Llegar al salón, fue como un descanso para mi cuerpo, mente y alma; porque cada paso que daba, avivaba el recuerdo de lo estúpida que llegaba a ser cuando me lo proponía, y cuando no. Es que de verdad me gustaba quedar como una idiota cada vez que se trataba de Vega. Aunque la culpa la tenían esas dos por molestas, la que quedaba en ridículo era yo. Ahí iba otro capítulo para mi libro "Las estupideces que Victoria hace frente a Leonardo".
Le entregué las cosas que Vega mandó a Lina y Wendy para que ellas se encargaran de eso. Necesitaba sentarme unos minutos y calmarme; estaba un tantito fuera de mí. Sofía intentó ponerme conversación apenas me senté, pero no consiguió que soltara más de dos palabras. Estaba tan ocupada reprendiéndome mentalmente, que conversar me la sudaba un poco.
—¿Qué pasa?—preguntó por millonésima vez—. Y no me vengas con que no es nada.
—Es una tontería—aseguré; ella me examinó no muy convencida—. De verdad...Todo está bien—insistí.
—Entiendo...aunque yo diría que esa "tontería" de la que me hablas, parece ser más que solo eso...—se acomodó el flequillo con su mano sana.
No dije nada, y en cambio seguí recriminándome por las cosas que hacía.
—¿Qué es una tontería?—preguntó Wendy acercándose a nuestros puestos seguida de Lina.
—Lo que sea que le haya sucedido a Vic—respondió Sofía—. Parece haber visto un espanto, pero dice que es una tontería. ¿Qué le hicieron?—les dedicó una mirada inquisidora al par recién llegado.
—¿Nosotras? Nada—habló Lina, tomando asiento en su lugar junto a Sofía.
—Desde que salió de matemáticas está así. Pero no nos quiere contar—agregó mi mejor amiga—. ¿Qué rayos pasó?
Di un largo suspiro cansado, y sin dar más rodeos, contextualicé a Sofía y les dije lo que había pasado. Las tres escucharon atentamente y cuando les conté todo, las expresiones en su rostro fueron toda una obra de arte.
—A ver, a ver—habló Sofía tratando de organizar toda la información que acababa de suministrarle—. ¿Estás diciendo que se dio cuenta de lo que ellas hicieron?
—Sí.
—¿De todo?—preguntó Lina
—De todo.
—¿Quieres decir que notó el empujoncito?—interrogó mi mejor amiga.
—Cuando digo todo, me refiero a absolutamente todo, Wen.
—¡Rayos!—exclamaron las tres.
Me sentía como en esas situaciones en las que deseas no haber dicho algo malo de alguien porque justo esa persona te escuchó; solo que en esta ocasión yo no dije o hice algo, otra persona lo provocó
—Es tu culpa—solté a Wendy—. De no ser por ese empujó estúpido, todo estaría bien.
—Hey, hey. No me eches el agua sucia solo a mí—respondió ella—. Admito que quizás me pasé un poquito.
—¿Poquito? Ese empujón tuyo fue excesivamente evidente. Por poco y me voy de narices encima de él...
—Ok, no. Sí, me pasé. PERO, no es únicamente mi culpa—se defendió—. No sé si te acuerdes, pero tampoco es que hayas sido muy cortés. Porque le respondiste feo cuando mencionó lo del teléfono.
—¿Qué pasó?—preguntó Sofía curiosas—¿Qué dijo?
—Cuando el profesor le preguntó si le habían quitado el teléfono otra vez, Victoria le respondió, y me permito citar las para nada agradables de la ilustre señorita aquí entre nosotras—dijo Wendy—. «Como si fuera tan estúpida para dejar que eso pasara otra vez»—hizo una lamentable imitación de lo que vendría siendo mi voz.
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Pure Love [En proceso]
Teen FictionVictoria solo iba para hacer las compras. No pensó conocer a Leonardo. Mucho menos esperó volverlo a ver después de aquel incidente de la caja registradora. Tampoco creyó que podría enamorarse de él en tan poco tiempo. Y mucho menos imaginó que desp...