Capítulo: 10 "Rey decapitado"

292 41 1
                                    

Rusia, hace 15 años

Kumiko se encontraba bajando las escaleras, iba a leer un rato en el jardín, sin embargo, al abrir la puerta se encontró con algo que la dejo en shock, era el cadáver de la mascota de la familia, un perro San Bernardo el cual habían criado desde que nació.

Intentó gritar, pero al recordar que eso alertaría a su hermano menor; se cubrió la boca con sus manos y negó con la cabeza, agitándola de un lado a otro, sus cálidas lagrimas escurrieron por sus mejillas, el dolor, la tristeza y el enojo se reflejaban en sus ojos, de inmediato corrió al cuarto de sus padres.

Ella ni siquiera toco, solo abrió la puerta desesperada, asustando a sus padres, su madre leía un libo y su padre realizaba un trabajo en su laptop.

Los mayores al ver a su hija llorar tan descontrolada y su mirada supieron que algo no estaba bien.

-¡¿Qué tienes?! ¡¿Qué sucede?! – Preguntó su madre mientras la abrazaba, su padre trato de calmarla, sobándole la espalda.

-A Rey lo... Rey esta... su cuerpo... - La chica no podía terminar su frase, pues sus sollozos la interrumpían, sus mejillas estaban rosadas y su rostro pálido, sus padres masomenos comprendieron lo explicado por su hija, se miraron uno al otro preocupados.

-¡¿Por qué hicieron esto?! – Gritó con el ceño furioso e hiperventilando, sus manos se cerraron en puños, su corazón sentía una fuerte presión sobre él, sus lágrimas no lograron cesar.

-¡¡¡Rey!!! – Se escuchó un grito desgarrador haciendo eco en las paredes, los padres corrieron hacia dónde provenía el grito, la joven se limpió las lágrimas y bajó corriendo, al llegar; noto a su hermano llorando mientras abrazaba el cadáver degollado de su mascota, el menor con los ojos rojizos y una mirada perdida.

Su madre de inmediato lo rodeo entre sus brazos y le cubrió los ojos con su mano, el menor solo temblaba en silencio, estaba inmóvil. Su madre lo cargó y lo llevó a su cuarto, el cual lo sentó en la cama y lo abrazó con mayor fuerza, Kumiko la seguía atrás, el señor Xiao suspiro cansado, con ira golpeó la puerta, gritó con ira, pues no permitiría que lastimarán a su familia.

Recogió al perro junto a la cabeza que aún escurría sangre, unas cuantas lagrimas se deslizaron por sus mejillas, ya que ese perro era parte de su familia, vio a sus hijos crecer, siempre los cuidaba y defendía, se había ganado su lugar en la familia y en su corazón, le dolía ver como terminó. Su corazón se abrumó al ser él quién lo enterrará en su jardín, ya que era de la casa, de la familia y sería enterrado con ella.

Mientras que en la recamará del menor, Kumiko se encontraba consolando a su hermano, el cual empezaba a reaccionar, al fin se movió y abrazó a su madre, sus lágrimas salieron a mares.

-Rey... Rey... Rey... - Repitió entre sollozos y alaridos. - ¿Por qué mamá? Rey era un buen perro, ¿Por qué lo mataron? – Preguntó el niño llorando, su madre también lloraba con tristeza y sin saber que decir.

-Por qué quieren lastimarnos, son unos infelices que piensan que haciéndonos esto le daremos algo de la herencia de nuestros abuelos. Están tan desesperados que se mancharían de sangre las manos. Y lo peor que será con nuestra sangre.

-¡Kumiko! – Regañó, pues no quería que sus hijos interfirieran en estos asuntos, ya que no quería que ellos pagaran por las decisiones de ellos, no quería que a sus hijos los aislaran y les dieran la espalda, pero parece que ya estas alturas eso sería imposible.

-No estoy diciendo ninguna mentira, todo lo que dije es cierto; ya no confío en nuestra familia, si es que se pueden llamarse así. – Comentó con los brazos cruzados y con el ceño fruncido.

-Losé... Ya no importa, parece que la familia se desintegrará. Tu padre no se quedará así. – Comentó tristemente mientras suspiraba desanimada, el infante soltó los brazos de su madre y se aventó a los de su hermana, quien sin pensar lo atrapó y le dio un beso en la frente.

-No llores, él estará bien en el cielo, nos cuidará desde allá, no llores a él no le hubiera gustado vernos así. – Comentó la chica mientras lo abrazaba con más fuerza.

-No entiendo ¿el por qué hacerle eso? Él no les hizo nada malo a nadie. – Respondió el menor ya un poco más calmado.

Su madre le sobaba la espalda y le dio un beso en la cabeza, luego le dio un beso a su hija en la mejilla y los dejó solos, pues debía hablar con su esposo sobre qué es lo que harían al respecto.

Al caminar por unos pasillos vio por la ventana a su marido, el cual se encontraba cavando un hoyo en la tierra, enterraba a Rey; pero antes de cubrirlo le aventó una rosa del jardín y se despidió, luego volvió a llenar la tumba con tierra, la mujer suspiro reprimiendo sus lágrimas, no quería verse vulnerable frente a su familia, pero esta situación la estaba debilitando demasiado, ver a sus hermanas y hermanos peleando por la herencia de sus padres y por otro lado, a la familia de su esposo en las mismas condiciones, no tenían paz en ningún bando y parece que estaban dispuestos a lo que sea por la maldita herencia.

La mujer continuó su andar, se limpió las lágrimas y se dirigió al despacho, abrió los cajones del escritorio y levanto el fondo doble, allí había un control, que servía para revelar el lugar donde se encontraba la caja fuerte, lo tomó y lo presionó apuntando hacia una pared, donde había un estante de libros, detrás de varios libros falsos la pared se abrió; revelando una caja fuerte de plomo.

La mujer confirmó el lugar, la contraseña ya se la sabía, ya que su esposo se la había dicho por si ocurriera cualquier accidente, pero ahora parece que la situación se había vuelto crítica y debía estar preparada por cualquier emergencia, sus hijos estaban primero y se debían huir, no dudaría ni un segundo.

Volvió a dejar todo en su lugar y salió del despacho, su semblante estaba pálido, sus manos temblaban y sus pensamientos se amontonaban entre sí, provocándole una jaqueca insoportable.

Tenía miedo de lo que pudiera pasar, estaba preocupada por sus hijos, su marido y por ella, temiera que sus familias les hicieran algo, no quería creer que fueran a lastimarlos, pero es mejor estar prevenida. Ya que su familia es primero. 

.

.

.

.

¡Sigo con vida! Esperó poder actualizar el próximo viernes 

elvis- Sempai

PASIÓN, AMOR Y DESEODonde viven las historias. Descúbrelo ahora