Capítulo 52

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Definitivamente hablar con mi madre me hizo sentir un poquito mejor. Bueno, realmente me sirvió bastante, ya que gracias a nuestra videollamada varias de mis preocupaciones consiguieron aliviarse. No voy a decir que solo por hablar con ella mi vida se solucionó del todo porque eso sería la mentira más descarada que podría inventarme; y ya sabemos que las mentiras y yo nos llevamos mal. No obstante, poder hablar de mis problemas con ella me había servido para conseguir algo de tranquilidad.

Principalmente porque gracias a nuestra conversación pude darme cuenta de algo supremamente importante: no podía forzar las cosas por más de que así lo quisiera. Aunque sintiera la necesidad de inscribirme sí o sí a la universidad, no podía obligarme a hacerlo si no me sentía segura. Después de todo, forzando las cosas lo único que podría lograr era dañarme a mí misma y eso no estaba bien; debía seguir mi propio ritmo.

Además, el hecho de que tuviera mis dudas no era algo realmente malo; que no estuviera del todo convencida no me hacía más o menos que el resto. Las dudas eran más que válidas, pues no estaba eligiendo qué outfit combinar para alguna salida, o qué color de sombras me vendría mejor; estaba decidiendo una carrera universitaria. Era un tema serio, así que no estaba de más pensar con cuidado.

Con esta nueva perspectiva y con el apoyo de mis padres, llegué a dos conclusiones. Primero, no iba a obligarme a elegir si no me sentía satisfecha con mi elección. Si aún no me convencía alguna carrera, no planeaba inscribirme a fuerzas solo porque las inscripciones estaban a punto de terminar. Y segundo: iba a dejar que las cosas fluyeran a mi tiempo. Si no me inscribía, tampoco iba a frustrarme por ello. Trataría de tomarme todo de la mejor manera y seguir con mi vida.

Después de todo, como dice un dicho por ahí: «De la prisa solo queda el cansancio»; y yo no planeaba llevarme al límite por tomar decisiones apresuradas. No, señor. Ya vimos cómo me puse por toda la presión que yo misma me estuve imponiendo por querer cumplir con un estándar imposible. No iba a continuar haciéndome daño con ese tema. Tampoco planeaba martirizarme más de lo que ya lo había hecho. Y menos por opiniones alternas.

Mientras reflexionaba acerca de esto y de aquello me di cuenta de que mis problemas se originaron por la presión de terceros. Pues es que en ningún momento mis papás estuvieron obligándome a tomar una decisión rápida. Por el contrario, ellos estaban muy tranquilos con el tema de la universidad; un ejemplo claro es lo que me dijo mi madre en la videollamada. Realmente fueron los comentarios para nada requeridos de profesores, directivos (como el coordinador), y conocidos los que me llevaron a ese embrollo emocional en el que terminé enredada.

Como ya lo mencioné tiempo atrás, que constantemente tocaran el tema de la universidad no fue de ayuda. Y que prácticamente nos dijeran que si no entrábamos a la universidad éramos unas "fracasadas", empeoraba el asunto. Pues de algún modo u otro, tanta insistencia en lo mismo—empleando discursos un tanto ofensivos y manipuladores—, consiguió que me sintiera presionada.

De ahí a que haya tenido un colapso por ese afán de encontrar una carrera y "no fracasar en la vida".

¿Y todo para qué? Para encajar con el estándar socialmente aceptado: graduarse entre los 16 o 17 años, automáticamente acceder a la educación superior, graduarse en 5 o 6 años, y encontrar un empleo. Porque "así era la vida", y debíamos preocuparnos por mantener esa tendencia. Lo gracioso aquí es que por más de que intentara cumplir con ese estándar no iba a lograrlo. Después de todo yo dejé de ser parte de él cuando tuve que abandonar el colegio y recursar el mismo año. Así que era ridículo seguir intentando alcanzar algo prácticamente imposible.

Por consiguiente, a partir de esa conversación con mi madre, más las serendipias que tuve gracias a que ella me abrió los ojos, y mis resoluciones, opté por dejar que sucediera lo que conviniera. Estaba abierta a cualquier posibilidad. Si me decidía a último momento por estudiar algo que me gustara, lo haría. Pero si me inclinaba por tomarme un poco más de tiempo y esperar, también lo haría. Cualquier cosa estaba bien siempre y cuando fuera por convicción propia.

Pure Love [En proceso]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora