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Entraron a la casa de Harry, era muy linda y lujosa, paredes blancas muy altas y limpias, del techo colgaban lindas luces y un candelabro en el centro del salón principal que lucía muy brillante, muebles finos y todo decorado en madera o cristal, adentrándose más hacia la cocina, había una mesa, estaba puesta con dos lugares, decorada con flores y podía percibirse un aroma muy agradable.

—Pedí comida, quise que fuera una comida especial, hacerte sentir cómoda. Debería llegar pronto, espero que te guste la pasta.

—Me encanta, muchas gracias.

—¿Quieres algo de tomar? ¿Te parece si empezamos con el vino?

—Perfecto.

Sonrió y se sentó en la silla que Harry había ofrecido para ella. Minutos después de que Harry sirviera las copas el timbre sonó, él corrió hacia la puerta y tomó la comida, sirvió a Monae y se sentaron juntos a degustar tan delicioso menú.

—Me alegra que estés aquí —Sonrió—. Sé que llevamos muy poco tiempo de conocernos, es por eso que me gustaría seguir en contacto contigo —Suspiró—. En pocas semanas reanudaré mi gira, y sé que será difícil vernos, pero no quisiera alejarme del todo de ti.

—Yo encantada Harry —Dijo Monae sonrojada y sin poder creer que alguien como él quisiera seguir en contacto con ella—. Bueno yo mañana regreso al hospital, pero podríamos vernos después del trabajo cuando quieras.

—Perfecto. También podríamos hablar cada noche cuando esté en gira, y te llevaré conmigo algún fin de semana, claro, si estás de acuerdo —Rió—. Lo que haga falta para seguir en contacto.

Monae rió y estaba dispuesta a responder pero el timbre interrumpió, Harry se veía nervioso lo que hacía confundir más a Monae.

—¿Esperas a alguien?

—Hmm, sí al parecer —Harry frunció su ceño y casi al instante lo relajó abriendo un poco sus ojos—. Rayos, yo olvidé por completo que vendría.

Harry se levantó de la silla y corrió hacia el recibidor, abrió la puerta y se escuchaban voces y murmullos. Eran dos recién llegados que entraron al salón comedor junto con Harry. Él le tendió la mano a Monae y esta la aceptó levantándose de su asiento.

—Monae, ellos son Jeffrey y Glenne, amigos muy cercanos.

—Es un placer, soy Monae —Sonrió y estrechó la mano de ambos.

—El placer es nuestro. Espero que no te moleste el que hayamos interrumpido su cita —Dijo Jeff aún estrechando su mano.

—Oh no, no, en absoluto —Sonrió e hizo un gesto con la mano restándole importancia a la situación—. Mientras más seamos es aún más divertido. Ahora podría ser una pequeña reunión. 

La pareja rió. Harry y Jeff se miraron entre sí.

—Esta chica es adorable. Vamos Harry, necesito hablar contigo —Sonrió hacia Monae—. ¿Nos permites? Glenne y tú podrían conocerse mejor.

—Por supuesto, adelante.

Harry y Jeffrey caminaron hacia una pequeña oficina que se encontraba casi a un lado de la cocina, dejando a las chicas en el salón.

—Jeff es su manager, además de ser amigos, seguro hablarán de negocios o la gira —Dijo restándole importancia. Monae asintió y rió junto con su nueva conocida. Glenne sonnrió decidiendo entablar una conversación —¿Eres de por aquí?

—No, vengo de América, por trabajo. Soy enfermera.

—Vaya, que bien. ¿Y te gusta Londres?

—¡Me encanta! Siempre fue mi sueño vivir aquí —Sonrió—. Aún no me creo que estoy aquí y que estoy con...

—¿Con...? —Rió—. ¿Con Harry? Es una persona muy agradable y muy abierto a nuevas cosas, proyectos, gente, siempre habrá lugar en su corazón —Sonrió.

—Si, lo he visto. Siempre supe que su corazón es enorme —Se sonrojó—. Bueno según lo que veía en revistas e internet, siempre he sido fiel admiradora.

—Y ahora que lo conoces mejor, estás aún más enamorada, ¿no es así? —Glenne alzó una ceja divertida, con una media sonrisa.

—¿Que? ¡No! No podría, solo somos amigos y apenas nos conocemos, o estamos en eso, no es amor, solo...admiración, lo admiro muchísimo. Tu misma lo dijiste, Harry es lindo con todos, es su personalidad.

—Bueno sí, es lindo con sus fans, pero jamás lo vi traer a una a casa. Harry no es de los que busquen el amor, pero por años he visto lo mucho que ha estado esperado a la indicada. —La puerta de la oficina sonó al abrirse y al momento se escucharon voces acercándose, Glenne solo sonrió y guiñó un ojo a Monae, quien se encontraba procesando lo que acababa de oír de su nueva conocida.

—Bien señoritas, espero que hayan charlado un poco —Dijo Jeff dando un beso en la sien de su pareja.

—Lo hicimos, Monae es muy agradable. Me contó que es enfermera y viene desde América, increíble.

—Genial, vamos, cuéntame alguna extraña anécdota nosocomial. Una de mis abuelas era enfermera y me fascinaba escuchar historias cuando era niño —Rió.

La tarde pasó entre risas, habían estado charlando por horas, mientras bebían y comían. Glenne y Monae habían intercambiado números ya que comenzaban a llevarse muy bien, decidieron seguir en contacto. Finalmente la pareja tuvo que irse, dejando a Harry y Monae solos nuevamente.

—Espero que no haya sido incómodo para ti.

—¿Bromeas? Para nada, tus amigos son muy agradables, está bien.

Harry sonrió y acarició su mejilla.

—No tengo palabras, eres grandiosa. Tu buen humor es tan contagioso —Lanzó un suspiro—. Me pesa pero, debo llevarte a casa, está oscureciendo y mañana tienes que regresar al hospital.

—Tienes razón, aún tengo que alistar mis cosas.

Harry y Monae salieron por la puerta hasta el auto, el camino fue silencioso pero un poco más rápido. Londres se veía preciosa con el sol cayendo, el cielo estaba teñido de un ligero azul, rojo y naranja. Pero Harry tenía una mejor vista al mirarla de reojo, su -para él- perfecto perfil, sus largas pestañas y el destello en sus ojos con el reflejo del cielo, sonrió de repente, y desvió su mirada concentrándose en el camino de vuelta a casa de su nueva amiga, o tal vez, de su nueva "algo más".

BROKEN DREAMS | H.S.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora