Capítulo 41

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Me despierto bruscamente asustada debido a la pesadilla que estaba teniendo, la cual no era más que el recuerdo de la noche anterior.

-Tranquila -dice Draco, quien está en el suelo al lado de la chimenea, sentado encima de un montón de mantas. A la luz de la chimenea puedo observar las profundas ojeras que tiene bajo los ojos, en este momento inyectados en sangre.

-¿Has dormido? -digo con la voz ronca y sabiendo la respuesta.

-No podía -dice con un hilo de voz-. Quería asegurarme de que estabas bien.

-Estoy bien -digo no muy segura porque estaba comenzando a marearme.

-¿Puedes venir aquí? -pregunta Draco con voz entrecortada.

Me acerco a él y me siento a su lado, con cuidado de no caerme en el proceso. Entonces se abalanza sobre mí dándome un abrazo.

Mi reacción es quedarme quieta porque mi cerebro no procesaba del todo bien lo que estaba ocurriendo, hasta que oigo un sollozo por parte de Draco y alzo los brazos rodeándolo.

-Lo siento -me susurra entre sollozos-. Lo siento mucho.

-No es tu culpa -digo acariciándole con una mano la espalda y con la otra la nuca.

-Debería haber estado ahí para ayudarte -continúa el lamentándose.

-Y lo has hecho -digo segura-. Me has ayudado. De no ser por ti yo estaría...

-¡No lo digas! -me corta y me abraza más fuerte todavía.

Nos quedamos un rato así, donde solo se escuchan los sollozos de Draco que poco a poco van cesando.

Cuando finalmente Draco se calma, se separa un poco de mi, se apoya en la pared, se frota los ojos y se seca la cara con las mangas de su camisa.

-Lo siento -repite con una mueca a modo de sonrisa.

-No lo hagas -respondo yo mirándolo sin saber bien que hacer-. Lo que sí deberías hacer es dormir. Yo tengo que ir a por unas cosas -añado levantándome.

-No -dice tajante-. Ya has oído a Snape, no puedes salir de aquí, es peligroso.

-Pero...

-Pero nada, Melody -dice mirándome serio-. Prométeme que no vas a salir de aquí.

-Está bien, pero solo si tú me prometes que vas a dormir -ya que yo no podría salir por lo menos sacar algo de todo esto.

-De acuerdo -dice él tendiéndome la mano. Yo la cojo y le ayudo a levantarse-. Dormiré en el sillón.

-Dormirás en tu cama -digo sentándome en el sillón antes que él.

-Tú eres las que va a dormir en la cama, asique levántate del sillón -dice tranquilo.

-No te ofendas pero estás en peor estado que yo y mira que es a mí a quien le han dado una paliza -digo alzando una ceja.

Ante mi comentario su cara se contrae en una mueca de dolor y culpa.

-No ha sido por tu culpa, Draco -digo levantándome y yendo hacia él.

-Esto no habría pasado si no fuera un completo inútil -dice sentándose al borde de la cama con los hombros caídos y pasándose las manos por la cabeza con desesperación.

-No lo eres -digo poniéndome de cuclillas delante de él y apoyando mis manos en sus rodillas.

-Créeme que si lo soy, un completo inútil y un egocéntrico que no es capaz de superar su orgullo ni de reunir el valor suficiente para ir a decirle lo mucho que lo siente y lo imbécil que fue el día que dejo marchar a la mejor chica de todo el mundo mágico y del mundo muggle -dice sin mirarme.

Yo me levanto, me siento a su lado y colapso. Suelto toda la rabia, la ira, el miedo, la desesperación y la impotencia que tengo dentro acumulada y comienzo a llorar.

Draco al darse cuenta me abraza y me sienta sobre su regazo. Yo escondo mi cara en su cuello y él me envuelve más fuerte con sus brazos.

-Te amo, Melody -dice llorando también Draco-. Siento mucho haberme comportado como el imbécil que soy. No sabes las veces que he querido volver atrás en el tiempo y arreglar lo que hice.

Yo quería decirle que no fue su culpa, que fui yo quien debió de contarle que pertenecía al ejercito de Dumbledore, que no debí de haberle reprochado que nos pillaran por su culpa... pero no me salían las palabras. Simplemente seguí llorando abrazada a él.

Con el paso de los minutos me fui calmando, hasta que el sueño pudo más que todo y me dormí en sus brazos.

Narra Draco

No me gustaba ver a Melody así por mi culpa. Tan débil, tan apagada. La sostuve entre mis brazos, pegada a mí hasta que se durmió.

Entonces con mucho cuidado de no despertarla, la levante en brazos y la tumbé en la cama. Cogí unas mantas del suelo y la tapé con ellas para después tumbarme junto a ella en mi cama.

Me quedé ahí tumbado, apoyado sobre un lateral de mi cuerpo mirándola mientras dormía. Se veía tan frágil, como si al más mínimo soplo de viento se fuera a quebrar.

Extendí mi mano y le aparté un mechón de cabello que caía sobre su rostro. Ella se movió y yo detuve mi mano en el aire pensando que la acababa de despertar, pero no fue así.

Se giró dormida y se acurrucó contra mi pecho. Yo bajé la mano y la abracé delicadamente.

Le di un suave beso en la frente y cerré los ojos, aspirando su dulce aroma.

Desee poder detener el tiempo y quedarnos así por siempre, y con ese pensamiento en mi mente caí en brazos de Morfeo.

Melody ¿Krum?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora