Capítulo: 30 "Una buena vida"

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Los Ángeles hace 11 años

-¡El desayuno está listo! – Gritó una mujer de mayor edad, de cabello blanco y ojos cafés claros; en la mesa del comedor había cuatro vasos y cuatro platos ya servidos y una jarra de jugo de naranja recién exprimido, en una silla se encontraba un señor de edad avanzada, su poco cabello canoso, en su rostro ya se notaba el paso de la edad, tenía una mirada cansada pero satisfecha.

Ruidos de pasos se escucharon bajando por la escalera, después se fueron a sentar enfrente de la mesa, cada uno en una silla y a lado del otro.

-Buenos días tío Hall, buenos días tía Mary, muchas gracias por el desayuno. – Comentó Kumiko con una radiante sonrisa.

-Buenos días; y muchas gracias por el desayuno, se ve muy deliciosos estos hot cakes, y el tocino crujiente como me gusta, gracias tía Mary. – Alagó XingCheng con alegría y entusiasmo, haciendo que la mayor sonriera y se sonrojará.

-No hay de que, ya saben que a mí me gusta cocinar, además hoy es tu primer día en el bachillerato, debes alimentarte bien. Y tu comienzas tu tercer semestre de la carrera, así que preparé tu lonche, ya que me dijiste que hoy tienes clases desde las ocho hasta las seis. – Explicó la señora mientras almorzaba junto con ellos.

-Gracias, pero enserio no deberías molestarte tanto. – Agradeció con su singular sonrisa, luego metió un gran pedazo de tocino a su boca.

-Ya te dije que esto lo hago por que los quiero, ya llevamos cuatro años viviendo juntos, ¿Nose porque son tan formales aun? – preguntó la mujer con una mueca indignada y cruzándose de brazos dramáticamente.

-Bueno, bueno, gracias por la comida. – Agradeció felizmente.

-Por cierto mi niña ¿Quieres que vaya por ti a recogerte? Ya sabes que la situación está muy peligrosa, no es bueno que andes en la calle tan tarde, con el cambio de horario anochece más temprano. – Mencionó el señor mientras daba un gran sorbo al jugo de naranja.

-Mmm, pues sí, estaría bien si me hace ese favor, yo le marcó cuando falte poco para que termine mi última clase.

El desayuno fue muy cálido y delicioso, gracias a la compañía de los mayores ya no se sentía tan solitario, parecían una familia, aquella pareja nunca pudieron tener hijos, por lo que con su llegada fue mejor que recibida, el cariño y confianza surgió demasiado rápido. Así fue más fácil superar su duelo y superar lo que había pasado en Rusia, no querían saber nada sobre eso, dieron la espalda a la famosa y deseada herencia de sus abuelos, no preguntaron por ello ni por sus codiciosos familiares, simplemente ya no existían, solo importaban ellos y sus tíos adoptivos.

-Permítame lavar los trastes esta ocasión. – Comentó XingCheng mientras recogía la mesa y llevaba los trastes al fregadero.

-Ay mi niño, te tomaré la palabra esta vez, pero ten cuidado de no ensuciarte el uniforme; cada vez estoy más vieja y me canso con facilidad. – Suspiró la mujer mientras agradecía la atención del menor, pues ellos trabajan en esa casa desde hace más de diez años, cuando llegaron temieron que los fueran a correr, ya que estando grandes y sin casa ni trabajo ¿A dónde podían ir?, sin embargo, Kumiko dejó que siguieran como antes, no habría cambios, pues no conocían el lugar y el idioma no lo maneja a la perfección, sabía inglés; ya que su madre los obligó desde muy pequeños aprenderse ese idioma, ella era experta en escribirlo y leerlo, pero a la hora de pronunciarlo tenía una que otra falla, en cambio XingCheng parecía que aprendió primero ese idioma que en vez del de su idioma natal; podría considerarse un maestro a tan corta edad.

Los minutos transcurrieron, el señor Hall los llevó a cada uno a su escuela, pues tenía un automóvil, no lujoso, pero los podía llevar al lugar que quisieran por lo que con ello estaba bien.

PASIÓN, AMOR Y DESEODonde viven las historias. Descúbrelo ahora