Mi pequeña gran ilusión 「Yoonmin」 「Omegaverse」

Capítulo LXXVI

— Jimin, Jimin...

— No... susurres en mi oído — me quejé sacudiendo mi cabeza.

— Dejaría de hacerlo si tan solo no te durmieras en mi regazo, se me están durmiendo las piernas — sonrió.

— Hmm...

— Te llevaré a la cama

— Jongsu...

— Dime

— No te vayas

— No me iré, tranquilo

En sus brazos me llevó con facilidad a la cama, se acostó a mi lado mientras me veía dormir, acarició mi mejilla y se inclinó junto a mi oído.

— Te amo — susurró sutilmente.

No estoy seguro de si realmente lo hice o simplemente fue parte de un sueño, pero recuerdo haber tomado su mano y sentir su calidez.

Otra vez me desperté en medio de la noche, vi la hora en mi teléfono y eran apenas las 04:08 am. Son muy pocas las cosas que entiendo de lo que me está pasando y lo que siento, cuando hablo con Jongsu, cuando convivo con él, me divierto y me siento inusualmente feliz, en cambio cuando pienso en Yoongi mi pecho duele, siento tanta ansiedad que me asusta, es como vivir una pesadilla estando despierto, no dejo de pensar cosas negativas, aún así, anhelo mucho verlo, a estas alturas me gustaría despedirme correctamente, tal vez no es eso lo que él quiera, pero estoy cansado de complacerlo, ya entendí que es momento de ver por mi mismo, afortunadamente tengo a alguien a mi lado que lo entiende y me apoya, soy afortunado, eso lo sé.

— Creo que no era un sueño, — dándome cuenta que sostenía la mano de Jongsu — gracias por quedarte aquí conmigo

Me levanté cuidadosamente de la cama, fui al baño para mojarme la cara y despertarme un poco, después caminé a hurtadillas hasta la sala y me senté junto a la ventana.

— Haa... Doyun, sino estoy haciendo lo correcto me gustaría que me lo dijeras, dame una señal, cualquier cosa

Miré por la ventana esperando algo que obviamente jamás pasaría, aveces no puedo evitar reírme de mi mismo, es absurdo.

— Olvídalo, Yoongi y yo... tal vez no nacimos para estar juntos, me equivoqué, así que por favor envíale a alguien que lo ame incondicionalmente, que lo entienda, que lo apoye, que sea su soporte y no tenga problemas en alentar su trabajo, es un hombre tan talentoso

Al decir esas palabras una ola de recuerdos vino hacia mi, su sonrisa, la manera tan tierna en como se reía de lo torpe que solía ser, el brillo en sus ojos al verme, sus cálidos besos, sus caricias, cuando jugaba e intentaba enseñarle a Bae a tocar el piano, los tres sentados junto a la ventana tomando café, esa extraña pero cálida forma en la que sus abrazos me hacían sentir seguro.

— Él... merece a alguien mucho mejor — sonreí intentando contener las lágrimas.

¿Y por qué no puedes ser tú? oí a mi lobo preguntándome, es raro, nunca pensé que me fuese a preguntar tal cosa, es como si estuviese intentado alentarme a hacer algo a lo cual ya renuncié.

— Sabes que lo intenté, — comenzando a llorar — realmente me esforcé, lo intenté con todo el corazón — secando mis mejillas.

Esta vez lo oí disculparse, al parecer entendió que tenía razón, ambos nos esforzamos al máximo, le dimos tiempo, intentamos acercarnos, apoyarlo y ayudarlo, pero todo fue inútil. Cuando terminé de llorar y logré calmarme pensé que sería una buena idea salir a caminar ahora que la lluvia había cesado, el aire fresco y el frío de la noche me ayudan a pensar.