Melody ¿Krum?

Capítulo 11

Lo miré y vi que tenía ciertos problemas para bailar con Luna. No pude evitarlo y me reí también.

Al final resultó que Draco si era un buen bailarín pero aun así me pisó un par de veces por la falta de práctica.

Cuando nos cansamos de bailar fuimos a sentarnos en nuestra mesa junto con los demás.

Yo me senté entre Draco, quien estaba a su vez al lado de Jonas, y Arizona, sentada junto a Blaise. Cedric estaba junto a Jonas con Summer y a su lados estaban sentados Theo y Pansy.

-Bueno –comienza Blaise para intentar romper el silencio incomodo que nos rodeaba-, pues se ha quedado una buena tarde, ¿no?

Todos reímos muy incómodos. Y entonces se me ocurre algo.

-Cedric –le digo-, ¿has conseguido descifrar el huevo?

-Pues lo cierto es que sí –me contesta sonriendo-. ¿Y tú?

Yo me río un poco nerviosa.

-Si por descifrarlo quieres decir emitir un chillido espantoso cuando lo abres, entonces sí –dice Blaise riéndose de mí.

-Ja ja, que gracioso que eres Zabini. Veremos si te ríes tanto cuando te despierte ese sonido mañana –le respondo.

-No pasa nada, eso me pasaba a mi también al principio –dice Cedric riéndose.

-Y, ¿cómo conseguiste que dejara de chillar? –preguntamos todos con curiosidad.

-Pues eso es información confidencial –dice con una sonrisa burlona.

-¡Oh! ¡Venga, Cedric! –le digo haciendo un puchero- ¡Por favooooor!

-No sé, no se –dice divertido.

-Pooor fiiiiis –le digo cual niña pequeña.

-Está bien, te lo diré –dice riéndose, al igual que todos.

-¡Bien! –digo haciendo palmas con las manos, acción que Jonas imita, lo que le causa más risa a Draco.

-Solo te diré que el baño de prefectos es un buen lugar para darse un baño –dice guiñándome un ojo-. Llévate el huevo.

-¡Gracias! –digo sonriéndole.

Cenamos entre risas y cuando acabamos de cenar comenzó a tocar un grupo de música que habían contratado para la fiesta.

Entonces alguien tocó mi hombro.

-Mel… ¿quieres bailar? –dice alguien detrás de mi provocando que Draco lo mate con la mirada. Yo me doy la vuelta y lo veo. Dean.

-Dean –susurro. Salto de la silla y lo abrazo.

-Ha pasado mucho tiempo –dice devolviéndome el abrazo.

-Demasiado –le respondo-. Dios, Dean, mírate. Estas muy cambiado.

-Tú también. Pero es normal, hace 6 años que no nos vemos –me dice. Los demás nos miran confusos.

-Sí y en todo este tiempo has seguido con la misma escoba –le digo riéndome.

-Por supuesto, era la única cosa que me recordaba a ti.

-Oye, un momento. Un momento –dice Blaise- . ¿Vosotros dos os conocéis?

-Sí –contesta Dean-. Éramos vecinos en Sliven. Pero cuando mi padre murió mi madre decidió que era mejor irnos a vivir al Londres muggle con mis abuelos.

-Oye, Dean –le dije yo-. Muchísimas gracias por lo de la escoba. Te prometo que te compraré otra cuando pueda.

-No pasa nada –me dice sonriendo-. No hace falta que me compres una.

-Sí. Sí que hace falta. Y no se hable más.

-Bueno, vale –dice riéndose-. Bueno, y ¿qué me dices?

-¿Qué te digo a qué? –le respondo.

-A bailar conmigo –dice riéndose.

-Ah, es verdad. Sí, claro –le digo y me vuelvo hacia a Draco-. Luego vuelvo, ¿vale?

Después de bailar un rato con Dean, volví con Draco el cual estaba solo en la mesa con cara de amargado.

-Hey, Draco –digo poniéndole una mano en el hombro causando un brinco por parte de Draco.
Creo que lo he asustado.

-Por Merlín, Mel, que susto –dice poniéndose una mano sobre el pecho.

-Perdón. ¿Qué haces aquí solo y con cara de amargado? –digo divertida-. ¿Dónde están los demás? –Él hace un movimiento con la cabeza señalando la pista de baile-. Ah, bueno ¿y la cara de amargado?

-Pues no se –dice sarcástico-. Mi pareja se va con otro y mis amigos se van con sus respectivas parejas bailar dejándome solo.

-Estás un poco gruñón –digo riéndome-. ¿Quieres que vayamos fuera?

-Claro –dice sonriendo y poniéndose en pie.

Yo lo imité y salimos del Gran Comedor. Subimos por unas escaleras y de repente se empiezan a mover haciendo que pierda el equilibrio al llevar tacones. Draco me coge para que no me caiga por las escaleras pero eso hace que ahora sea Draco quien pierda el equilibrio y caemos los dos rodando por las escaleras abrazados.

No sé como acabamos en un jardín que menos mal que estaba vacío, pues hubieran pensado que éramos retrasados ya que nos estábamos riendo cual psicópatas.

-Bueno, ya –dijo Draco intentando dejar de reír pero hacia muecas raras para ello, lo que causaba más risas de mi parte.

Al final Draco falló en su intento.
Cuando al fin dejamos de reír nos sentamos en un banco.

-Bueno… -comenzó Draco-, y tú y Dean… -lo corté.

-Esto me suena de algo –digo divertida, alzando una ceja. Él se sonrojó.

-Bueno –dice- esta vez no me dirás que es gay, porque yo lo he visto con muchas chicas.

-No, no te voy a decir que es gay. Te voy a decir que… -me cortó.

-¿Que solo sois amigos? –dice.

-Eso no te iba a decir. Yo… -me vuelve a cortar.

-¿Y entonces que me ibas a decir? –dice ya un poco molesto.

-Oh, por Merlín –digo divertida-. Si me dejaras hablar lo sabrías.

-Vale, vale –dice alzando las manos.

-Lo que te iba a decir es que… -hice una pausa para mirarlo y comprobar que no me iba a cortar de nuevo- …tiene novia.

-¿Y tú como sabes que tiene novia? –Dice alzando una ceja- No os habéis visto en años.

-Cierto, pero te recuerdo que hemos bailado y… -volvió a cortarme.

-Pues ya está. Habéis bailado, no hablado –dice señalándome con el dedo.

-Para tu información, a diferencia de ti nosotros sabemos hacer dos cosas a la vez por lo que además de bailar hemos hablado –le digo con superioridad.

Ante eso el muy crío me saca la lengua, provocando mi risa y acto seguido la suya.
Así estábamos los dos otra vez, riéndonos cual focas retrasadas cuando nos interrumpieron.