6. Make Me Your Golden Calf
Queridos fans, las personas en the x-factor son diferentes a las que conocí una vez que me hice famoso. Son diferentes a las estrellas pop y a los diseñadores y a los saboteadores y a los paparazzi. Algo, quizá alegría esperanzadora, nos une de maneras en la que la miseria compartida por celebridades nunca podrá.
Extraño eso—los extraño a ellos. Extraño ser así de ingenuo y entusiasmado. Extraño la felicidad que obtienes cuando tienes poco. Una vez que puedes comprar cualquier cosa, nada está más allá del límite, nada es algo que verdaderamente hayas deseado por un largo periodo de tiempo. Todo es inmediato y ya. Todos los placeres materiales y efímeros. El dinero y la felicidad solo están correlacionados hasta el punto en que no estás muriendo de hambre. Más allá de eso, se mantiene constante y el otro aumenta. Y a veces, la felicidad se va abajo en vez de no cambiar. Serías afortunado de tenerlo todo en bandeja de plata cuando lidias con stalkers y paparzzi y rumores y todo junto después de una noche de llanto en la cual solo quieres acurrucarte en la cama con tu novio y besarlo para siempre.
Desearía seguir siendo así de abierto. Ahora, solo puedo salir con personas que conocen mi conflicto, los que posan para las cámaras. E incluso así, nunca es genuino. Es forzado, publico y se acaba antes de que pueda aferrarme a ello.
Diablos, este es un capítulo feliz, ¡lo sé! Supongo que solo me siento nostálgico, un poco solo. Me gustaba mi yo de antes; me gustaba mi vida. No puedo decir lo mismo en este momento. Quizá no sea buena idea escribir una memoria en un punto bajo de tu vida porque la depresión se filtra en todo y los colores se apagan. Si mi anhelo ahora puede hacer que los días de the x-factor parezcan sombríos, entonces me gustaría ver lo que puede hacer con mis días presentes. No puedo tener un diario. Sería lo mismo que tener una lista de razones para dejarlo todo. No necesito recordar eso. Necesito olvidar, olvidar para poder seguir pretendiendo que la sonrisa en mi rostro significa algo.
Conocí a mi ángel guardián aquel día en el descanso para comer. Tomé la decisión de aislarme en el suelo, con audífonos puestos, música a todo volumen, cuando noté a Louis sentado con un grupo de chicas, sándwich en mano, y una sonrisa coqueta.
Había conocido a personas que me habían agradado, pero quería un tiempo a solas para reunir coraje antes de tener que presentarme. Eso es lo que me dije a mí mismo, pero al menos en retrospectiva, parece como si quisiera un tiempo para enfurruñarme y así quizá la persona que había decidido no darme importancia podría notarme. Toda la experiencia me abrumó con la duda y no quería dejar que afectara mi canto, pero probablemente lo hice. Quizá ese era el plan, Louis me mentalizó para que pudiéramos perder juntos. Qué pensamiento tan mórbido para tener.
Mientras me desestresaba con los ojos cerrados al ritmo de Elvis Presley, el escenario se disolvía en una silenciosa oscuridad. Me sobresalté cuando tocó mi cabello y mi visión se aclaró para ver al Niall Horan con cara de bebé. Con ojos vivos, una dulce sonrisa y mordiéndose un poco el labio, Niall definitivamente se convirtió en mi luz ese día. Irradiaba calor como una y reía como si el sol siempre fuese a estar y la lluvia nunca lo fuera a mojar. Muchos de ustedes mencionan que la risa de Niall los ha salvado... bueno, adivinen qué, también me salvó a mí. Ese chico se ríe como nadie más.
"Hola, Harry," canturreó, saludando dramáticamente con una sonrisa muy grande.
Me hubiese gustado decir que no pude regresar el favor con eso de saber su nombre, pero pude hacerlo porque presté mucha atención cuando se presentó antes. Al igual que Louis, él también iba de un grupo a otro. A diferencia de Louis, él hacía parecer que era él quien estaba honrado al estar ahí y no al revés. Pero esta interpretación podría ser mi amargura hablando, porque yo estaría honrado teniendo a Louis a mi alrededor y me odiaba por saber eso.
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Fetus | Larry Stylinson | Jayme Dray - Traducción oficial
Fanfiction"Él tenía una voz chillona, un horrible corte de cabello, el cuerpo de una chica de trece años y la mente de un chico de trece años. ¿Qué tenía para siquiera enamorarse de él?" Historia original de Jayme Dray, el autor de Confessions of a Gay Disney...