Capítulo 6

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Siempre había creído que el día en que tuviera que mudarme o cambiarme de colegio sería una de las catástrofes más terribles que podrían sucederme. Incluso evitaba pensar en cosas como iniciar la universidad o unirme a algún grupo de actividades extracurriculares, porque no me visualizaba a mí solita yendo a alguno de esos lugares.

No era porque tuviera algún trastorno que me impidiera socializar, o se tratara de un trauma. Claro que no. De hecho, interactuar y conocer personas nuevas me parecía algo fenomenal; aunque a veces la timidez me ganara. Mi problema era que siempre, desde que tengo memoria, había estado acompañada. 

Toda mi vida para cosas como cambio de curso, vacaciones recreativas, el inicio de alguna actividad extracurricular, entre otras, Wendy siempre estuvo allí. Incluso cuando ingresé al jardín de niños, porque antes de ellos, ya éramos amigas. Y cuando ella se fue, no me quedé sola, algunos de mis amigos me siguieron la corriente para hacer cosas nuevas. 

Cuando quise unirme al grupo de arte del colegio, una de mis amigas lo hizo conmigo; quise tomar clase de alemán, otro de mis amigos me acompañó. Eso sí no aprendimos nada, porque fuimos como tres veces. Lo mismo pasó con el yoga, la danza y todo lo que quise hacer; nunca tuve que ser la nueva y enfrentarme sola a esas cosas. Me había acostumbrado a siempre tener a alguien conocido de mi lado, que no podía simplemente imaginarme en una situación como esa.

De igual forma sucedió con el tema de mudarme. Como desde que era un bebé viví en el mismo lugar, nunca tuve que ser la nueva vecina, o preocuparme por intentar llevarme bien con los vecinos. La mayoría de los que vivíamos en esa calle nos conocíamos. Por lo que en general, nunca tuve cambios tan grandes en mi vida.

Así que, cuando todo aquello a lo que nunca me había enfrentado tuvo que llegar, para mí fue una gran conmoción; algo difícil de asimilar. Justamente dos de las catástrofes que creía que nunca sucederían, llegaron y al mismo tiempo. Sin olvidar que antes de eso, ya había pasado por dos eventos grandísimos: la muerte de un ser querido y el accidente.

Sin embargo, aquello a lo que llamaba "catástrofe", no se sintió como tal. He de reconocer que fue un cambio brusco e inesperado, pero no fue tan malo. Aún me estaba acoplando a la nueva realidad en la que vivía, pero lo estaba logrando manejar. Ser la estudiante nueva no resultó en una experiencia traumática como pensé, de hecho estaba siendo divertido.

Aunque ya tenía a mi mejor amiga en clase, y sabía de sobra que no iba a estar sola por el resto del año, no me aproveché de la situación para integrarme con el resto, incluyendo a sus amigas. Lo hice como si fuera una desconocida para todas (como si Wendy tampoco me conociera). Me acerqué a las personas por mi cuenta; no como la amiga de Wendy, sino como  la chica nueva;  comencé desde cero y fue un éxito. Logré acoplarme más rápido de lo que pude imaginar.

Mi grupo, era uno bastante amigable, el mejor en el que había estado durante toda mi trayectoria como estudiante. Esas chicas, en lugar de rechazar a la nueva, me hicieron sentir bienvenida. Eso sí, no es que de entrada me haya hecho amiga de todas, pero nos llevábamos bien. De vez en cuando podíamos hablar entre nosotras de cualquier cosa y todo iba bien. Por lo que percibía, yo les agradaba.

En un principio tuve mis dudas sobre qué tan bueno sería estudiar solo con mujeres, porque a veces entre nosotras mismas formábamos ambientes pesados. Créanme, quienes más fuerte juzgan a las mujeres, son las de su mismo género. Pero no, fue todo lo contrario, la armonía en ese salón era de otro mundo. Mis compañeras resultaron ser un amor de personas.

Entre ellas no había discordia, ni nada, se llevaban bien. Claro, no todas eran amigas entre sí, pero si se respetaban. Desde el comienzo se mostraron amables, diligentes y hospitalarias; almas del bien que hacían sentir cómodo a cualquiera. Aunque bueno, nunca faltaba la ovejita negra del curso. Eran dos, que no sé por qué daban la impresión de odiar estar ahí. Pero en sí, no eran malas, solo eran indiferentes al resto.

Pure Love [En proceso]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora