Capítulo 57

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-¡Despierta, Melody! –grita Blaise en mi oído haciendo que me caiga al suelo del susto. Blaise estalla a carcajadas-. Deberías verte la cara.

-Corre –digo amenazante.

Él me hace caso y sale corriendo de la habitación, rápidamente seguido por mí.

-Chicos, basta ya de correr por la casa –dice Amelie regañándonos.

-Tiene razón. Melody sal fuera a pegarle –dice Alessandro empujando a su hijo al jardín.

-¡Oye! –Grita Blaise-. ¡Yo soy tu hijo! ¡Defiend…

Antes de poder acabar la frase lo tiro al estanque, que para su suerte es como una piscina natural de lo cuidado que lo tienen los Zabini.

-De nada, Blaise. Ya no te hace falta bañarte –digo lanzándole un beso.

Él sale riéndose del estanque para después cogerme y lanzarse de nuevo hundiéndome en el agua con él.

-Chicos, salid. Tenéis que cambiaros, se os va a hacer tarde para ir a la estación –grita Amelie desde la puerta-. Además, Draco ya ha llegado.

Yo dejo de tirarle agua a Blaise y salgo corriendo hacia el interior de la casa.

-¡Fuera! –grita Amelie cuando me ve entrar mojando todo a mi paso y dejando pequeños charcos de agua.

-Pero si nos has dicho… -comienzo a decir buscando con la mirada a Draco.

-¡Estáis mojando todo! –dice dándonos dos toallas a cada uno y empujándonos de nuevo hacia el jardín.

-Mamá, no la dejas ver a su amado –dice Blaise divertido. Yo le saco la lengua.

-Draco, cielo, ven aquí –grita Amelie al interior de la casa.

Al segundo aparece por el fondo del pasillo la cabeza rubia de Draco asomándose.

Yo dejo caer las toallas al suelo y corro para abrazarlo a pesar de los gritos tanto de Amelie para que no mojara todo como de Draco para que no lo mojara a él.

-Te he echado de menos –digo abrazándolo.

-Yo también –dice riéndose-. Me has mojado entero.

-Pues te cambias –digo obvia. Él hace un puchero.

-Hola, Blaise, a ti también te he echado de menos –dice Blaise mirando mal a Draco.

-Envidioso –le digo sacándole la lengua mientras Draco va a saludarlo.

-Chicos, miradme –pide Amelie. Nosotros le obedecemos-. Siccum

-Gracias, señora Zabini –dice Draco agradecido de no tener que ir a cambiarse.

-De nada. Ya podéis pasar a cambiaros –nos dice a Blaise y a mi sonriendo.

-Vamos –digo corriendo hacia dentro seguida por el moreno y el rubio.

Cuando subimos a la segunda planta, Blaise entra a su habitación y yo continuo hacia la mía. Entro y cuando voy a cerrar la puerta, Draco pone el pie.

-¿Yo no entro? –dice haciendo un puchero.

-No –digo sacándole la lengua.

-Eres cruel –dice para después quitar el pie permitiéndome cerrar la puerta.

Me pongo una camiseta de tirantes blanca suelta en la que se puede leer Need Coffee y unos pantalones vaqueros cortos rotos.

-¿Puedo pasar ya? –oigo a Draco decir desde fuera.

Melody ¿Krum?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora