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Pasaron semanas para que el centro de salud estuviera completamente terminado, la inauguración había sido el día anterior, todo estaba saliendo perfecto. Desde aquella llamada de atención que Antonio le dio a Monae, sus lazos se habían fortalecido, sin embargo, Monae no había cambiado su opinión respecto a la decisión que tomó, para ella seguía siendo primordial proteger a Harry y preservar su talento.

Poco a poco su proyecto iba creciendo, alcanzando no solo a uno de los barrios marginados, sino a tres más. En los próximos días se iniciaría una nueva construcción, otro centro de salud ahora en medio de dos barrios, así habrían más personas beneficiadas.

Monae regresó a su trabajo y a pesar de seguir sintiendo una continua pena en su pecho, trataba de enfocarse al 100% cuando se encontraba en el hospital, separar lo personal de lo profesional parecía ser la mejor opción en estos casos, en algún punto de su vida tenía que regresar a la normalidad y olvidarse por completo de Harry.

—¡Monae te necesito aquí!

—Dios, Antonio. Casi me provocas un infarto, ¿por qué tanto grito?

—Eh...Necesito tu ayuda. Necesitamos ir al área de urgencias adultas.

—¿Adultas? —Frunció el ceño—. Pero, no es mi especialidad.

—El paciente habla inglés, necesitamos a alguien que lo hable también. ¡Vamos!

—Que diablos, tú hablas perfectamente inglés —Frunció aún más su ceño, confundida.

—Tu lo hablas mejor. Vamos.

Antonio jaló a Monae por el brazo, haciéndola correr junto a él. Ella se dejó llevar por Antonio riendo, aunque seguía confundida por el misterio de su amigo. Llegaron hasta el área de urgencias entrando en una habitación aislada.

—Ve, preséntate y dile que...que le colocarás medicamento.

—¿Y dónde está el medicamento? —Preguntó divertida, ver a su amigo nervioso solo lograba confundirla más.

—Lo traigo enseguida.

Monae bufó al verlo salir tan deprisa. Giró hasta la cama del paciente y sus ojos se desorbitaron al ver de quien se trataba.

—¿Richard?

El paciente abrió los ojos lentamente.

—Monae, oh Monae. Qué gusto encontrarte aquí —Rió débilmente—. Me habría encantado que fuera en otras condiciones, pero me alegra verte de nuevo, querida.

Leyó su expediente después de dedicarle una cálida sonrisa. Había sufrido un pre infarto.

—¿Cómo se encuentra?

—Mejor, ahora —Suspiró—. Vine a checar unos asuntos de trabajo, y terminé aquí. Tanto trabajar no hace bien al parecer. Pero el destino sabía lo que hacía. Necesitaba volver a verte, pequeña.

—Richard yo...—Él alzó una mano deteniéndola.

—Sé lo qué pasó, querida. Fue realmente una pena perder a un elemento tan importante como tú.

—Vamos, ambos sabemos que solo me dio el trabajo por Harry.

—Te equivocas. Yo fui quien le propuso a Harry convencerte, él estaba más que encantado. Tu talento es inigualable, Monae. Jamás había visto tanta pasión al bailar. Me gustaría ofrecerte tu puesto devuelta.

Monae soltó un grito ahogado incrédula de lo que aquel viejo amigo le ofrecía.

—Richard, ¿Hablas en serio?

BROKEN DREAMS | H.S.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora