Mi pequeña gran ilusión 「Yoonmin」 「Omegaverse」

Capítulo XVII

— ¿Hola? — hablando a través de la llamada.

— Hola Namjoon

— Oh hola Yoongi, ¿Como está Jimin?

— Él está bien, ya se durmió — le decía mientras trabajaba.

— ¿Y que fue lo que pasó?

— Lo echaron de su departamento por qué no tenía como pagarlo

— Entiendo, dime ¿Le pediste que se quedará contigo?

— ¿Estuvo mal?

— No me refería a eso

— ¿Entonces?

— ¿Entiendes lo que significa vivir con un Omega?

— Si, lo entiendo Namjoon no soy un niño

— Yoongi no estamos hablando de cualquier cosa, puedes ser muy centrado y correcto, pero eso aveces no basta, debes tener cuidado con lo que haces y tendrás que tomar supresores a diario

— Lo sé, lo entiendo y lo de los supresores ya lo había considerado

— Si necesitas ayuda o cualquier cosa puedes pedírmelo

— Gracias, precisamente te llamaba para pedirte un favor

— Claro dime

— Necesito que contactes a una mujer llamada Jeonghui, y le transfieras la cantidad de dinero que te acabo de enviar

— Está bien no hay problema, pero dime ¿Quien es esa mujer?

— Es la mujer que le rentaba el departamento a Jimin

— ¿Le contaste sobre lo que vas a hacer?

— No, si se lo dijera probablemente se negaría, así que por favor no le menciones nada de esto

— Está bien, pero que conste que yo no estoy de acuerdo

— Bien gracias, adiós tengo que irme

— Adiós, me llamás por si se te ofrece algo — colgando.

El señor Min se levantó del sofá y sé dirigió a la habitación en donde estábamos Bae y yo, se sentó a orillas de la cama y comenzó a acariciar mi cabello.

— Prometo que esta vez haré las cosas bien

A la mañana siguiente al despertar me di cuenta de que estaba en la cama junto a Bae, probablemente el señor Min me trajo hasta aquí, él tuvo la molestia de traerme aquí, sin duda es un hombre muy bueno. Hoy es sábado por lo cual podré descansar, me pregunto si el señor Min ya se fue a trabajar.

— ¿Alguna vez imaginaste que terminaríamos así? — le pregunté a Bae acariciando su cabeza pero sin querer lo desperté — lo siento te desperté, es hora de levantarnos — besando su mejilla.

Cargué a Bae y salimos de la habitación, al dirigirme a la sala vi a el señor Min durmiendo en el sofá con la computadora aún encendida, deje a Bae junto a él y fui a buscar una manta con la cual cubrirlo, lo más seguro es que haya trabajado hasta la madrugada, pero no lo entiendo, él debería de estar en el trabajo. Lo observaba mientras dormía, jamás lo había visto dormir, no quise despertarlo, tiene unas leves ojeras y sé ve más pálido de lo normal, debe estar agotado.

— Procuremos no despertarlo ¿Bueno? — le pregunté en susurros a Bae mientras cubría a el señor Min con la manta.

Me senté junto a el señor Min mientras tenía a Bae en mis piernas, me gusta jugar con sus manitas, cada día su agarre se hace más fuerte, aunque no lo note sé que está creciendo. Todo el dolor que sentía, esa fría soledad ya no las puedo sentir con la misma intensidad que antes, es más, ya no me siento solo, el dolor y el pesar siguen ahí, pero de alguna forma me siento agradecido de haber vivido eso. Comencé a observar su rostro, jamás había podido verlo de esta manera, pero su piel blanca siempre me pareció algo atractivo de él, sin darme cuenta ya estaba acariciando su mejilla, es calida y suave. Me asustó enormemente cuando de la nada se despertó.

— Ho...hola señor — saludé un tanto nervioso.

— Buenos días Jimin y... Bae — nos saludó mientras se frotaba los ojos y se estiraba.

— Señor no es bueno que usted duerma en el sofá

— Lo lamento, tienes razón

— ¿Porque hoy no fue a trabajar?

— Desde ahora trabajaré desde casa los fines de semana, me hacen falta algunas cosas asi que mañana las traeré, no quiero dejarte solo

— E... entiendo — sonrojandome.

— ¿Cómo pasaste la noche?

— Bien gracias señor, ¿No le molesta si uso su bañera?

— Úsala con toda confianza, en mi cuarto está mi baño así que tú y Bae pueden usar el que está en el pasillo

— Muchas gracias, con permiso — levantandome con Bae en mis brazos.

— Adelante

Me siento extrañamente acalorado, debe ser por la calefacción. Al llegar a mi habitación dejé a Bae sobre la cama y comencé a buscar entre las cosas que estaban en la maleta, trataba de encontrar la ropa de Bae y la mía. Cuando ya tenía todo listo nos dirigimos al baño, el señor Min ya no estaba en la sala, probablemente también fue a darse un baño.

— Bien ¿Estás listo? — le pregunté a Bae antes de meterlo al agua.

Verlo sonreír por lo mucho que le gusta el agua es adorable, a pesar de que es tan pequeño ya demuestra gustos por algunas cosas, un baño caliente después de todo lo que pasó se siente bien. Sigo preguntándome sobre si está bien el que me quedé aquí, el señor Min solo trata de ser amable, pero me sigue pareciendo incorrecto.

— Bae ¿Que debería de hacer?

Cuando terminé de darme un baño y a Bae también lo sequé, lo vestí y le puse un traje de osito muy lindo que no le quedaba cuando era más pequeño, se le ve mejor de lo que había imaginado, es demasiado adorable.

— Hmm... eres un bebé muy lindo y no te lo digo sólo por ser mi hijo — besando sus mejillas.

Al terminar de vestirme nos dirigimos a la sala, el señor Min ya había regresado y estaba trabajando nuevamente, pero... tenía el cabello mojado y una toalla sobre su cabeza, se veía muy bien así, no pude evitar sonrojarme.

— ¿Quieres desayunar? — me preguntó levantándose del sofá mientras se secaba el cabello.

— Eh... si, primero necesito darle su biberón a Bae

— Está bien, mientras tú le das su biberón yo prepararé el desayuno

Este tipo de situaciones me ponen realmente nervioso. Cuando terminé de darle el biberón a Bae se durmió solo unos minutos después, así que fui a dejarlo a la cama. Después me dirigí a la cocina a ver a el señor Min.

— ¿Ya se durmió?

— Si...

— Jimin

— ¿Si?

— Dime ¿Que pasa? — preguntó acercándose a mi.

— Es solo que... ¿Realmente no le molesta tenernos aquí?

— En lo más mínimo, — besando mi frente — tienes que desayunar

— Está bien señor

— No te preocupes por eso, estoy feliz de tenerlos aquí — abrazandome.

Me siento inseguro por muchas cosas en este momento, aunque para ser sincero no sé la razón de varias, solo sé que el abrazo de el señor Min siempre me tranquiliza.