Fetus | Larry Stylinson | Jayme Dray - Traducción oficial

7. Make Low Hits Count

7. Make Low Hits Count

Es difícil creer que Zayn era el tímido al principio. Supongo que siempre fue callado y eso nunca cambió, pero era reservado de otra manera. Después, Zayn estaba cansado de la fama. Al principio, él no creía que la mereciera. Todos tuvimos dudas. Él tuvo problemas para interactuar con otros y batallaba para salir. Y quizá mucho de eso fue porque se sentía diferente. No hay mucho que se pudiera decir sobre eso. Siempre había sido el que se miraba 'no como el resto' y lleva tiempo para llegar a un punto en el que estás orgulloso de eso. Para ser el chico que eventualmente terminó siendo vanidoso, Zayn empezó siendo muy inseguro y vulnerable.

Fue Niall quien lo descubrió antes que Simon. Me arrastró hacia Zayn a mitad de nuestra práctica de baile, un evento que apestó en su totalidad. No se supone que yo fuera a ser bailarín, como supongo que ya se habrán dado cuenta para este entonces. Tengo tanta coordinación como una brújula rota y mis extremidades tienen vida propia, así que parece como si me estuviera ahogando en el aire, sacudiendo los brazos. Obviamente, los ensayos de baile comenzaron con el tonto de mí batallando para mantener el ritmo, si es que eso es lo que se supone que debes seguir, el compás, el tempo, ¿la otra palabra de música que no sé? La práctica terminó conmigo y Niall improvisando algo del baile.

Se deslizó sutilmente a mi lado cuando le di una mirada de desesperada inconformidad. Intentamos animarnos el uno al otro con frases como, "¡Casi lo tenías!" y "gran esfuerzo". Pero después de una ronda particularmente brutal, nos dimos cuenta de lo ridícula que era la situación y nos rendimos completamente con risas de desaprobación. De ahí en adelante, encontramos inmenso placer en agregar nuestros pequeños giros y piruetas a la ya coreografiada rutina. Entonces saltábamos por todos lados, con movimientos exagerados con grandes gestos alrededor de toda la habitación como si de bailarinas drogadas se tratara.

Y las personas nos miraban como si hubiéramos perdido la cabeza. También yo pensé que eso había pasado, pero en ese punto, no me importaba porque me estaba divirtiendo y Niall estaba ahí siguiéndome la corriente con risas agudas. Como dije, era sencillo ser tonto alrededor de Niall porque él nunca te juzga, nunca te recuerda la carga sobre tu espalda que no te permite ser feliz. Para Niall, la felicidad fue siempre el factor más importante. Y él es feliz, incluso ahora, incluso cuatro años después.

Creo que management intentó que yo creciera muy rápido una vez que se dieron cuenta de que era su mina de oro. Cuando me dijeron que cambiara mi imagen para ampliar nuestra audiencia, aún no estaba listo para dejar la personalidad juguetona que marcó the x-factor. Ellos querían que yo fuera duro. Querían que jugara con las mujeres, pero ¿cómo es que todo eso era necesario si a las chicas les gustábamos haciendo todo lo contrario? Nunca entendí su razonamiento, así que sufrí el cambio y me odié a mí mismo como todas las mujeres a las que estaba denigrando debieron odiarme. Management insistió en que madurara cuando todavía era un niño, un niño de solo dieciséis años, así que tuve que rebelarme—pero esa es historia para otro día.

Estábamos hablando del ensayo de baile y mi resignación a aprovechar al máximo la experiencia incluso si eso significaba irme a casa decepcionado. Niall dijo que, si iban a enviar a casa a buenos cantantes por no ser buenos bailarines, él pasaría su noche comiéndose su vergüenza. Y él era definitivamente bueno comiendo.

Estuve de acuerdo con él, aunque estaba seguro de que Louis no. Él frecuentemente me lanzaba miradas interrogatorias que casi siempre tenían algún rastro de irritación. Louis estaba enojado conmigo ese día, aunque más adelante siempre lo negaría. Siempre me decía que era solo el estrés y que ni siquiera notaba que yo estaba presente, pero eso no explicaba el por qué bajaba la mirada cada vez que nuestros ojos se encontraban. Eso tampoco explicaba por qué empujaba mi hombro cuando caminaba hacia mí, ni por qué se reía más fuerte de lo necesario en sus conversaciones con los demás. Ese no pudo ser un caso en especial, porque me enfrentó inesperadamente junto al refrigerador durante un descanso.