Capítulo: 7 "Elección"

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Los Ángeles, hace 18 años

-¿Y tú quién eres para darme ordenes? Ya te parí a tus hijos ya déjame vivir mi vida. – Comentó una belleza de mujer, de cintura pequeña y de largas piernas, su cabello castaño hacia juego con sus ojos color miel.

-Cállate, es tu obligación para eso te mantengo, para que dieras a luz a mis herederos y para que aparentemos ser una feliz familia antes todos. – Respondió un hombre alto, de cabello corto color oscuro, de tez blanca y ojos cafés, portaba un traje negro con una corbata azul celeste.

-No soy tu esclava, además ellos están bien, tu nana se encarga que nada les falte. – Dijo con voz fuerte y demandante, luego tomo su bolso y se encamino a la puerta.

-¡¿Si no querías vivir esta farsa porque te casaste conmigo?! – Gritó mientras azotaba las cosas del tocador, cremas, perfumes, maquillaje y algunos accesorios salieron volando, estrellándose contra el suelo, los que eran de vidrio o cristal se quebraron, derramando su contenido.

-Por qué me obligaron, ¿O quieres que te recuerde lo que paso con ella? ¿Por qué ahora vivimos en un infierno? ¿Quieres que te cuente tu triste historia? ¿La cruda verdad? – Preguntó mientras sonría amargamente y se cruzaba de brazos, luego soltó una risa fría y se dio la vuelta. - Eres patético; me largo por unos días. – Sin más salió por la puerta azotándola con fuerza. Tomo su maleta que yacía en el pasillo. Sin embargo, al lado se encontraban dos niños en pijama.

-¿Mamá vas a salir? – Preguntó el mayor con una expresión triste en su rostro, el menor solo se le quedo viendo.

-Sí, cualquier cosa ahí está su nana, cuídense regreso en algunos días. – Contestó con una radiante sonrisa y un brillo en sus ojos.

-¿Cuantos? – Preguntó el menor mientras no apartaba su mirada de la de su madre, la cual frunció el ceño y lo miro con desdén.

-¡¿Qué?! ¿También serás como el imbécil de tu padre? Diciéndome que debo y que no hacer, prohibiéndome cosas, ja. – La mujer preguntó con sarcasmo y con cierto tono de molestia en su voz, luego cogió al niño del brazo apretándolo con fuerza, el menor hizo una mueca al sentir su brazo siendo estrangulado, pero no emitió ningún sonido de reproche o de dolor; simplemente le devolvió la mirada con frialdad. – Nunca seas como tu padre, no pienses que tu padre o tú o tu hermano podrán retenerme en esta cárcel, así que no se confundan, son mis hijos por conveniencia y obligación; no porque los haya querido tener. ¡Odio a los niños! – Comentó la mujer mientras lo soltaba y se retiraba con su bolso y maleta hacia la salida.

El hermano mayor tomo a su hermano de la mano y se fueron a su habitación, era tarde y ya iba ser su hora de dormir, XiChen no sabía que decir, cada vez su hermano era más frío, ya no quería hablar, tampoco reír, era como si su hermano se estuviera transformando, siempre había sido serio, pero en los límites de un niño, ahora parecía un adulto encerrado en el cuerpo de un infante.

-WanJi no le hagas caso, ella solo está molesta por que discutió con padre, ella no quería decir eso. – Trató de consolarlo, intento a abrazarlo, pero el menor lo esquivó y se dirigió a la puerta.

- Gracias, pero prefiero dormir solo, que descanses. – Contestó el niño con una expresión seria, pero en sus ojos refleja tristeza. Su hermano suspiro desanimado, era la primera vez que veía a su hermano tan decaído, quiso seguirlo y abrazarlo, pero cuando WanJi se decidía era difícil hacerlo regresar a sus palabras. Por lo que lo dejo ir.

La hora paso, la oscuridad cubrió el cielo, la luz de la luna y las estrellas traspasaba entre las nubes, la brisa era fría, los trabajadores se habían ido a sus casas, para regresar mañana y continuar con su rutina de trabajo.

PASIÓN, AMOR Y DESEODonde viven las historias. Descúbrelo ahora