Capítulo 32

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-Pase -dijo la voz indiferente de Snape desde el interior de su despacho.

-Hola, Profesor -digo cerrando la puerta tras de mí.

-Hola, Melody -dice él sorprendido- ¿Ocurre algo?

Yo me encogí de hombros y le tendí la nota. La abrió y comenzó a leerla. Cuando acabó me miró fijamente.

-¿De verdad le has gritado? -dijo con una ceja alzada. Me volví a encoger de hombros-. Puedes irte.

Abrí los ojos sorprendida.

-¿No me va a castigar?¿Ni a restar puntos?

-¿Debería hacerlo? -dice sin mirarme.

-Le he gritado a un profesor -digo confusa.

-¿Tenía motivos para hacerlo?

-Sí, pero...

-Pues ya está, ahora le rogaría que se fuese ya que tengo cosas que hacer -dice dándose la vuelta.

Yo salí del despacho perpleja por lo sucedido y emprendí mi camino hacia mi habitación.

Me puse a dibujar para matar el tiempo hasta que fue la hora de comer y bajé al Gran Comedor.

-Mi más sincero respeto -dice Fred, quién se encontraba en la puerta junto a George.

-¿Os habéis enterado? -digo sorprendida.

-Todo Hogwarts se ha enterado -dice George y entran al comedor.

Yo me dirijo hacia la mesa de Slytherin, dónde están Pansy, Theo, Blaise, Arizona y Draco.

-Simplemente increíble -dice Blaise.

-No deberías haberlo hecho -dice Draco a la vez. Yo ruedo los ojos y me siento a su lado.

-Vamos, Draco, ha sido genial -dice Pansy riéndose.

-¿Habéis visto la cara que se le ha quedado? -señala Theo.

-¿Cómo estás? -dice Draco dándome un beso.

-Bien -le sonrió y comenzamos a comer-. ¿Cómo vas en tu nueva casa, Arizona?

-Bien -dice feliz-. Son todos muy simpáticos e inteligentes, a veces demasiado -dice riendo.

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-Las 5 -dice Draco mirándome serio.

-Lo sé, tengo reloj, ¿sabes? -digo divertida.

-No es gracioso- se cruza de brazos y se apoya en la pared al lado de la puerta del despacho de Umbridge.

-Luego nos vemos, ¿sí?

Le doy un beso y entro.

-Llega tarde, señorita Potter -dice Umbridge desde detrás de su escritorio-. Siéntese ahí, hoy copiará unas frases.

Me vuelvo para sacar de mi mochila una pluma pero Umbridge me detiene.

-Las copiará con esta pluma –dice colocándola en la mesa junto a una hoja-. Empiece. “No debo decir mentiras”

-Pero, profesora, no me ha dado tinta .digo confusa.

-No la necesita, esta pluma es especial .dice con una pequeña sonrisa maliciosa.

-Esta bien, ¿Cuántas veces tengo que copiar la frase?

-Digamos que hasta que se quede grabado –dice feliz.

Yo comienzo a escribir la frase y conforme la copio, empieza a escocerme la mano izquierda, en la cual poco a poco se van haciendo ronchas rojas hasta hacerse una herida, una herida que forma la frase “No debo decir mentiras” con mi letra.

Miro a la profesora estupefacta por lo ocurrido y la veo con una gran sonrisa mirándome fijamente.

-¿Algún problema, señorita Potter? –dice con el tono de voz más falso que he escuchado.

-Ninguno –digo mirándola con odio.

Melody ¿Krum?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora