Capítulo 101

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Una hora después, Jonathan se había quedado dormido en el sofá junto a Ty. Parecían dos niños acurrucados el uno junto al otro. Sonreí ligeramente y suspire pasándome la mano por la cara para despejarme. Tom estaba en la cocina haciendo más café y por lo que se escuchaba solo el sonido de las tazas al chocar contra la encimera cuando las movía. Llevábamos ya como cinco tazas de café intentando mantenernos despiertos.

Respire hondo y me levanté del sillón para estirar las piernas. Me asomé a la ventana mirando la oscuridad de la noche, esperando poder vislumbrar los primeros rayos de sol, pero estos estaban lejos de aparecer.

Iba a volverme cuando algo llamó mi atención. Alguien se acercaba por la acera de enfrente. Fruncí el ceño y me encaramé mas a la ventana intentando ver mejor las facciones de la persona desconocida.

Cuando cruzó la calle, las luces de las farolas lo iluminaron. William. Me alejé rápidamente de la ventana saliendo disparada hacia la puerta.

-Voy a llevármelo -me dice señalándome con un bate en el que no había reparado.

-No te lo permitiremos -le digo segura dando un paso hacia delante.

Él simplemente me miró de arriba abajo y sonrió macabramente.

-William, fuera de aquí -le digo nuevamente apretando los puños.

-¿Piensas que tú vas a detenerme? Eres una chica estúpida -dice avanzando hacia la puerta. Yo me puse en medio, con los brazos extendidos interrumpiendo su paso-. Apártate.

-Fuera, no te lo volveré a repetir -le digo intentando parecer amenazante. Él se rio en mi cara e hizo el amago de empujarme. Pero en lugar de derribarme, salió disparado hacia atrás, volando varios metros de distancia del suelo. Yo tenía las manos levantadas hacia él. El bate cayó varios metros detrás de William, el cual me miraba asustado.

-¿Que cojones... -dice en un murmullo.

-¡Largo de aquí! -le rujo.

-¿Qué ocurre? -dice Tom llegando hasta a mí.

-Eres el demonio -dice William aterrado y con los ojos desorbitados-. ¡El demonio!

-¿Qué? -dice Tom mirándome con una ceja alzada.

Después William hecha a correr volviéndose a mirarme para después caer al suelo y repetir el proceso.

Tom seguía mirándome confundido.

-Doy mucho miedo enfadada -digo encogiéndome de hombros. Después entro en casa.

Pero lo que acababa de suceder... lo que acababa de suceder no era simplemente nada. Había lanzado a William por los aires sin varita.

-¿Me vas a decir que ha pasado ahí fuera? -insiste Tom.

-No ha pasado nada -le digo desviando la mirada-. Deja de insistir.

-William ha salido corriendo como si hubiera visto un fantasma. Algo habrás tenido que hacer -dice confundido.

-Estaba borracho y vete tú a saber si drogado también -digo mirándolo-. Solo él sabrá lo que le ha parecido ver.

Tom pareció convencerse porque se encogió de hombros y volvió a la cocina. Yo corrí para encerrarme en el baño.

-Vale, ¿que acaba de suceder? -susurro mirándome en el espejo-. He lanzado a William por los aires.

No. No podía ser. No tenía varita. No podía hacer magia sin ella. Quizás... Quizás había alguien ahí fuera. Un mago. Draco.

Abrí la puerta del aseo y corrí hacia a fuera. Toda la calle estaba a oscuras. En silencio.

Melody ¿Krum?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora