26. Make It Sting Where It Counts

95 12 34
                                    

26. Make It Sting Where It Counts

El momento en que lo escuché gritar mi nombre, todo era diferente.

Habíamos estado en la playa todo el día, relajándonos antes de nuestra aparición frente a Simon en la casa de los jueces. Louis había estado persiguiendo chicas en los alrededores por algunas horas, gritando y riendo. Zayn lo había abandonado para tomar el sol. Él y Niall habían apostado por quién se broncearía más—era algo divertido, considerando lo fácil que el pálido rubio podía quemarse. Liam se había distraído con un libro, dejándome a mí nadando y buscando maneras de ignorar a Louis.

Lo había estado haciendo bien hasta que lo escuché llamarme. Sabía que ya no estaba solo jugando. Sabía que se había lastimado. Podía notarlo por el miedo en su tono de voz. Me necesitaba. Me apresuré hacia la orilla sin pensarlo dos veces.

Las chicas se habían alejado, gritando y con las manos en la boca. Todas señalaban al suelo y hablaban muy rápido en español. A pesar de que no entendía, era obvio que tenía que ver con él habiendo sido mordido o picado. No me asustó. Solo me hizo querer llegar a él más rápido. Me preocupé. Mi corazón se saltó un latido.

A pesar de que dijo que no me acercara cuando finalmente había entrado en su radio, con las piernas en el agua, sabía que él estaba asustado y que en realidad quería que fuera por él.

"No te muevas. Lo empeorarás," le aconsejé, acercándome con cuidado, "está bien, boo. Mantén la calma. Voy por ti."

Los dedos de mis pies tocaron el suelo, sintiendo la suave arena, mientras mis ojos nunca se apartaron de los suyos. Se estaba apoyando en su pie izquierdo, cojeando ligeramente. Parecía herido.

"Sube a mi espalda," le dije antes de llegar a él.

"Estoy bien," dijo Louis predeciblemente.

"Lou, por favor," solté, "no te hagas el difícil. Estás lastimado."

Puso los ojos en blanco ante mi tono. Asintió una vez como un niño regañado antes de esperar silenciosamente a que me acercara más. Podía notar que estaba avergonzado. No quise herirlo. Estaba preocupado—no molesto—pero al mismo tiempo sabía que no era el momento ni el lugar para disculparme y hacer que todo fuera mejor. Una semana de peleas no iba a ser debatida sangrando en el mar.

"Aquí," dije cuando pude tocarlo, "déjame ayudarte."

Mis manos rozaron sus brazos con preocupación y lo miré morderse el labio. Saltó en una pierna, siseando bajo, y en el momento en que llegó a mis brazos, se apoyó en mí, apenas dejándose caer.

"¿Te duele?" Pregunté, sobando su espalda para hacer que su respiración se calmara.

Asintió. Intenté levantarlo, pero era muy pesado.

"¿Qué tanto?" Hablé para distraerlo mientras buscaba la manera de levantarlo.

Se encogió de hombros. Podía notar que le dolía.

"¿Lou?" Insistí.

"Mucho," soltó.

Entonces me preocupé en serio. Me giré, agachándome para que pudiera subir a mi espalda. Sus brazos cuidadosamente rodearon mi cuello mientras lo levantaba del agua, sujetándolo por los muslos. Su pie sangraba por un costado. Se había hinchado y estaba muy rojo. Se quejaba cada que lo tocaba por accidente.

"Se ve—" comencé a decir con voz temblorosa.

"¡No!" Murmuró contra mi hombro, apretando los dientes, "solo—"

Fetus | Larry Stylinson | Jayme Dray - Traducción oficialDonde viven las historias. Descúbrelo ahora