Extra 2

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Extra: 2 "Mil años llevas cautivo, porque en mil años he estado esperando la libertad"

La habitación era oscura y húmeda, no había luz alguna, como si todo rayo de calidez y esperanza fuera devorado por la inmensa oscuridad, absorbido por un hoyo negro que tragaba todo a su paso.

Tenía frío, sus músculos estaban rígidos y adormecidos, sus muñecas y tobillos estaba entumidos, ya no podía sentir nada acepción de una helades que se filtraba por sus huesos y un cansancio tan abrumador que le era casi imposible seguir respirando.

Ya no podía seguir sintiendo aquel dolor agonizante, aquel ardor y comezón se había atenuado, dejando paso a un agotamiento y frialdad aterradora, incluso podía pasar como reconfortante, un dulce alivio para su final.

Se encontraba en el piso lleno de moho, podía escuchar levemente el roer de las ratas comiendo su carne, los ligeros y diminutos pasos de las cucarachas recorriendo por su rostro, anteriormente había luchado para que no se le acercasen, pero ahora, era inútil, sin importancia, pues sabía que no sobreviviría.

Estuvo durante semanas encerrado en ese cuarto del Infierno, siendo torturado todo el tiempo, aunque estaba sufriendo dolorosas torturas y humillaciones, no se arrepentía de nada.

Incluso si debía pagar con su propia vida, no dudaría en darla a cambio.

En ese momento, un molestó chirrido resonó en las cuatro paredes, la luz iluminó cual velo cubriendo el cuerpo tendido en el suelo.

En el cual yacía, un hombre de mediana edad, estaba cubierto de suciedad y heridas, marcas de fuego, de armas punzocortantes, látigos, golpes y mordeduras, una de sus piernas estaba en una posición complicada, el hombre estaba recostado con la mejilla en el suelo, mientras que una de sus piernas estaba en una posición contraria, sin duda alguna, estaba rota, además el color era oscuro con manchas verdosas, y la piel se veía hinchada y humeda, parecía que estaba en descomposición, apunto de reventar; el hedor que había en la habitación, no se sabía si era originados por la gangrena extrema del hombre o los cadáveres agusanados y heces de rata que estaban esparcidos por todos lados.

El hombre tenía heridas infectadas, incluso las heridas abiertas tenían huevecillos de cucharas dentro, era una escena impactante de ver, cualquier persona vomitaría al instante en que se abriera la puerta.

Sonidos de pasos resonaron cada vez más fuertes, el hombre estaba seminconsciente, seguía respirando, pero su mente estaba en blanco, solo podía sentir el frío y el cansancio apoderándose de su cuerpo y alma.

-Ya me harté de estos trabajos tan sucios, se supone que ya subimos de nivel, ¿Por qué nos tocó lidiar con este bastardo? – Preguntó una voz juvenil pero sanguinaria.

-No es un infeliz cualquiera, es importante para el Señor. – Respondió otra voz juvenil, era seria y fría.

-Mmm, que fastidio tener que lidiar con esta porquería, me caga tener que seguir ordenes de estos estúpidos, se creen que son la puta cabeza del cartel cuando son unos míseros gatos que no dudaran en rellenarles la cabeza con plomo a cualquier pendejada que hagan. – Bufó el joven, tenía cabello negro, estaba amarrado en una coleta alta, era alto y delgado, su playera de manga larga era de un rojo brillante, destacando su piel pálida, el otro chico, era de la misma complexión que el contrario, solo que era un poco más grueso de hombros y cintura, tenía el cabello corto y oscuro, su mirada desprendía frialdad y soledad.

-Cállate, que debemos acabar estos lo más pronto posible, nuestro vuelo sale mañana en la mañana, pasado mañana tengo un jodido casting para una serie, así que cierra la boca y ponte a trabaja. – Comentó con frialdad mientras avanzaba con pasos firmes, sin importar si en el trayecto, pisaba el cuerpo moribundo del hombre.

Las ratas y cucarachas al ver movimiento cerca, corrieron, alejándose de su comida y hogar de carne y sangre en descomposición.

El hombre sacó una pistola de entre sus pantalones, y le apuntó en la cabeza, el joven de camisa roja solo se quedó allí mirando con los brazos cruzados, pues tenían que limpiar el desastre y deshacerse del cuerpo cuando esto terminase.

