025.

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Expelled

-Capítulo veinticinco.

Después de ese momento en el ascensor. Mahogany me acompañaba a hacer compras para la fiesta sorpresa de Taylor. Ya en el centro comercial, fuimos al área de fiestas y eventos. ¿Por qué no sólo lo llamaron lasupebichipartydeelsexydetaylor? Ah, es más cool eh.

«Eso pasa cuando estas entré chicos.»

Tú te callas. Okay? Okay. Mañana muero en el auto, ya dije eso; me deprimo

¿POR QUÉ AUGUSTUS?

En fin.

"Taylor Caniff ha publicado una foto nueva en su perfil de Instagram." Y en esta iba adjuntada la foto donde salía él y todos los chicos en mi habitación, que era un desastre y seguimos con la... Esperen. ¿Esa era mi habitación? Putos, ¡yo los mato!
Sabía que era una mala idea dejarlos solos, pero tenían que insistir y yo tenía que venir aquí.

No, no suspiraré de nuevo.

•••

-Sabía que debíamos ir nosotros, ¡todo esto es tu culpa!- Carter iba de un lado para otro poniéndome más nerviosa aún.

-¡Ya te lo expliqué joder!- suspiré por enésima vez y traté de tranquilizarme- él dijo que traería todo hasta aquí, yo no podía con todas las bolsas y Mahogany tampoco, ustedes no nos quisieron ayudar. ¡No sabíamos que hacer! Y él se ofreció así que aceptamos, entramos y cuando nos dimos cuenta salió corriendo con todas las cosas.

-Esta bien, esta bien.

-Son las 6:48- miré a Aaron -, aún hay tiempo, ¡corre, corre!- y salí junto a él para volver a hacer las compras.

-Aaron, ¿podrías ir más rápido?- me sentía frustrada con esto de la fiesta y el idiota de mi lado iba demasiado lento como para llegar cuando la fiesta termine, si es que hay fiesta.

-¡Llegamos! Y a tiempo- los vio triunfante Aaron.

-Claro, faltan 20 minutos para que todos lleguen- rodó los ojos Matthew.

Después de un rápido baño, me maquillé como siempre; máscara, eye-liner, me puse lo que anteriormente había elegido y tomé mi tiempo para peinarme.

No es la gran cosa señores.

Salí del hotel junto a los chicos y LOX, ya que la fiesta sería en casa de un amigo de Taylor.

-Te vez hermosa- susurró Cameron en mi oído haciendo que mi piel se erizara por completo.

Matt comenzó a tomarme fotos cuando yo estaba desprevenida y según él no me daba cuenta.

Este chico es tan tierno.

"Llamada de: Jasmine."

+Bonnie- sentí su dulce voz del otro lado de la línea.

-Babe, ¿dónde estas?- sentí la mira de todos sobré mí.

+En casa, ¿sabes? Mi hermano a estado preguntando mucho por ti- en estos momentos no la podía ver, pero sabía que esta subiendo y bajando sus cejas con una sonrisa pervertida.

-¡Cállate!- susurré en un grito «Why?» y cubrí mi cara con una sola mano ya que la otra sostenía el celular «Deja de cubrir tu fea cara, ya te es costumbre.»

+Quiere hablar contigo- sé que ríes, deja de hacerlo pendeja.

-Esta bien- rodé los ojos.

+Hola Summer- joder.

-Hey Alex- sonreí.

+¿Cómo estas?- la verdad es que Alex es un chico muy apuesto; rubio de ojos verdes, tierno, tiene unas cuantos lunares por su cara lo que lo hace aun mas tierno, sus mejillas rosadas te invitan a pellizcarlas siempre, es caballeroso, divertido, molesto a veces, sabe cantar; es perfecto.

-Bien ¿y tú?- reí.

+Oh, bien. Pero me gustaría verte- sentí el calor en mis mejilla así que baje la cabeza, aunque sabía que él no podía verme.

Si, no sabía que decir.

so...

-Eh, Alex me tengo que ir, lo siento. Me gustaría hablar más contigo pero creo que será después.- lo escuché suspirar y reí.

-Esta bien, pero no te vas a librar de mí- reí junto a él- adiós, te quiero Summ.

-Te quiero más.

"Fin de la llamada con: Jasmine."

Suspiré y miré a todos los chicos que se encontraban frente a mí; curiosos.

-¿Quien es Alex?- Sam frunció el ceño.

-¿Qué?

-¿Qué?

-¿Qué, qué?

-¿Qué de qué?

-¿Qué de que, qué?

-¡Ya cállense!- gritó cabreado Gilinsky.

-Chicos bajen- la puerta del auto se abrió dejando ver a Bart, si él nos había traído, y vendría por nosotros.

Bajamos y al entrar a la gigantesca casa, donde había demasiados adolescentes hormonales; unos bebiendo del ya típico vaso rojo con un extraño líquido dentro, otros vomitando, otros en el jardín, y finalmente los que hacen cosas indebidas. Cada uno se fue por su lado y me quedé sola.

Geniaaaaaal.

Bufé y fui a sentarme a la barra donde un chico me pregunto qué quería.

-Mira, ya te dije como unas ochenta veces que no quiero nada.- ya estaba más que molesta, él insistía que debía tomar algo y blablabla.

Al final, se encogió de hombros y se fue a atender a los que si querían alguna bebida. Estaba más que aburrida y no tenía más de cinco minutos aquí.
Me aburrí más al pensar cuanto tiempo faltaba para que esto acabará y Bart viniera por nosotros y poder dormir.

Mientras tarareaba una canción, alguien cubrió mis ojos. Por instinto toqué sus manos como si eso me pudiera decir quien era ese desconocido.

-¿Quien soy?- fingió una voz graciosa.

-Um... ¿Un duende?- dudé.

-¿Qué? ¡Claro que no!- nadie tenía su melodiosa risa; Cameron.

¿Qué dije?

-Lo siento, no soy adivina.- subí mis manos.

-Bien- rió- ¿qué haces tan sola?- se sentó a mi lado y puso su mano en mi mejilla.

-Ustedes me abandonaron- coloqué mi mano en mi pecho dramatizando el momento.

-¿Y por eso peleabas con el barman?- dijo burlón.

-Sip.

-¿Quieres bailar?

-Nop.

-¿No sabes decir otra cosa?

-Nop- reí al ver su cara- esta bien, vamos.

Tomó mi mano para no perdernos entre tanta gente, así caminamos hasta llegar al centro donde todos bailaban al compás de la música. Esta cambio a una lenta.

Oh, dios.

expelled; magcon ✨ EDITANDO.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora