43. Make Me Cream the Crop

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43. Make Me Cream the Crop

Louis me empujó contra la pared del familiar jardín trasero en el minuto en que llegamos ahí. Estaba lo suficiente frío para que nuestras respiraciones fueran visibles y yo me encogiera ante el repentino impacto. Los ladrillos estaban congelados contra mi sudorosa espalda. Yo Estaba momentáneamente asustado ante la intensidad en sus ojos.

"¿Qué vas a hacer?" Gruñó él.

Abrí la boca para responder, pero él no me dejó, acercándose más. Sus labios se estrellaron contra los míos, ásperos y dominantes. Se me cortó la respiración por la sorpresa y tuve problemas para seguir el ritmo de sus chupetones mientras él trabajaba en mantener mi boca abierta y lamer todas mis palabras.

"¿Huh?" Soltó contra mis lastimados labios cuando se alejó primero, "¿Qué vas a hacer?"

Saliva conectaba nuestras bocas y nuestras respiraciones se entrelazaban irregularmente. Sus ojos estaban en llamas, abiertos y lo suficientemente cerca de mi rostro para que pudiera ver las manchas doradas nadando en el intenso azul. Por primera vez desde que lo conocí, pensé que se veía caliente, no lindo o adorable, o hermoso—solamente caliente, masculino e irresistible. Lo quería de formas en las que no había pensado antes. Lo quería demasiado--anhelaba el contacto. Sus manos se posicionaron en mi pecho y me estrelló contra la pared de nuevo. Colisioné con un gruñido que combinó dolor y placer en un incomprensible sonido.

"¿Qué mierda vas a hacer?" Volvió a preguntar, con frenesí y provocándome con lo cerca que estaban sus labios.

"Lou," susurré, perdido entre el aturdimiento y la loca y caliente excitación.

"Dime," ordenó.

Sus dedos, que ya estaban en mi cabello, acercaron más nuestros rostros. Me acerqué por un beso, pero él solo hizo mi cabeza hacia atrás de nuevo para exponer mi nuca al aire frío. Me quedé boquiabierto, sin palabras.

"¡Dime!"

"¡Nada!" Grité con voz ronca, "nada... absolutamente nada. Ahora bésame."

Él sonrió, sus ojos un poco impresionados. Los miré trazar las formas de mi cuerpo antes de cerrarse y de nuevo nos estábamos comiendo los rostros como salvajes. Mis manos se agarraron de su chamarra mientras lo acercaba más a mí. Apenas tomamos un descanso, yendo por segundos y tercios. Se hizo difícil el respirar. Resoplamos contra nuestra piel y reímos y nos besamos solo para reír un poco más.

"Eres maniaco," solté entre toques, habiéndome ajustado al loco ritmo de besarnos para poder besarlo de regreso tan pronto como se moviera de mi cuello a mi rostro.

Detuvo toda la acción para darme una sucia mirada, con ojos triunfantes.

"Amas eso," dijo.

Era oficial. A ese punto, estaba duro en mi pantalón, muy dolorosamente. Mis manos se apretaron contra sus bíceps hasta que se removió con dolor. Nos giré, posicionándolo contra la pared. Sus ojos mostraron sorpresa antes de oscurecerse con desafío.

"Oh, no lo creo," dijo con una sonrisa torcida.

Hizo el intento de agarrar mi camiseta, pero me alejé justo a tiempo, riendo roncamente. Luchamos contra el otro, con la ropa en los puños. Al final, él seguía contra la pared, sonrojado, sereno e impresionado. Me presioné contra él y sentí la risa sacudir su cuerpo.

"Yo gano," dije sin respiración.

"Tú ganas," accedió, "ahora toma ventaja de ello. Reclama tu premio."

Nuestros ojos se encontraron mientras nuestras narices se rozaban. Le di una sonrisa con hoyuelos, poniendo mis manos en la pared detrás de él. La ventaja de estaturas solo me ayudó a atraparlo más. Él me estaba mirando y la posición lo hacía parecer muy vulnerable y completamente pecaminoso a la vez. El contraste era enloquecedor.

Fetus | Larry Stylinson | Jayme Dray - Traducción oficialDonde viven las historias. Descúbrelo ahora