Al igual que su compañero, quería acabar esto lo antes posible, pues debían volver a los Ángeles mañana, no podía retrasarse, pues mañana en la noche tenía una cita con el chico que había conquistado su muerto corazón, aquel joven que lo cautivó con sus novelas e historias.

Siguiendo el mismo camino que el contrario, avanzó sin cuidado hasta llegar a la cabeza del hombre agonizante, con una sonrisa fría y amarga, se acuclilló, mientras decía con una voz indiferente.

-¡Ey! No tengo ni puta idea de quién eres, pero debiste haber hecho algo realmente jodido para ser castigo por el mismo Señor, así que el Señor te manda un mensaje; "Fuiste un malito hijo de puta, siendo fiel como un mendigo perro al servicio de mi padre, besándole el culo y los pies, aunque te hayas escondido como una asquerosa cucaracha todo este tiempo, logré hacer que salieras de tu maldito hoyo. Si no hubieras metido tus narices ese día, tal vez te hubiera dejar ir, sin embargo, por tu culpa, el ser que más amaba murió; pero descuida, vengaré la muerto de mi adorado tío, tú y esos perros malagradecidos pagarán por haber matado a Samuel, no descansaré hasta verlos retorcerse en agonía, deseando morir y pidiendo a Dios perdón por haber nacido." – Después de un silencio, el chico prosiguió. – No se quien eres viejo, pero de verdad estás jodido, y esos chicos que habla el Señor, ya sabe su localización; los investigaron, saben que están en lo Ángeles con identidades falsas, pronto los encontraran y los atraparan; y créeme, sufrirán como no tienes idea, tú ... tú tuviste suerte, ellos no la tendrán. – El joven se levantó y retrocedió algunos pasos.

-Jajaja, esos ... bastar... dos ... hi ... - Con sus ultimas fuerzas, trató de escuchar aquellas palabras que flotaban por arriba de su cabeza, estaba delirando, pero sabía que eso era importante, que tenía que escucharlo; logró entender algunas palabras, pero el significado era muy ambiguo, sin embargo, al escuchar la palabra "Señor" y "Samuel", no pudo evitar que sus ultimas energías lo impulsarán a maldecir a esos bastardos, los odiaba con todo su ser, pues ellos fueron los asesinos de su jefe, a quien siempre le fue leal, con el que siempre estuvo a su lado, en las buenas y las malas; por ese hombre daba hasta su vida, era especial, sin él su vida dejo de tener sentido; sino hubiera sido por su promesa, no hubiera hecho lo que hizo; pues al igual que su odio hacia esos enfermos hermanos, también despreciaba a ese hombre inútil, pues el fue el verdadero causante de que todo eso ocurriera, el maldito demonio Samuel.

El hombre recibió un tiró en el corazón, sin embargo, no sintió dolor, no sintió nada, aquella amargura se fue desvaneciendo, un ambiguo recuerdo surgió en su mente, por extraña razón estaba muy iluminado, como si estuviera bajo la intensa luz de una lampará; en la escena, estaba su adorado jefe abrazando cálidamente a un joven delgado y de apariencia débil, el joven parecía asustado, temeroso del entorno. El mayor le sujetó con fuerza la mano del menor, acerándola a sus labios y plantándole un suave beso, luego le susurró con gentileza y cariño una frase que nunca la olvidaría en su vida; Mil años llevas cautivo, porque en mil años he estado esperando la libertad, sus acciones era tiernas y encantadoras, incluso podía percibir un amor sincero y profundo, ¿quién hubiera creído que ese chico tan común, habría desencadenado tal desastre?

Sin más, el joven que sostenía el arma, jaló del gatillo, con una mirada indiferente y unos ojos fríos, sin emociones, continuó con su deber; después del sonido estruendoso, hubo un profundo silencio, un silencio sepulcral, un silencio de final o tal vez, de un nuevo comienzo. 

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Oficialmente se termina el segundo volumen de la trilogía

Gracias por darle una oportunidad a mi historia, espero que les haya gustado; espero que puedan seguir acompañándome en el tercer y ultimo volumen, será la continuación del primer volumen. 

Me tomaré unas vacaciones, nos vemos el próximo año. ¡¡¡FELIZ NAVIDAD!!!

PASIÓN, AMOR Y DESEODonde viven las historias. Descúbrelo ahora