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Había pasado una semana desde que Harry pidió a Monae que lo acompañara a París. Hoy ella se encontraba ya en el aeropuerto a punto de tomar el avión, cuando le dio la noticia a Harry de que aceptaba su invitación, ambos estaban muy contentos. En cambio, ahora que el día de viajar había llegado, Monae se sentía nerviosa e insegura, tenía la sensación de ser observada por todos, aunque claro, eso era imposible nadie sabía que ella era la chica misteriosa.

El vuelo no fue nada largo, y mientras más se acercaba a su destino más ansiosa se sentía, aunque claro que estaba muy emocionada de volver a ver a Harry después de 4 semanas. Al aterrizar bajó del avión, buscó sus maletas y se dirigió a la sala de llegadas, su celular vibró apenas puso un pie fuera de la gran puerta de cristal.

"Te ves tan guapa desde aquí."

Era Harry, ella sonrió y buscó por todos lados pero no lo veía por ningún lado.

"Camina a la salida, estoy oculto."

"Me alegra que estés aquí."

Sonrió al leer su último mensaje y se dirigió a la salida. Harry estaba detrás de una gran planta que decoraba el aeropuerto, al verla cerca salió sonriendo, le tendió la mano y la atrajo hacia su cuerpo para estrecharla entre sus brazos. Monae sentía que todo a su al rededor había parado, lo veía en cámara lenta, pero se percató de lo público que era el lugar y no quería meter a Harry en problemas de nuevo. Se separó rápidamente con una sonrisa de disculpa.

—Gracias por aceptar venir, vamos, sé que te encantará el hotel, su vista es grandiosa —Sonrió y la condujo hasta una gran camioneta negra. Durante el camino charlaron animadamente, nada había cambiado.

Al llegar al lujoso hotel, se asombró de ver lo grande y elegante que era, definitivamente jamás creyó presenciar tal cosa. Juntos subieron por el ascensor después de registrar sus datos en la recepción.

—Elegí esta suite para ti —Sonrió e insertó la tarjeta para abrir la puerta—. Espero que te guste, la mía esta justo en frente.

—Por Dios...—Murmuró—. Harry es...es increíblemente preciosa y muy grande, la vista es...¡Por Dios, maravillosa! —Exclamó—. Es bellísima. Pero seguro demasiado costosa, no me importaría dormir en una de las habitaciones sencillas, de verdad, yo...

Harry interrumpió.

—Tonterías —Negó—. Esta elegí para ti, quise que estuvieras cerca de mi —Sonrió—. Mi plan original era pedirte que te quedaras conmigo, pero no quería hacerte sentir incómoda.

Monae solo pudo sonrojarse y asintió con la cabeza.

—Gracias por todo Harry, la vista es extraordinaria.

—Esta noche daré el concierto, quiero que estés ahí, y mañana podremos recorrer París si así lo deseas —Sonrió.

—Me encantaría, suena maravilloso —Sonrió también mientras olía una de las canastas con flores naturales que adornaba la mesa principal de la habitación.

—Genial. Te dejaré descansar un momento, almorzaremos en el restaurante del hotel en dos horas, te presentaré con mi banda, te gustarán, son buenos chicos —Sonrió orgulloso—. Después tenemos que alistarnos para llegar a tiempo a la Arena.

—Anotado capitán —Rió e hizo el saludo militar—. Estaré lista, me emociona asistir a otro de tus conciertos.

Harry sonrió.

—Me alegra que te gusten, puedes venir a todos los que quieras —Tomó su mano y depósito un suave beso en sus dedos—. Te espero para almorzar.

Harry salió de la habitación, dejándola con mil mariposas en el estómago. Tomó una ducha y descansó por un rato, llamó a su familia y después a Maya, contándole lo poco que había pasado apenas llegó. El momento de bajar a almorzar estaba por llegar, así que comenzó a arreglarse, quería dar una buena impresión, así que eligió un atuendo cómodo, casual pero con mucho estilo.

La comida se desarrolló bastante bien, los platillos eran exquisitos y Harry tenía razón al decir que le agradaría su banda, todos eran muy agradables con ella, no se sentía para nada fuera de lugar. Glenne también estaba allí, lo que fue un alivio para Monae al saber que tenía cerca otra cara conocida. Charlaron y se sentaron juntas durante todo el trayecto a la Arena donde Harry daría su concierto.

—Wow, es gigantesco —Abrió su boca con asombro viendo al rededor—. Me encanta el lugar.

—Concuerdo contigo —Harry rió mientras Monae dio un respingo.

—Harry, no te sentí llegar —Rió—. El lugar es impresionante, vacío se ve incluso más grande, es genial que seas capaz de llenar todo este lugar.

—Aún es increíble —Sonrió—. Hay días que aún no caigo en cuenta del alcance que puedo tener, es maravilloso tener gente que te apoye.

Todos se preparaban para dar el concierto, se encontraban en un gran camerino pasando el rato, riendo y charlando como si no tuvieran que trabajar dentro de poco. Harry y Monae se encontraban platicando animadamente hasta que una cara conocida llegó a interrumpir.

—Harry, ven conmigo, necesito charlar contigo —Sonrió hacia Monae—. ¿Te importa nena?

—Oh no, no en absoluto, yo iré al sanitario mientras—Sonrió y salió por la puerta hacia el baño.

Al salir del baño dudó, ya que podía escuchar una ligera discusión fuera del camerino.

—...Más fácil que la vean, Harry. —Era Jeff.

—No quiero arriesgarla, podrían lastimarla. Tendrás bastante mañana.

—Está decidido, Harry. Prepárate para el show.

Monae salió confundida del baño al escuchar la puerta del camerino cerrarse, no tomó mucha importancia a lo que había escuchado, ni quería ser entrometida y preguntar. Harry estaba solo, parado frente a la puerta con la vista al suelo. Lucia incluso nervioso.

—Hey, ¿Todo buen? —Ahora él fue quien pegó un brinco.

—Si, todo bien. Solo estoy un poco nervioso, ya pasará —Ladeó una sonrisa mientras quitaba un rebelde mechón de cabello que se había colado sobre el rostro de Monae—. Que estés aquí me hace querer dar más, que el concierto sea Perfecto.

—Oh vamos, todo lo que haces es perfecto, no necesitas esforzarte más —Sonrió ligeramente distraída ante la breve acción de Harry—. Además, hagas lo que hagas siempre gustarás a tu público, es tu don.

Harry se acercó besó su frente y la estrechó entre sus brazos.

—Gracias, Mon. Eres increíble —Sonrió y llamó a un chico de seguridad—. Te quedarás con Rob, él te llevará a uno de los Pits. Por favor no te muevas de ahí, pase lo que pase, quiero tenerte a la vista —Sonrió—. El concierto está por comenzar.

Monae siguió a Rob después de desearle éxito a Harry, verlo tan preocupado por ella y su seguridad la enternecía por completo y le emocionaba que llegara el momento de verlo cantar nuevamente, verlo disfrutar de lo que más ama: estar sobre un escenario.

BROKEN DREAMS | H.S.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora