Capítulo 56

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Narcissa Malfoy y su hijo Draco Malfoy abandonan el juicio.

Cogí El Profeta al ver en su portada a Draco y Cissy.

-Lucius Malfoy ingresa en Azkaban -leo en voz alta-, su esposa, Narcissa Malfoy, y su único hijo, Draco Malfoy, abandonan el juicio antes de que el veredicto fuese anunciado temiéndose lo peor...

-Mel, deja de leer eso -dice Blaise quitándome el periódico de las manos.

-Ha sido por mi culpa –digo mirando fijamente el desayuno frente a mí con el ceño fruncido-. Draco me odiará.

-No digas tonterías, Mel. Draco no te va a odiar –dice Blaise pegándome con el periódico.

-Auch –me quejo haciendo que me volviese a pegar-. ¿Hoy es el día de pega a tu mejor amiga? –digo haciendo un puchero.

-Por desgracia… no. Hoy es el día que vamos al callejón Diagon –dice sonriendo.

-Traducción: hoy es el día que voy a estar de sujetavelas –digo quitándole el periódico y dándole con él para que quitara la cara de bobo enamorado que había puesto.

-Tal vez un poquito –dice sonriendo.

-Voy a cambiarme –digo dejando El Profeta de nuevo sobre la mesa.

Subí rápidamente a mi habitación, porque si, tenía una habitación en la casa de los Zabini. Tanto mi hermano como yo la teníamos pues nos solíamos quedar mucho allí.

Abrí el armario y cogí una camiseta suelta gris de manga corta y unos pantalones cortos blancos y lo intercambie con mi pijama.

Después guardé el pijama y cogí unas converse negras.

Por último cogí mi mochila negra donde tenía mi cartera y la varita y bajé de nuevo a donde había dejado al moreno, el cual me estaba esperando desesperado por irnos, ya que Arizona seguramente estuviera ya allí.

-¡Por fin bajas! –dice exasperado. Yo ruedo los ojos y estiro de él hasta la chimenea-.¡Callejón Diagon!

-Muy bien, genio, ahora coge los Polvos Flu y lo repites –digo cruzándome de brazos-. A veces se me olvida lo despistado que eres y luego haces esto.

-Cállate –dice con las mejillas teñidas de rojo y cogiendo los Polvos Flu-. ¡Callejón Diagon!

-Muy bien, Blaise. Los has hecho –digo divertida saliendo de la chimenea del Caldero Chorreante.

-¡Chicos! –grita Arizona y se abalanza sobre nosotros abrazándonos. Hasta que deja de solo abrazarnos a besar apasionadamente a su novio, sin soltar del abrazo a ninguno.

-Chicos –digo yo incomoda-. Parad, por favor –digo fingiendo arcadas-. Por lo menos suéltame, Arizona.

-¿Dónde quieres ir? –le pregunta Blaise a Arizona cuando se separan.

-Pues estaría bien ir a dar una vuelta y después podemos ir a por un helado a Florean Fortescue.

-¿No te has enterado? –pregunto sorprendida.

-¿Enterarme de qué? –dice caminando hacia la salida.

-De esto –dice abriéndole la puerta y dejando ver el Callejón Diagon medio destrozado. Casi todas las tiendas habían cerrado a excepción de una o dos.

-¿Qué ha pasado aquí? –dice abriendo mucho los ojos.

-Los mortífagos –susurro yo-. Bueno, podemos ir a Sortilegios Weasley. Harry dice que les va muy bien.

-Está bien –dice Blaise ofreciéndome un brazo a mí y el otro a Arizona.

Juntos caminamos hacia donde estaba la tienda. Fue fácil encontrarla por el ruido de la gente que había dentro. Era la única tienda abierta cerca de allí.

Melody ¿Krum?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora