Odiaba las reuniones matutinas, y las odiaba aún más cuando tenía que asistir en días tan importantes como este. Mi pequeña estaba cumpliendo 5 años hoy, y no quería perderme ni un segundo. Salí del estudio con una gran sonrisa, por fin estaba yendo a mi hogar, con las personas que más amo en esta vida.Abrí el maletero del auto solo para cerciorarme de que el gran castillo que había comprado como obsequio para mi pequeña Daisy siguiera ahí.
Daisy, el solo pensar en ella me aliviaba toda tensión y me hacía imposible borrar la sonrisa de mi rostro. Habíamos elegido su nombre la misma noche que nos enteramos que sería una niña quien venía en camino. No nos tomó mucho tiempo elegirlo, pensamos en aquel día en París, el picnic sorpresa que organicé para Monae cuando le pedí que fuera mi novia, tal vez no era un buen recuerdo como tal, después de todo en ese entonces estaba obligado a mantener una relación con ella, pero sin duda mis sentimientos fueron genuinos desde el inicio, me cautivó desde la primera vez al observar sus bellos ojos oscuros. La casi imperceptible esencia de las margaritas a nuestro alrededor adornando nuestra vista periférica fue suficiente para recordar lo mucho que nos amábamos aún sin saberlo, Monae me había explicado que las Margaritas marcan el inicio de un nuevo día, y sin duda mi linda Daisy tal como hacen las flores, simboliza el renacer de un nuevo día para mí, así como la alegría de vivir y la inocencia que emana. ¡Vaya que nos alegra los días esa pequeña!
Subí a mi auto recordando el día en que mi niña llegó a mi vida, rodé los ojos al recordar que casi me pierdo el proceso por culpa de una reunión como la de este día.
—Harry es Monae —Recordé el temor en la voz de la hermana de mi Monae y me estremecí como aquel día—. ¡Está a punto de dar a luz!
Esas únicas palabras fueron el detonante perfecto para hacerme correr hasta mi auto, sin importarme las confusas miradas de mi equipo y conducir como un loco hasta llegar al hospital. Apenas llegué me llevaron hasta el quirófano, con mi Monae. Verla en labor fue lo más maravilloso y frustrante de mi vida, el observar a mi amada sufrir de esa manera sin poder ser capaz de hacer algo por ella me destruía, pero valió completamente la pena.
—Resiste, cariño. Vamos, falta poco para tener a nuestra pequeña en brazos.
Era lo único que repetía mientras acariciaba su cabeza y sostenía fuertemente su delicada mano. La sala por fin se llenó con el dulce llanto de mi pequeña, besé los labios de mi esposa saboreando lo salado de su sudor y lágrimas, derramando yo mismo un par también. Cuando sostuve a mi hija por primera vez sentí como el mundo se detuvo, sin dudarlo es la criatura más bella del planeta.
—Es Daisy, mi amor. ¡Mírala! ¡Me has hecho el hombre más feliz!
Reí ante el recuerdo mientras me acercaba cada vez más a mi hogar. Sin duda he tenido la fortuna de vivir como un rey, y no solo por los lujos, eso estaría en mi último lugar si tuviera que hacer una lista, sino por la asombrosa suerte que he tenido, empezando por cómo inició mi carrera, ¡un golpe de suerte!, el cómo conocí al amor de mi vida, lo feliz que me hace mi pequeña hija y lo maravilloso que hemos podido sobrellevar nuestros empleos, casi pareciendo una familia normal, no una de artistas.
Mi linda esposa siempre ha sido de lo más paciente, ella ahora está triunfando como siempre soñó, siendo dueña de la mejor academia de danza en Londres, además de convertirse con mucho esfuerzo en la bailarina de teatro musical más reconocida por Europa. Verla triunfar me hace el hombre más afortunado del mundo.
A pesar de nuestros agotadores empleos, siempre hacemos lo posible por no dejar a nuestra pequeña Daisy de lado. Planeamos incluso nuestras giras juntos, para viajar a los mismos lugares siempre que podamos, llevándonos a nuestra pequeña. Aunque esto no siempre es posible, ellas siempre me esperan en casa, como si no me hubiera ido jamás. Monae es, sin duda, la mejor bailarina, esposa y madre del mundo, no podría estar más enamorado de ella y de nuestra familia.
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BROKEN DREAMS | H.S.
FanfictionMonae Lladza vuela y sueña por una nueva vida a Londres, consiguiendo un trabajo en uno de los mejores hospitales del país como enfermera. Desde pequeña amó la danza y su pasión, además del ballet, fue ser fan de la exitosa boyband "One Direction" e...