Capítulo 107

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-Mel -me llama Tom tocando la puerta-. ¿Podemos hablar?

-Claro -digo dejando el libro a mi lado sobre los cojines-. Excepto si es para seguir riéndote, entonces no.

Hacía tres días desde el día de la playa y desde entonces Tom no había dejado de burlarse de mi diciéndome que estaba saliendo con Mark. En su defensa diré que cada vez que íbamos a la cafetería estaba muy pendiente de mí y había cambiado algunos turnos para coincidir en el trabajo.

-No, no es eso -dice sonriéndome un poco incómodo.

-¿Estás bien? -digo preocupada-. ¿Es por Judith? Sabes que es una gili...

-No -dice cortándome-. ¿Puedo... puedo sentarme?

-Me estás asustando. Además, dentro de nada empieza mi turno en la cafetería -declaro mientras se sienta frente a mí.

-Ty... Ty me ha contado que tenías un hermano -dice desviando la mirada.

Mi expresión de preocupación se transforma en una totalmente inexpresiva.

-Solo quiero que sepas que puedes confiar en mi -dice Tom cogiendo mi mano.

Yo aparté la mía bruscamente, levantándome cabreada.

-Lo que quiero es que no os metáis en mi vida -le digo molesta para despues salir corriendo de la habitación.

Lo escuché llamarme pero no tenía ganas de hablar con él. Ni con él ni con nadie. Estaba molesta. Molesta tanto con Mark como conmigo misma por habérselo contado.

¿Quiénes más lo sabrían? Lo último que necesitaba era ponerme a dar explicaciones sobre Víktor.

Suspiré frustrada. Y para colmo tendría que estar con él en el turno. Nada más llegar fui directamente al aseo a lavarme la cara. Joder. Me miré al espejo y respiré hondo un par de veces. Tenía que calmarme. Debía controlar mis emociones. Llevaba un año haciéndolo, no tenía que ser tan complicado hacerlo una vez más.

Me eché agua una vez más en la cara y salí del aseo.

-¿Ya estás aquí? -dice Mark sonriéndome.

-Si -digo secamente sin mirarlo.

Cogí la bandeja y la libreta para comenzar a pasarme por las mesas. Estuve evitando a Mark todo lo posible. Apenas un par de palabras para decirle los pedidos y ya. Cuando no tenía nada que hacer me escabullía como podía de él.

Por suerte el turno de hoy no era muy largo ya que para las cenas vendría Ty. Cuando terminó, fui a la parte trasera a recoger mis cosas. Fue entonces cuando Mark me detuvo.

-¿Ocurre algo? -dice poniéndose a mi lado.

-No quiero hablar -digo secamente colocándome la chaqueta.

-Hey, espera -dice cogiéndome del brazo-. Dime que es lo que ocurre.

-He dicho que lo dejes -digo dándole un estirón y saliendo a la calle.

-¡Espera un momento! -pide corriendo detrás de mí-. Cuéntame que he hecho para que actúes así conmigo.

-¿Qué que has hecho? -digo girándome para enfrentarlo-. ¡No te conté lo de Víktor para que lo fueras contando! ¡Nada te da derecho a hacer lo que has hecho!

-Yo... solo hable con Tyler -dice con culpabilidad.

-¿Sabes qué? -digo limpiándome una lagrima-. Te lo conté porque pensaba que se podía confiar en ti -digo dando un paso hacia atrás-. Ya veo que me equivocaba.

-Mel... no... -dice acercándose a mí con expresión de derrota.

-Solo... déjame -le digo cerrando los ojos y retrocediendo más.

-¿Y la feria? -grita él para que lo escuche.

Yo me giro para mirarlo brevemente antes de volver a seguir con mi camino.

-Búscate a otra -digo en respuesta.

Si dijo algo más, no llegue a oírlo. Caminé sin demasiada prisa de vuelta a casa, con la mirada perdida en el cielo estrellado. Había huido del mundo mágico porque no soportaría las miradas de consuelo y la angustia y el agobio que eso me provocaba. Y ahora... ahora probablemente ocurriera de todas formas. Y Tom... quien me acogió en su casa y me tendió una mano. A quien le había pagado eso mintiéndole y ocultándole todo mi pasado.

No estaba preparada para enfrentarme a eso. Había tenido tantas pérdidas en mi vida que no podría con otra más. Cuando llegué a la casa, en lugar de entrar, la rodeé pasando al jardín trasero, donde había un banco de madera en el que me senté dejando la mochila a mi lado.

Miré mi mano y me saqué el anillo que llevaba en el dedo anular. El anillo de Draco. Si cerraba los ojos podía visualizar cada detalle de su angustiado rostro la última vez que lo vi. Había tenido en la frente una mancha gris provocada por el polvo, el pelo pegado a la frente por el sudor de la pelea y un pequeño corte en el pómulo izquierdo con la sangre seca. Recuerdo sus ojos grises, muy abiertos y llenos de lágrimas. Y sus labios, sus labios moviéndose a cámara lenta emitiendo palabras que no llegué a escuchar.

También podía recordar a Harry, con las gafas rotas y la mirada perdida. Se había sentido culpable por todas las vidas que se perdieron por la que pensaba que era su culpa. Entre ellas la de Víktor.

Pero esa muerte no había sido su culpa. La culpa era mía. Yo debería haber podido reaccionar a tiempo. O haber muerto en su lugar. Cualquiera de las dos opciones me parecía mejor que aceptar su muerte.

De todos los rostros era el suyo el que más nítido estaba en mi mente. Su mirada vacía, carente de vida. El corte de la ceja derecha provocado en uno de los tantos duelos en los que peleó. La incipiente barba que le salía en el mentón. Su boca entre abierta.

-Mel, ¿qué haces aquí fuera? -dice Tom sacándome de mi ensoñación.

Abrí la boca para hablar pero en lugar de palabras solo salieron sollozos que no pude detener. Agaché la mirada llevándome las manos a la cara, cubriéndome.

Enseguida me rodearon los brazos de Tom de manera protectora.

-Ya está -susurra Tom-. No pasa nada.

-No puedo perder a nadie más -sollozo abrazándolo de vuelta con el anillo aun en la palma de mi mano-. No puedo.

-No vas a perder a nadie -me asegura el-. Estoy contigo, todo va a ir bien.

-Lo siento -sollozo yo nuevamente-. Lo siento mucho.

-No tienes que hacerlo -susurra él-. Siento haber dicho nada. No era cosa mía. Es tu decisión contarlo o no. Ty y yo no vamos a decir nada.

-¿Por qué eres tan bueno? -susurro yo sin soltarlo.

-Solo con quien lo merece -susurra para darme un beso en la cabeza-. Vamos dentro, te prepararé algo de cenar.

Melody ¿Krum?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora