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El vuelo a Los Ángeles había durado al menos unas 11 horas. Para Monae había sigo algo complicado agarrar la confianza de decirles a sus padres que viajaría con Harry, pero él estuvo en todo momento junto a ella, sosteniendo su mano y dándole la seguridad necesaria para lograrlo. No fue difícil conseguir la aprobación, con el poco tiempo de conocer a Harry, William y Alexa sabían que podían confiar en él con respecto a la seguridad de su hija, más aún después de haber visto su reacción con el paparazzi una noche atrás, porque claro que el suceso se convirtió en la noticia del momento.

Antes de salir de su apartamento, su madre había vuelto a pedirle que tuviera cuidado con Harry, por supuesto que confiaba en él y Harry le agradaba bastante, pero su corazón de madre presentía que algo estaría mal, desde que el vuelo aterrizó en tierras americanas Monae no había podido parar de pensar en eso y comenzaba a irritarle, por lo que decidió alejar toda negatividad de su mente y concentrarse en las pequeñas vacaciones con Harry.

—¿Todo bien, cariño? —Preguntó abriendo la puerta del hotel en el que se hospedarían— Te ves algo distraída.

—Todo bien, es solo mi madre, antes de salir me dijo que tenía un mal presentimiento o algo así —Bufó. Harry tragó saliva—. Pero seguro solo es por el viaje, jamás me había permitido viajar con amigos, mucho menos con novios —Rió.

Novios ¿eh? Así que no he sido el único —Rió haciendo también reír a su novia.

—No he tenido mucha suerte en el amor, tuve uno en la preparatoria por dos años, y luego otro durante la universidad —Rió tímida—. Pero jamás había tenido tanta suerte como ahora, contigo.

Harry sonrió enternecido aunque su sonrisa no llegaba del todo a sus ojos. Tomó con ambas manos la cara de Monae y plantó un tierno beso en sus labios. Al separarse besó su nariz y tomó su mano para dirigirse a la recepción del hotel.

—B-buenas tardes, señor Styles —La recepcionista era una chica joven muy linda, y por cómo veía a Harry, podía deducirse que era una de tantas admiradoras.

—Buenas tardes. Tengo una reservación.

—Si, cinco habitaciones. Ya han sido ocupadas por sus músicos, queda una disponible—Buscó la tarjeta de su habitación para tendérsela a Harry con un pulso tembloroso—. Esta es la suya.

Harry tomó la tarjeta con el ceño fruncido, confundido. —¿Cinco? No. Seis habitaciones.

La recepcionista se vio alarmada ante la corrección de Harry y rebuscó en su ordenador.

—La reservación dice q-que solo ocuparían seis habitaciones —Giró la pantalla para que pudieran observar.

—Jeff...—Murmuró Harry por lo bajo. Miró a Monae y esta le sonrió.

—S-si hay algún problema yo...yo puedo solucionarlo, le buscaré una habitación disponible —Sonrió nerviosa.

—No, no es necesario —Sonrió Monae cálidamente y pudo ser testigo de cómo los hombros de la chica se relajaron—. Estaremos bien con esas habitaciones, muchas gracias.

—Fue un placer.

Monae tiró de la mano de Harry haciéndolo caminar hacia los elevadores.

—Casi le causas un paro cardíaco a la pobre chica —Rió Monae—. Se ve que es fan, me sorprende que se haya controlado tan bien. Aunque pudiste ser un poco más atenta con ella, ¿no crees?

Harry rió. —Si hubiera pedido una fotografía o un autógrafo se lo habría dado, además no quería hacerte sentir celosa —La miró de reojo divertido.

—Oh vamos, son tus fans Harry, sé cuánto te admiran porque así lo hago yo —Sonrió—. Seguramente en este momento, en cualquier parte del mundo hay más de una chica pensando en ti, o diciendo que te ama, si me pusiera celosa de cada chica ya habría muerto —Rió—. Me agrada que trates con amor a tus fans porque así me hubiera gustado que me trataras si no estuviéramos juntos ahora.

