Impensable (Konohamaru x Naruto)

Cena de desamor (1ª parte)

-Os pido disculpas en nombre de mi marido, pero ya sabéis cómo es: Su trabajo va por delante de todo. Tampoco debería enfadarme, ya que me avisó de que no vendría a la cena. Bueno, en cualquier caso, pasemos una velada agradable. -A Hinata no se le desdibujaba la sonrisa de su cara, pese a que fuera una sonrisa amarga.

-No te preocupes, Hinata, por nada. Seguro que lo pasamos bien sin él. -Le replicó Hanabi con tal de que su hermana no se preocupara.

-La verdad es que me hace muy feliz veros juntos. Hacéis una buena pareja, aunque ya era hora de que salieras con alguien, Hanabi... Te iba a quedar para vestir santos. -Le dijo en tono jocoso Hinata a su hermana.

-No seas exagerada, mujer. Además, no todas tenemos la suerte de tener claro al amor de nuestra vida, como ha sido tu caso, que siempre fue Naruto. Y luego mira: Al final, te casaste con él y tienes a una maravillosa familia. -Hanabi siempre sintió admiración por todo lo que hiciese su hermana.

-En esto te doy la razón, pero yo me enamoré de la persona; no del puesto de Hokage. Imagino que la culpa fue mía al no ver que Naruto no sería capaz de disociar ambas cosas. Es decir: O es Hokage o es Hokage. Es su vida, y es muy respetable, aunque me lleve por delante. -Las palabras de ella sorprendieron a la pareja-. Bueno, que no quiero amargar la noche con mis tonterías. ¿Y tú, Konohamaru? ¿Qué tal estás? Hacía muchísimo que no te veía el pelo.

-Pues ya ves que estoy muy bien; encantado de estar aquí. Gracias por invitarme. No todos los días se cena en vuestra casa. -Intentó ser lo más cortés posible, aunque no era el mejor momento para cenar, ni para nada.

-¿Por qué dices eso? -Hinata se extrañó por su respuesta.

-Pues porque no todos los días se cena en casa del Hokage, pese a que no esté él. No creo que todo el mundo pueda decir que ha cenado en el hogar del Hokage y su mujer.

-Eso tiene una explicación muy sencilla: No todo el mundo cena en nuestra casa debido a que no invitamos a desconocidos. Tú eres amigo de la familia y ella es mi hermana; lo que sería raro es que nunca os viera. Estaré loca, pero no del todo. -Hinata nunca perdía la compostura, ni el sentido del humor que fue adquiriendo con los años junto a la entereza.

De pronto, se escuchó que alguien abría la puerta. Sus pasos eran pesados, del cansancio. Como no podía ser ningún desconocido, se trataba de Naruto, que sólo llegaba quince minutos tarde a la cena. Hecho que sorprendió a Hinata y a los comensales. 

-Lamento la tardanza. Es lo que tiene ser Hokage: Que descuidamos todo, incluidas las cenas. Me alegro de veros. -Dirigió su mirada cálida, pero dura, a Hanabi y a Konohamaru.

-Creí que no vendrías. -Le dijo Hinata.

-Sabes que me gusta dar sorpresas. Aparte, ¿cómo voy a perderme esta cena? No me la quiero perder por nada del mundo. ¿A que no, Konohamaru?

Nadie entendía nada, pero notaba distinto a Naruto. Iba a ser una noche larga.