Capítulo 37

1.6K 102 6
                                    

-Ha sido increíble –dice Justin viniendo hacia la mesa Gryffindor, donde nos encontrábamos nosotros.

-Así son los gemelos –dice Hermione.

-Hazlo a lo grande o no lo hagas –digo yo riéndome levantando mi copa.

-Tus hermanos son increíbles –le dice a Ron un Hufflepuff que vino con Justin. Ron solo se encogió de hombros debido a que él solía ser el objeto de bromas en su casa-. Por cierto, me llamo Beaufort Smith, pero llamadme Beau.

-Yo soy Margot Cryostat –se presentó la otra Hufflepuff que había venido.

-Sentaos con nosotros –ofreció Harry.

Ellos aceptaron y se sentaron junto a nosotros. Comimos todos juntos entre risas. Hasta que llegaron los Slytherin a molestar.

-Reíd mientras podáis –dijo Astoria cogida del brazo de Draco. Yo los miré con asco.

-Vete a molestar a otra parte, estúpida –le dije yo.

-A mi no me insultes, traidora –dice intentando parecer amenazante cosa que no conseguía. Beau se rió de su intento-. ¿Tú de que te ríes?

-De lo patéticos que sois –respondió él-. Nadie os toma en serio, ¿os podéis marchar?

-Nadie ha pedido tu opinión, asquerosa sangre sucia –dijo Malfoy con superioridad.

Yo me levanté y le planté un puñetazo en la nariz haciendo que perdiese el equilibrio y cayera hacia atrás.

Todos sacaron sus varitas rápidamente, apuntándose unos a otros excepto Malfoy que seguía en el suelo y yo que lo miraba con asco.

-Piérdete, Malfoy –digo lo más fríamente que puedo-. Vámonos.

-Bajad las varitas –les ordena Malfoy mientras nos vamos de allí.

Miro mi mano mientras vamos hacia uno de los patios y veo que tengo un poco de sangre en los nudillos.

La sacudo como si con eso desapareciera el dolor, obviamente no pasa.

-¿Te has quedado a gusto? –dice Justin.

-No sabes cuánto –digo sonriendo.

-Déjame curarte –dice Beau-. Episkey.

Mis nudillos vuelven a cerrarse.

-Voy a ser medimago –dice sonriendo.

-Mel –dice Hermione seria-. Tenemos que irnos. Hay problemas.

-Chicos, nos vemos luego –digo corriendo junto a Hermione-. ¡Y gracias por curarme, Beau!

Corrimos hasta la sala común de Gryffindor donde ya estaban Harry y Ron.

-¿Qué pasa? –digo sentándome junto a Harry.

-Es Sirius, está en peligro –dice mirándome preocupado.

-¿Qué quieres que hagamos? –le dice Ron poniéndole una mano en el hombro.

-Hay que ir al ministerio –dice levantándose del sillón donde estaba sentado.

-¿Cómo vamos a hacer eso? –dice Hermione.

Harry y yo nos miramos y dijimos a la vez.

-Por red Flu.

-Como si eso fuera posible –continua diciendo Hermione- Umbridge tiene todas las chimeneas controladas.

-Sí –dice Harry-. Todas menos una.

-La suya –le explico a Ron que lo veo con cara de confusión.

Organizamos un plan para poder entrar y utilizarla sin que nos pillaran pero no funcionó. Pillaron a Ginny, Luna y Neville intentando distraer a la brigada y a Umbridge; y por ese motivo ahora tenía al rubio sujetándome. Pansy sujetaba a Hermione, Crabbe a Ron, Goyle a Ginny, Cassius a Neville y Daphne a Luna. Harry estaba atado en una silla frente a Umbridge.

-¿Dónde está Dumbledore? –nos gritó Umbridge.

-¡Qué no lo sabemos! –le grité yo a su vez.

-¿Y donde se supone que ibais a ir a través de mi chimenea? –pregunta mirándonos lentamente a mí, a Hermione, a Ron y por último a Harry.

Nosotros nos miramos y no dijimos nada.

-¡Contestad! –grita ella. En eso entra Snape-. Oh, Severus, deme más veritaserum, por favor.

-Lo siento –dice falsamente-, se acabó toda la que me quedaba cuando la usó con Chang.

-Tiene a Canuto –le grito yo a Snape intentando apartarme de Malfoy, pero él me sujetó más fuerte.

-Es cierto –dice Harry-. Tienen a Canuto.

-¿Canuto? -dice Umbridge confusa- ¿Qué es canuto?

Nosotros nos mantuvimos en silencio y Snape se fue diciendo que no sabía de qué hablábamos.

Al final Hermione convenció a Umbridge de que Dumbledore tenía un arma y le dijo que se la mostraría sin nos dejaban. Umbridge aceptó y se llevó a Harry y a Hermione para que le guiaran, no sin antes ordenar que no nos soltaran.

Malfoy seguía sujetándome, pero cada vez ejercía menos fuerza.

Crabbe, por la cara de Ron, parecía ser que cada vez ejercía más presión.

-Crabbe, suelta a Ron –le exijo. El me mira con expresión divertida y ejerce más presión.

-Para –le ordena Malfoy y Crabbe le obedece.

Ron me mira agradecido y yo le sonrió.

-Mel –comienza Ginny, con cara de estar a punto de decir algo malvado-. ¿Qué tal vas con Justin?

Ron y yo la miramos sin comprender nada y veo que me guiña un ojo.

-Ya que estaremos aquí un tiempo quiero que me pongas al día de vuestra relación –continúa ella-. Te tengo que decir que Justin y tú hacéis una bonita pareja, y es mejor que tu arrogante ex.

-Cállate, comadreja –le espeta Malfoy.

-Vamos bien –le digo siguiéndole el rollo-. Es un gran chico y si, tienes razón, él es mejor. En todos los sentidos, tú ya me entiendes.

Ginny, Ron y yo estábamos muriéndonos de la risa interiormente.

Escuchaba a Malfoy gruñir cada vez más alto.

-Entonces eso eran los ruidos que escuchaba la otra noche –dice Ron haciéndose el sorprendido.

Malfoy ya no aguantó más.

-¡Ya basta! Fuera de aquí –grita soltándome. Los demás no sabían que hacer y continuaban sujetando a los demás-. Soltadlos –les espetó Draco.

Ellos obedecieron y salimos corriendo de allí para buscar a Hermione y a Harry.

Nosotros no parábamos de reírnos.

-Deberíais haber visto la cara de Malfoy ante mi comentario –dice Ron.

-¿Cómo se te ha ocurrido eso, Ginny? –digo riéndome-. Ha sido brillante.

Ginny se encogió de hombros riéndose y salimos fuera del castillo justo cuando Hermione y Harry llegaban.

-¿Qué ha pasado? –digo yo.

-Le hemos hecho una visita a Grawp –dice Hermione con una sonrisa.

-¿Grawp? –digo confusa.

-Luego te lo explico, pero Hermione ha estado brillante –dice sonriendo-. ¿Vosotros como habéis salido?

-Digamos que Ginny tiene una mente perversa –digo y comenzamos a reírnos de nuevo.

Melody ¿Krum?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora