Capítulo 35 "Lágrimas"

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México, hace 10 años

Los chicos estaban llorando, Jiang WanYin no pudo seguir tolerando lo que ese malnacido le seguía haciendo al cuerpo de Axel, ni siquiera lo dejaba aún muerto, torturando y humillando el cadáver del menor.

Con coraje gritó desesperado, varias lagrimas pequeñas se deslizaron por sus mejillas; todo tipo de cosas fueron arrojadas contra la televisión, provocando que la pantalla se cuarteará y la señal se cortará, quedando solo una imagen oscura con una tenue iluminación.

María se había desmayado en los brazos de Qinghua, este la tomaba con fuerza, evitando que se lastimará, sus lágrimas caían cual cascada por sus mejillas, Axel no fue el mejor hermano o amigo, pero aun así lo consideraban como uno, un amigo o hermano, por lo que verlo sufrir en esa situación y en ese estado era más que obvio que su sangre hirviera por el coraje y odio.

Wei Ying soltó un grito desgarrador, corrió hacia la puerta, tratándola de abrir, pero esta estaba completamente sellada, sin posibilidad de abrirla o romperla, sin embargo, aun sabiendo que sus acciones serían inútiles, el menor continúo pateando y golpeándola con todas sus fuerzas, sus lágrimas seguían firmemente aferradas a sus párpados, sus ojos hinchados y rojizos, pero ninguna gota de agua salada descendió por ellos.

Como si él no pudiera llorar, como si sus lagrimales estuvieran secos, desérticos, desde que era pequeño aprendió que llorar no sirve para nada, las lágrimas no volverán el tiempo ni sanarán heridas o alimentarán sus estómagos vacíos, por lo que nunca lloraba, al parecer sus ojos no podían desprender ninguna lágrima más.

Qinghua estaba temblando, lo poco que tenían les fue arrebatado, lo único que podían disponer era su vida, el cual parecía no ser algo muy valioso. Ya que podían arrebatárselas en un chasquido, como si no importará, como si no fueran nada, un simple estorbo en los demás, un desecho de la naturaleza.

WanYin no estaba satisfecho con solo destrozar la televisión, su tristeza y coraje lo estaban volviendo loco, con su vista desenfocada arrasó con todo a su paso, arrojando, tirando, pisando, pateando y maldiciendo hasta que su cuerpo estaba adolorido y su voz saliera ronca.

Ying estaba recargado en la puerta, cansado por tratar lo imposible, al ver sus nudillos rojos sangre y sus palmas abiertas por encajar fuertemente sus uñas contra su carne dejo su actuar y se dejó deslizarse hasta el suelo, el ruido de cosas cayendo y rompiéndose inundó la habitación, sin embargo, el llanto de su amigo fue lo único que logró hacer eco en sus oídos. Resonando en su mente y corazón.

La imagen de Axel desangrándose mientras caía al suelo, su tez palideciéndose a una velocidad impresionante, su ropa rasgada y sucia, su cabello desordenado y su cuerpo temblando, sin embargo, su sonrisa semiamarga estaba firmemente plantada en su rostro, un brillo destelló de sus ojos como si estuviera satisfecho con su decisión, como si al fin encontraba la ansiosa libertad, la deseosa tranquilidad.

Él fue abandonado desde meses de nacido, su madre era una mujer que estaba sentenciada por las drogas, no sabía quién fue el que la embarazó, ya que ella terminaba inconsciente hasta por tres días seguidos, por lo que todos la toman a su antojo estando o no despierta, aunque trató de alejarse de ese mundo, le fue imposible, por lo que en un momento de sensatez prefirió darle una oportunidad de vida a su hijo, lo amaba, por ello debía dejarlo ir, todos lo que estaban a su lado perecían, no quería que su adorado bebé fuera víctima de su debilidad y de sus vicios, incluso a veces se le olvidaba alimentarlo por un día entero, en algunas ocasiones el niño estaba rosado al grado que su piel se abriera y se infectará con su mismo excremento, no tenía dinero para sus necesidades, ella no debía ser madre, intentó a abortarlo, pero cuando fue por ayuda profesional, todos las señalaron antes de poner un pie dentro del instituto, originándole que huyera asustada.

PASIÓN, AMOR Y DESEODonde viven las historias. Descúbrelo ahora