Capítulo 42

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Me despertaron unos suaves ronquidos sobre mi oído. Abrí los ojos despacio al notar el cálido abrazo de Draco. Me moví ligeramente para poder respirar un poco de aire ya que Draco me mantenía pegada a su pecho como si la vida le dependiera de ello.

Él me soltó y se giró. Yo aproveché para levantarme. Miré la hora y vi que aún quedaba mucho tiempo para que los alumnos comenzaran a levantarse por lo que pensé en ir a mi habitación improvisada para coger mi maletín y mi varita y enviarle una carta a Harry.

Con cuidado de no despertar a Draco le cogí un pergamino y una pluma y comencé a escribir.

Harry,

No tengo mucho tiempo para escribirte esto asique seré breve. Me ha surgido un problema y no voy a poder salir de la habitación de Draco en un tiempo por motivos de seguridad y por obligación ya que es cosa de Snape. Si necesitas algo ya sabes dónde encontrarme.

Atte.: Melody.

Después volví a dejar la pluma en su sitio y enrollé el pergamino.

Me di una rápida ducha y me coloqué el uniforme y la túnica que había traído Snape para sustituir los que me habían quitado y guardé el pergamino en uno de los bolsillos de la túnica.

Me volví y fui en silencio hasta la puerta. Giré el pomo y cuando iba a dar un paso hacia fuera de la habitación la puerta se cerró de golpe.

Di un salto del susto y me giré, enfrentándome así a un Draco enfadado.

-Prometiste no salir de aquí -dice Draco peligrosamente calmado.

-Lo sé. Solo iba a recoger mi varita -intento explicar-. Falta aún mucho para que los alumnos empiecen a levantarse y para entonces ya habría vuelto.

-No vas a salir de aquí -dice Draco ignorándome completamente-. ¿Es que no te das cuenta del peligro al que estás expuesta? Han estado a punto de matarte, Melody.

Yo agacho la cabeza y miro al suelo. Una lágrima me cae pero la quito rápidamente.

-Mel... -comienza Draco.

-Déjame en paz -le digo sin mirarlo.

Me alejo de él y de la puerta y me siento en el borde que hay en la ventana, con las piernas dobladas y pegadas al pecho.

Pongo la barbilla sobre mis rodillas y me dedico a mirar el lago, que es hacia donde daba la ventana de Draco.

Al momento siento como Draco se para frente a mí y se pone de rodillas mirándome.

-¿Dónde está tu varita? -pregunta dulcemente- Iré yo y te la traeré.

No respondo, no pienso decirle que duermo en la lechucería.

-Melody, por favor -ruega él.

Giro mi cabeza y lo miro fijamente en silencio, sin expresión alguna en el rostro.

-Está bien -dice frustrado-. Iremos los dos, ¿te parece eso mejor?

Acepto ya que es el único modo de salir de su habitación.

Sale él primero para comprobar que no hay nadie y después lo sigo yo. Cuando salimos fuera de la sala común contemplo la posibilidad de darle esquinazo y salir corriendo. No me alcanzaría, soy más rápida que él.

-Ni se te ocurra -me dice Draco serio.

-No me leas la mente -digo molesta.

-No lo haría si no me obligases a hacerlo -dice frustrado con él ceño fruncido-. Melody debes dejar de ponerte en peligro constantemente.

Melody ¿Krum?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora