Capítulo: 33 "Ducha"

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México, hace 10 años

El sol estaba brillando en el basto cielo, las nubes se encaminaban a su destino, dirigidas por las corrientes eólicas, era de mañana; hoy sería agitado para el bar Las Puertas del Infierno, ya que después de su inauguración con la tan esperada subasta, hoy sería el día de entretenimiento interactivo, en el cual la temática sería la CAZA, un evento que no se había realizado desde hace muchos años, desde los primeros en que fue estrenado en bar, en manos del abuelo del Señor y Rex.

Una llamada telefónica hizo despertar al joven que se removía adormilado, recio a despertar, la música rítmica y pegajosa se hizo más sonora, por lo que no tuvo de otra que contestar.

De mala gana recibió la llamada, pero al ver a su amado a su lado, en la cama y con marcas de sus salvajes besos que resaltaban en su piel, cual tatuajes de lo que ocurrió en la noche; una sonrisa se formó en sus labios, su humor mejoró bastante.

-¿Qué? – Preguntó cortante y con sus cejas arrugadas levemente.

-Soy yo, te recuerdo que debes estar aquí a la una, a las dos se dará comienzo a la cacería, además debo decirte sobre el castigo de nuestro tío, algo que tal vez sea de tu interés. – Mencionó Rex con una sonrisa sarcástica.

-Ok, te veo haya a la una. – Bostezó, ya las ganas de seguir durmieron se deshicieron.

-¡Espera! No me cuelgues. – Gritó el menor, el contrario intentó cortar la llamada, pero la voz de su hermano menor hizo que detuviera su acción.

-¿Ahora qué? – Preguntó con cierta molestia en su voz.

-¿Samuel está bien? No fuiste muy rudo con él ¿Cierto? Recuerda que su cuerpo es frágil y suele caer bajo ataques de ansiedad y depresión continuamente ... Quiero oír su voz. - Comentó con una voz impaciente en su voz, conocía a su hermano, pues ellos se criaron juntos, siempre apoyándose y cuidándose las espaldas, pero al tener ambos a la misma persona amada a veces suele tornarse un tanto complicado sobrellevar esa relación romántica.

Rex amaba desesperadamente a su tío y a su hermano, ellos eran los únicos ante sus ojos, ellos eran los más valioso que tenía, por lo que, si eran felices, él también lo era, sin embargo, él no era capaz de sobrepasarse con su adorado tío, su amor y respeto era mayor a sus instintos, pero su hermano no era así, su amor por Samuel rebasaba sus fuerzas de voluntad.

Por lo que al ver a su hermano desbastado aquella noche, estuvo de acuerdo en que lo poseyera, acordando siempre no restringirlo solo para él, sino que tenían que compartirlo, además tenía limites que no podía sobrepasarlos.

Con un bufido el mayor le paso el teléfono al bello durmiente, Samuel se despertó cansado y adolorido, su cuerpo se sentía de plomo, sus párpados estaban hinchados y pesados, sus labios rojizos y brillosos, su tez era un poco pálida. Con la voz ronca dijo un simple "hola".

-Buenos días tío, esperó que haya tenido una buena noche, desde que se fue un pude evitar pensar en usted, me sentí solo al no tenerlo entre mis brazos, por cierto; tengo algo interesante sobre su castigo al elegir a esos mocosos del orfanato en lugar de a nosotros. – El rostro del mayor se volvió más blanco que el papel, se levantó de inmediato, su sobrino mayor estudió sus expresiones, sus manos se cerraron en puños, incrustando sus uñas en sus palmas.

-Ellos no tienen nada que ver en esto. – Antes de que continuará con sus excusas, el celular le fue arrebatado en un rápido movimiento, el Señor salió del cuarto, aun conversando con su hermano, después de media hora regresó con una bandeja con el desayuno.

PASIÓN, AMOR Y DESEODonde viven las historias. Descúbrelo ahora