Impensable (Konohamaru x Naruto)

Final sin principio

El Uzumaki no se despertaba; era casi el mediodía, y no parecía que estuviera dispuesto a levantarse. El cansancio lo venció. Seguramente, fue el único enemigo que lo "tumbó". Además, tras lo sucedido el día anterior, se quedó sin las últimas reservas que le quedaba. A Konohamaru le dio tiempo para ducharse, vestirse e irse a entrenar a su equipo, pues sabía que Naruto no se levantaría. Estaba sumido en un sueño muy profundo; tampoco tenía intención de despertarlo, aunque supiera que tendrían que hablar... Se preguntaba cuándo acabaría eso de tener que justificar todos sus actos. Si las cosas ocurren, es porque tienen que ocurrir. No hay más.

De vez en cuando, Konohamaru le echaba un vistazo a Naruto. Más que nada quería asegurarse que no le ocurriera nada. Le salía ese instinto protector. Mientras preparaba la comida, Naruto se levantó. El Uzumaki se había percatado de lo tarde que era, pero decidió no darle importancia. Le explicaría a Shikamaru que se había quedado dormido por lo cansado que estaba y ya está. Seguro que lo entendería. Aún así, debía hablar con Konohamaru. Tenían que poner fin a esta especie de idilio que mantenían -no lo podían llamar así-.

-Al fin te levantas, dormilón. -Le dijo Konohamaru.

-Estaba agotado; me ha venido muy bien dormir. Aunque sigo teniendo sueño. -Se reía; se ve que el descanso le sentó bien-. Voy a ser claro, Konohamaru: Tenemos que hablar.

-Sí, ya lo sé: Que lo que ocurrió anoche, no volverá a suceder, ¿no? Es el mismo discurso de siempre, Naruto. No sé por qué te empeñas de querer escapar de la realidad: Que nos gustamos, y que tú quieres estar conmigo. La vida que tienes no te gusta. ¿Por qué no la cambias? -Naruto odiaba y amaba esa madurez que Konohamaru tenía. Probablemente, porque él no era capaz de obtenerla-.

-No la cambio debido a que no puedo cambiar nada. ¿Es que no lo entiendes? Tengo una mujer, hijos... El trabajo más importante que pueda haber; no puede estar cambiándolo todo, ni crear revuelos en la aldea. ¿Tú qué crees que dirán? Se armaría un escándalo que acabaría con mi carrera. -Replicó el Uzumaki.

-Con todo lo que has hecho por nosotros, te perdonarían cualquier cosa que hicieras. De esto, estoy convencido. El problema radica en que tú no eres capaz de perdonar tus hechos, tus impulsos, y mucho menos cuando no son malos. No deberías darle tantas vueltas a las cosas. -Konohamaru seguía en su "línea".

-¿Tú ahora qué eres? ¿Un psicólogo? -Naruto empezó a alterarse-. Es fácil que lo digas, dado que tú no tienes las responsabilidades que tengo, ni nada. Estás en un puesto cómodo, pero te diré una cosa: Cuando llegues a ser Hokage, que seguro que lo serás, verás lo difícil que es todo. Verlo desde fuera, parece sencillo. Ya te adelanto que no es así. No sabes la frustración que es querer hacer una cosa y no poder realizarla por tener que desempeñar un cargo de tantísima responsabilidad.

-Si yo quiero a una persona, siendo Hokage o no, te garantizo que haría hasta lo imposible por estar con ella. -Sentenció el Sarutobi.