Capítulo 34

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Los días pasaban muy lentos, demasiado.

Blaise y Pansy decidieron ignorarme, o eso es lo que parece. Me evitan a toda costa y si se cruzan conmigo hacen como que no me ven hasta que es imposible fingir y simplemente me saludan y se van corriendo.

No los culpo, al menos a Pansy no. Ella es amiga de Draco desde pequeña y es comprensible que siga siéndolo.

En cambio Blaise era mi amigo y ahora no es capaz ni de mirarme a la cara. No debería culparle, es decir, le oculté lo del ejército. Es normal que se sienta dolido. Pero debería haber hablado conmigo, no simplemente fingir que no existo.

Justin, el chico de Hufflepuff, y yo nos hemos hecho amigos.

Podría decir que es con la única persona que puedo hablar libremente, desahogarme, ya que con Arizona aunque siga siendo mi amiga también es la novia de Blaise, por lo que no puedo ponerla en medio de nuestra pelea, no sería justo.

Con los Gryffindor por muy simpáticos que sean e intenten hacerme sentir una más no lo soy, yo soy una Slytherin y, aunque inconscientemente, siempre está el prejuicio hacia los Slytherin latente.

Harry intenta hacerme sentir bien siempre que puede, aunque muchas veces no lo consiga, pero no quiero cargarlo con más problemas de los que ya tiene por lo que prefiero no decirle nada y fingir que estoy bien.

Voy paseando por Hogwarts sin rumbo fijo, como es habitual ahora, cuando Justin aparece.

-¡Melody! -dice feliz- Te estaba buscando.

-Pues aquí estoy -digo señalándome.

-Ya veo -dice sonriendo-. ¡Te he traído un regalo!

-¿Y a que se debe? -digo confusa.

-A que se que sigues triste por todo y sé que te gusta pintar así que.... ¡Te he comprado esto!

Puso un maletín delante de mí y me quedé mirándolo asombrada.

-¿Cómo sabes que me gusta pintar?

-Me lo dijo tu hermano -dice mientras empieza a abrirlo-. Mira tienes todas las pinturas que encontré, una paleta, espátulas, pinceles, papel para cada tipo de pintura, un caballete, una bata para que no te manches y... ¡muchas más cosas! Además le he hecho un arreglo para que solo tú puedas abrirlo.

-¿Cómo puede caber todo eso ahí dentro? -digo riendo.

-Le tuve que hacer un hechizo para incrementar su tamaño y poder guardar todo -dice rascándose la nuca.

-Es perfecto, muchas gracias -digo abrazándolo-. Pero te ha tenido que costar una fortuna. No puedo aceptarlo.

-¡Claro que puedes! -dice él-. Pero a cambio te voy a pedir una cosa. Que me regales lo primero que pintes con él.

-Por supuesto -digo cogiendo el maletín-. Es más, me voy a poner ahora mismo con ello. Adiós.

Y empiezo a correr hacia el lago negro, donde había unas vistas increíbles para dibujarlas.

Estuve yendo allí para pintar el cuadro de Justin más de una semana hasta que por fin lo acabé.

Guardé todo el material en el maletín y emprendí mi camino de regreso al castillo dispuesta a entregarle el cuadro.

Pero cuando iba dirección de la sala común de Hufflepuff alguien me tapó la boca y me arrastró hasta una habitación vacía.

Cuando me empujó dentro pude ver quién, o mejor dicho, quiénes me habían arrastrado hasta allí.

Melody ¿Krum?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora