Capítulo: 8 "Apoyo"

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México, hace 12 años

Habían pasado varias semanas de la llegada del nuevo integrante del orfanato, el cual la mayoría ya se habían acostumbrado a su presencia, sin embargo, un trío de niños lo rechazaban, pues uno más significaba otra boca que comería y menos recursos que contar, por lo que decidieron hacerle la vida imposible y así lograr que escapará.

Pero el niño acostumbrado a la mala vida, no se inmuto por las jugarretas y travesuras de los demás, tenía un carácter fuerte y una resistencia sorprendente, además contaba con dos amigos que lo apoyaban e incluso lo defendían.

-Chicos ya le dije que aquí nos darán más dinero. – Comentó Jiang WanYin mientras los animaba a seguirlo. Ambos niños se vieron con cierta incertidumbre en sus miradas, pero al final suspiraron y asintieron.

-Bueno, se supone que vienen personas a redimirse y a pedir, personas devotas y de buen corazón. – Comentó Shang Qinghua con cierto animo en su corazón, o por lo menos quería aferrarse a algo.

-A mí no pueden verme por aquí. – Dijo el niño de ropa oscura y con una mirada incómoda en sus ojos.

-¡¿Por qué no?! Todos puede entrar a la iglesia. – Respondió Qinghua con los brazos cruzados y con el ceño levemente fruncido, pues no le agradaba la idea que no le permitieran la entrada a las personas cuando se supone que nadie será juzgado.

-Hice algo muy malo, pero les juro que fue porque enserio tenía mucha hambre y nadie me quiso ayudar. – WanYin lo observó fijamente, pues creía fielmente que Dios es misericordioso y que el ama a sus creaciones tanto que dio la vida de su hijo, sin embargo, los creyentes eran otro asunto a tratar, por lo que la religión asido manchada por la iglesia.

-¿Qué hiciste? – Preguntó con cierta frialdad en su voz, haciendo que el contrario se tensará.

-Me robe unos diezmos cuando estaban dando la misa, pero enserio yo le explique a las mujeres sobre mi situación, que tenía mucha hambre, que estaba solo y que no tenía ni un centavo, pero me dijeron que me largará, que apestaba y que incomodaría a las demás personas, los monaguillos que estaban cerca de allí, se comenzaron a burlar, enojado me retire, pero esperé mi oportunidad y tomé la canasta que estaba más cerca y me fui corriendo, las mujeres mayores me gritaron y me llamaron ratero, pero enserio tenía mucha hambre, tenía miedo de morir cual perro en carretera, lloré mucho esa noche. – Explicó el menor con los ojos rojizos y varias lagrimas se acumularon en sus parpados.

-No llores, te entendió. – Comentó Qinghua mientras lo abrazaba con sus ojos acuosos. El niño de playera café oscuro suspiro y también lo consoló, solo que nada más le dio unas cuantas palmaditas en la espalda.

-No llores, te ves lamentable, mucho más patético de lo que eres. – Dijo con una sonrisa juguetona, Qinghua sonrió divertido, en cambio Ying simplemente se taño los ojos y sonrió con calidez.

Se posicionaron en diferentes lugares, pero cerca de uno del otro, cada uno tomo una esquina y una calle, estuvieron pidiendo a las personas que se encaminaban a la iglesia, personas que pasaban por allí, era un lugar turístico por lo que la mayoría de la gente que iba no les importaría darles unos cuantos pesos, pero al final de la tarde solo habían obtenido diez pesos en total.

-Espero que podemos recolectar los cuarenta pesos restantes antes del anochecer, o no podremos comer. – Comentó desanimado Qinghua, quien tenía una expresión triste y cansada.

-¿Por qué no vamos directamente a la iglesia? Tal vez se apiaden de unos niños huérfanos que no tienen para comer. – Comentó WanYin mientras veía a Ying, quien solo alzo los hombros con indiferencia.

PASIÓN, AMOR Y DESEODonde viven las historias. Descúbrelo ahora