para comunicarse con el exterior, pero estaban encerrados, al ver a la mujer ingresar a la habitación con un carrito repleto de comida y bebidas todos sus pensamientos de empujarla y salir corriendo a ciegas por los pasillos hasta encontrar una salida se hicieron cenizas en un instante, pues no habían comido nada en tres días, además solo les daban pequeñas porciones de comida, solo para que sobrevivieran.

Por lo que gustosos comieron hasta que sus cachetes se abultaron por atiborrarse de los alimentos, carne, pan, pasta, crema, frutas y verduras, toda una comida completa, sin hablar del postre, una deliciosa y exquisita rebanada de un pastel de chocolate y frutos exóticos, ellos nunca antes en sus vidas habían probado tal semejante manjar o alimentos tan sofisticados que solo veían en las pancartas y letreros de los restaurantes lujosos y extremamente caros donde antes iban a pedir dinero.

Después de comer hasta sentir que no podían dar un bocado más se levantaron de la mesa, la mujer estuvo con ellos en completo silencio, al ver que habían terminado levantó los platos y partió con el carrito hacia la salida.

-¡Espere! – Gritó María mientras se dirigía hacia ella. - ¿Sabe lo que pasará con nosotros? – Preguntó con una expresión de tristeza y miedo.

PASIÓN, AMOR Y DESEODonde viven las historias. Descúbrelo ahora