Capítulo 89

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Estaba parada frente al ventanal que teníamos en la habitación contemplando Madrid por la mañana mientras intentaba adivinar que estarían haciendo los demás nen Londres. Los echaba de menos. Pero sabía que si volvíamos tendríamos que separarnos de nuevo.

-Aquí estás -dice Draco abrazándome por la espalda y dándome un beso en el cuello-. ¿En qué piensas?

-En cómo ha cambiado todo -digo con una pequeña sonrisa.

-Y más cambiarán -dice en mi oído.

-Sí, Harry matará a Voldemort y podremos volver. Compraremos un ático en Londres con vistas al Big Ben y viviremos allí -digo segura. Noto sus brazos tensarse a mi alrededor.

-No me refería a eso -dice serio.

- ¿Y a que te referías? -digo dándome la vuelta y comenzando a darle pequeños besos hasta que finalmente sonrió.

-Pues a.... ya sabes -dice subiendo y bajando las cejas.

-No, no se -digo riéndome.

-Pues a formar una familia -dice de pronto. Yo me quedo mirándolo fijamente sin decir nada-. Di algo -dice divertido.

-18 años. Tenemos 18 años y tú pensando en tener hijos -digo asombrada.

- ¿Por qué no? -dice sonriendo-. Se que quiero tener hijos y los quiero contigo. Cuanto antes empecemos más tendremos -dice pervertidamente.

-Pues yo no quiero hijos con 18 años, lo siento, pero vas a tener que esperar -digo dándole palmaditas en el pecho.

-Bueno, pero podemos practicar -dice cogiéndome por la cintura y acercándome más a él.

-Eso sí -digo pasando mis brazos por su cuello-. Pero no ahora -añado viendo sus intenciones.

- ¿Por qué no? -dice acariciándome el cuello con su nariz.

-Porque tenemos que ir a trabajar -digo separándome de él para ponerme los zapatos.

-No me gusta trabajar -dice haciendo un puchero.

-Ya, pero tendremos que comer, ¿verdad? Y pagar el piso y la ropa muggle que tanto te gusta -digo acariciando su mejilla.

-Podríamos...

-No le vamos a pedir dinero a nuestros padres -digo para después darle un beso en la mejilla y coger mi chaqueta junto con el bolso-. Nos vemos esta noche.

-Adiós -dice despidiéndose con la mano.

Después cierro la puerta y bajo por el ascensor para emprender mi camino hacia mi trabajo; una heladería.

No era precisamente mi sueño, pero entre lo que gano yo y lo que gana Draco como camarero podíamos permitirnos el piso además de algunos caprichos.

Habíamos tenido bastante suerte en ese sentido.

-Hola -digo cuando llego a la heladería.

-Hola, Melody -me saluda Jorge, mi compañero e hijo del dueño.

Me puse el delantal y ocupé mi sitio detrás de la barra, a la espera de que entrase algún cliente.

Cuando acabé, volví a quitarme el delantal y a dejarlo en las perchas para después deshacer el camino de esta mañana para llegar a casa con la única diferencia de que ahora era de noche en lugar de por la mañana.

-Ya he llegado, Draco -grité desde la entrada, pero no tuve respuesta alguna.

Fui al salón y vi que la tele estaba encendida, pero ni rastro del rubio.

Melody ¿Krum?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora