5. Make Me Statue Strong

130 10 6
                                    

5. Make Me Statue Strong

Conforme la fecha marcada en el calendario se acercaba, comencé a sentirme nervioso por encontrarme con Louis de nuevo. Ridículo, considerando que ya había roto la cuarta pared, aunque cierto, a pesar de todo. El internet trabajaba como un escudo. Había seguridad y comodidad asociadas con la idea de que, si llegara a ser demasiado muy pronto, podría cerrar sesión—desaparecer y no ver su rostro nunca más. Si dolía muy mal o muy bien, podría bloquear completamente su existencia de mi vida y rezar por lo mejor. No podía verme a mí mismo dejándolo a media frase--no podía verme a mí mismo lastimándolo de ninguna forma, tonto yo—pero yo estaba protegido sin importar cómo nuestro loco camino decayera.

Creo que una parte de mi tenía miedo de apegarse mucho porque sabía que ya había pasado. Sabía que estaba mal pensar en él cuando salía con mis amigos e imaginar que sería mucho más divertido si estuviera haciendo bromas con él. Sabía que estaba mal sonreír cada que Gemma me molestaba diciendo que tenía un novio. Nuestro vínculo estaba mal porque era muy fuerte, muy inmediato, muy bueno para ser verdad en un mundo que espera nada más que lo peor de ti.

Cuando salí del coche aquel día y vi los señalamientos que me guiaban hacia el escenario, mi estómago cayó en picada. Me congelé durante unos minutos, sin palabras y sudando, incapaz de funcionar. Mi mamá me empujaba hacia adelante, pero solo atinaba a tropezarme con mis propios pies como un idiota. Una ola de pánico me golpeó, tan fría como el viento de otoño, y me convencí rápidamente de que no podía hacerlo. Me sentí enfermo de nuevo. Siempre me sentía enfermo, como un perro condicionado. Cantar, escenario, inseguridad, fracaso, enfermedad. Un ciclo que tomó años romper correctamente. Y, aun así, nunca superé las críticas. Patético.

Louis y yo habíamos evitado tan eficientemente el tema de x-factor, que yo estaba contento creyendo tontamente que no tendría que enfrentarme a su mirada cuando ganara o perdiera, más seguramente cuando perdiera. No ayudó que él hubiera estado de vacaciones con su familia la semana antes del primer día. No le había llamado por Skype últimamente y comenzaba a sentir el persistente vacío de la pérdida.

Solo me di cuenta de qué tan desesperado estaba por su amistad en ese entonces y mi ego trabajaba muy rápido para reprimir el sentimiento adormecido. Él era solo algo en mi vida que no pertenecía ahí en la manera más positiva que podía imaginar. Al contrario de todos los demás a los que había conocido desde que tenía memoria, él era fresco, nuevo, impredecible, divertido—él me hacía reír en serio--él me mantenía feliz. Él era muy importante porque me mantenía feliz y yo me esforcé toda mi vida para ser feliz con quien soy y con las decisiones que tomaba. Y lo perdí y no tenía nada por lo qué ser feliz después.

Era la abrumadora batalla de emociones la que más alimentaba las náuseas. Aparentemente hubo algo en mi vómito que atrajo a Louis de la manera en la que la mierda atrae a las moscas. Mientras me agachaba, escupiendo inútilmente en el pasto, él apareció a mi lado, indiferente y como un fantasma.

"Veo que esta es una cosa muy tú para hacer. Muy de ti," dijo inexpresivamente.

Brinqué del susto, mis manos cubriendo mi boca tímidamente a pesar de que nada había salido de ella aún. Y me sonrojé como si no hubiera sido el que vomitó abiertamente frente a él, sobre él.

"¡Lou!" exclamé sin aliento.

"Sí, hola," respondió y se encogió de hombros.

Me sonrojé más, mirando hacia abajo, porque no sabía qué decir. Había imaginado muchos escenarios en mi mente, ensayado muchas conversaciones, pero esta no era ninguna de esas. Creí que actuaría de manera casual y sacaría un chiste interno. O que solo haría un mal chiste para comenzar, ya que él los encontraba divertidos. Creí que lo abrazaría fuerte o tocaría su cabello o haría alguna otra cosa loca con la que había estado fantaseando mientras lo veía por Skype. No creí que estaría vomitando de nuevo--pero supongo que eso también era un chiste interno, el primer chiste que hicimos.

Mi madre miraba de uno al otro preocupada, confundida al no saber quién era él. Louis se presentó amablemente, ofreciendo llevarme adentro mientras ella se estacionaba. Yo estaba contento por su propuesta, porque la simple presencia de mi madre me dificultaba mantener la compostura. Podía sentir el entusiasmo de mi mamá y no quería decepcionarla. La presión tenía una tendencia a volverte un poco loco.

"Ve," dije una vez que mamá nos dejó solos.

"No sin ti," contestó él, poniendo sus manos en los bolsillos de su chamarra.

"Necesito un poco de tiempo para..." dije, pateando una piedra con la punta del pie, "Solo ve, ¿sí?"

Se acercó más y me provocó, "¿Ahora tienes miedo, Styles?"

"No," solté desafiante.

Sonrió burlonamente antes de acercarse más, "¿Entonces qué?"

"Entonces nada. Solo tuve un pequeño momento. Estoy enfermo... creo," mentí.

"Sí, claro..." dijo, "¿Estás bien ahora?"

"Sí."

"Entonces vamos," dijo, volteándose, no sin antes tomar mi mano y empujarme para que caminara.

El momento de ternura duró solo unos segundos. Me atraganté en respuesta, de repente muy interesado en el pavimento. Sus dedos trabajaron rápidamente en separarse de los míos y agarró mi manga con su puño. Cuando lo miré, él estaba rojo, y no de la manera de chico malo en la que lo estaba en el escenario una vez que fuimos grandes. Él estaba muy rojo por la vergüenza. Me hizo sonreír. Le regresé el favor, aferrándome a su chamarra. Nos mirábamos extraños solo sosteniéndonos de la manga del otro como niños pequeños en el patio de la escuela. Él en verdad me arrastró hacia mi sueño aquel día. Yo en serio lo quería, pero él lo hizo suceder.

Como imaginé en un inicio, Louis era mejor con las personas que yo. Él encajaba inmediatamente con el resto de concursantes, bromeando con todos y moviéndose de un grupo a otro como una abeja ocupada. No esperaba que sostuviera mi mano durante todo el evento, pero tampoco esperaba el rechazo que sentí cuando se separó de mí con un "nos vemos luego," dejándome solo en la puerta. Perdido como un niño, casi corrí hacia afuera, pero el enojo dirigido a él por haberme abandonado luego de que estúpidamente lo considerara un mejor amigo, me hizo luchar para probarme a mí mismo que podía hacer esto sin él—llegué aquí por mí.

Fetus | Larry Stylinson | Jayme Dray - Traducción oficialDonde viven las historias. Descúbrelo ahora