Harry sonrió girando hacia ella y acarició su mejilla. —Estar juntos era nuestro destino, incluso si nuestro encuentro hubiera sido diferente estoy seguro de que estaríamos aquí mismo. Robaste mi corazón desde la primera vez que te vi —Admitió—. Eres una mujer increíble.

Monae se sonrojó y besó la mejilla de Harry. Caminaron por el pasillo aún agarrados de la mano buscando su habitación. Una vez dentro de la habitación Harry habló.

—Discúlpame por lo de la habitación, no sé qué pasó con las reservaciones, pedí seis habitaciones, seguro que se confundieron. Puedo dormir con alguien del grupo o dormiré en el sofá si así estás más cómoda.

Monae rió. —No es necesario, cariño. La cama es lo suficientemente grande para ambos, además no permitiría que durmieras en el sofá, mañana tienes una presentación y debes descansar como se debe—Sonrió.

—¿Estás segura? No quisiera hacerte sentir incómoda.

Monae asintió y lo abrazó por la cintura, colocando su cabeza en el fuerte pecho de Harry.

—Aún recuerdo esa noche en tu casa, la vez que nos quedamos dormidos viendo una película. Fue lindo despertar a tu lado.

Harry la abrazó aún más fuerte y besó su cabeza.

—Esa ha sido la noche que mejor he dormido en mi vida —Rió—. Tus ronquidos me traían mucha paz.

Monae se separó golpeando levemente su brazo mientras reía.

—¡Oye! Yo no ronco.

—Oh cariño, lo haces —Harry rió, la tomó en brazos y se lanzó a la cama con ella cuidando no aplastarla.

—Que cómoda —Rió sintiendo la suave cama en su espalda—. La verdad estoy agotada, el viaje fue tan largo.

—Lo estoy también. Pero reservé el restaurante del hotel para cenar, estarán Mitch, Sarah, Adam, Ny y el resto del equipo. Están ansiosos por verte de nuevo —Sonrió

—También los extrañé, hace mucho que no los veo.

—También te extrañaron, cariño. No había ni un día que no preguntaran por ti —Lanzó un bostezo—. Me parece justo que descansemos un rato, esta cama está muy cómoda.

Monae rió pero no le discutió, ella también quería quedarse un rato en cama. Apenas unos minutos después ambos cayeron en un profundo sueño.

Cuando el reloj marcaba las 7 de la noche, Monae apenas abrió sus ojos, Harry aún dormía con ella en brazos, sonrió al ver lo tierno y sereno que lucía, levantó su mano y acarició suavemente su mejilla, un rebelde rizo caía por su rostro y no dudó en retirarlo, besó ligeramente sus labios y sintió a Harry sonreír durante el mismo, sus brazos se apretaron más al rededor de su cintura y abrió lentamente sus ojos.

—Harry, arriba. Es tarde, debemos bajar a cenar.

Harry bufó. —Estaba disfrutando de tus mimos, quedémonos.

Monae rió negando. —No podemos dejarlos plantados, cariño. Además, te haré cariños siempre que quieras —Rió—. Ni siquiera tienes que pedirlos.

Ambos rieron y tomaron su turno para ducharse, estuvieron listos en menos de una hora y bajaron juntos por el ascensor. Al llegar al restaurante, ya todos estaban esperándolos, al verlos se pararon enseguida a abrazar a Monae después de tanto tiempo sin verla.

—¿En serio? ¿Ningún abrazo para mi? Gracias amigos, también los quiero —Harry se hacía el ofendido—. Dejen respirar a mi novia por favor.

—No seas envidioso, Styles. Nosotros también la extrañábamos —Dijo Sarah mientras estrechaba a Monae en sus brazos—. ¿Cómo lo soportas? —Rodó los ojos riendo.

—Te escuché.

Todos reían y tomaron asiento nuevamente, la cena estaba exquisita, todos disfrutaron y se quedaron horas charlando hasta que la noche cayó por completo. Harry y Monae se despidieron de todos con un abrazo y subieron a su habitación para juntos caer, nuevamente, en un profundo sueño.

BROKEN DREAMS | H.S.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora