Capítulo: 21 "Las cosas no resultan siempre lo planeado. Parte Dos"

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México, hace 10 años

Después de varias horas, la quinta y última familia adoptaron a Alejandro, eran una pareja un tanto inusual, el hombre era joven, como de treinta años y la mujer como de veinte y cinco años, con ellos venía un niño alrededor de doce años, la ropa que portaban los tres eran caras, de marca o diseñador, incluso el automóvil con el que llegaron parecía del año, súper lujoso y nuevo.

Sin embargo, lo más raro fue que los adultos no buscaban a ningún niño en espacial, simplemente hablaron con la encargada, la cual de forma muy amable y sonriente llevo el menor hacia donde estaban los demás niños.

El joven empezó a examinar uno por uno, tomándolos con brusquedad del rostro y cabello, al parecer ninguno le convencía, suspiró desanimado y con su ceño fruncido.

-¡Todos son inservibles! Nadie me gusta. – Comentó refunfuñando, Inés preocupada por una posible pérdida intervino de inmediato.

-¿Qué clase de niño buscas?

-Uno que sea lindo, menor que yo y que cumpla todas mis órdenes. – Respondió el menor con una mirada profunda y cruzándose de brazos, como si fuera alguien superior viendo a un pequeño insecto.

-Mira aquí hay muchos niños, te seré sincera no son muy lindos, pero tampoco están tan mal, además te prometo que ellos harán caso, sino déjalos sin comer o golpéalos, así es como se educa a los salvajes. – Comentó la señorita Inés con una voz dulce.

-Olvídalo, ninguno me gusta realmente. – Dijo el menor empujando a la mujer, la cual resopló molesta y frunció el ceño, pero debido a que era un cliente, tragó su coraje y volvió a insistir con una voz dulce.

El niño avanzó a la puerta con pasos firme y seguros, sus padres estaban viendo todo con una sonrisa divertida, la encargada continuaba tratando de convencerlo, pero este se limitó a ignorarla.

Sin embargo, al abrir la puerta un niño entró corriendo, chocando y haciendo caer al joven en un ruido sordo, el menor se quejó levemente, sus padres se levantaron con una expresión molesta.

-¡¿Qué mierda?! ¡Eres un completo estúpido! ¡¿Qué no ves por dónde caminas?! - Gritó encolerizado, su rostro se coloreo en un rojo cereza, el menor bajo la cabeza avergonzado.

-¡Lo siento mucho! – Se disculpó Inés, de inmediato se dio la vuelta y le dio un fuerte golpe en la espalda del infante, el cual se quejó con un fuerte quejido, su voz sonaba lastimosa. – Los demás niños solo veían impotentes, Ying y WanYin intentaron dar un paso, pero fueron detenidos por Qinghua el cual les negó con la cabeza, pues ellos no harían nada e incluso lograrían que Alejandro fuera terriblemente castigado.

El joven adinerado lo vio con una mirada fulminante, para al verlo con calma y a detenimiento, su ira fue descendiendo, incluso el sentimiento de felicidad remplazó al anterior en un instante.

-Este es, lo quiero. – Comentó el joven sin quitarle la mirada al niño, el cual sin entender y adolorido por el golpe le suplicaba con una triste mirada a su amigo, pues el día de ayer se habían llevado a Rodrigo, por lo que solo Axel era el único en quien podría confiar, hace una hora se propuso encontrar a María, pero después de buscar por todas partes, no la encontró, por ello es que llegó retrasado a la cita de adopción.

-¿Seguro mi corazón? No se ve la gran cosa. – Mencionó su madre mientras lo masajeaba los hombros, su hijo asintió sin despegar su mirada del contrario.

Alejandro era un niño de 9 años, de piel morena clara, de cabello negro y ondulado, de ojos verdes como esmeraldas, el rostro del menor era tierno y desprendía inocencia, aunque era amigo de Axel y Rodrigo, a él no le gustaba la violencia, era un chico tímido y desesperado por ser aceptado por una familia.

PASIÓN, AMOR Y DESEODonde viven las historias. Descúbrelo ahora