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El día era particularmente bello en la ciudad de Los Ángeles, los rayos de sol se colaban tímidos entre las cortinas de la habitación. Monae despertó con un fuerte brazo sosteniéndola de la cintura mientras sentía como unos suaves dedos acariciaban su cabello, al abrir los ojos y girar su rostro, lo primero con lo que se encontró fue con unos preciosos ojos verdes que hacía mucho le robaban el aliento. Harry sonrió y depositó un tierno beso en la frente de su novia.

—Buenos días, no quería despertarte. ¿Dormiste bien?

Monae asintió aún adormilada. —¿Y tú?

—De maravilla —Suspiró—. Me encantaría pasar todo el día en cama contigo, pero tengo una cita con unos productores en una hora.

—Está bien, cariño. Te esperaré aquí, la cama está deliciosa —Monae acarició su mejilla ligeramente.

Harry negó. —No quisiera dejarte sola. Llamé a Sarah, le pedí que te acompañara a la playa del hotel, es muy linda y el día parece ser bellísimo, yo las alcanzaré más tarde ahí —Sonrió.

—Me encanta la idea entonces, hora de levantarse —Sonrió.

Juntos se levantaron de la cama, tomaron sus turnos para la ducha y Harry vistió con jeans y camisa mientras Monae lucía preciosa en un bañador de dos piezas bastante discreto debajo de un vestido de playa corto y calado.

—Diablos —Maldijo Harry por lo bajo saliendo del cuarto de baño. Monae giró hacia él confundida y percatándose de la mirada que Harry tenía sobre ella.

—¿O-ocurre algo? —Preguntó nerviosa.

—Luces bellísima... —Una media sonrisa se extendió por su rostro y sus ojos viajaron de arriba a abajo por el cuerpo de Monae—. Me haces muy difícil el tener que ir a trabajar.

Monae dejó escapar una sonora carcajada mientras sentía como el calor se acumulaba en sus mejillas, sentía un poco de vergüenza por la manera en la que Harry la observaba con atención pasando la lengua por sus labios, no sabía por qué sentía ese tipo de nerviosismo después de tantos meses juntos, quizá porque era la primera vez que Harry mostraba un interés más allá de lo emocional. Pero la timidez de su novia a él parecía fascinarle, de lo contrario la sonrisa ladeada y cargada de lujuria que Harry mantenía en su rostro no existiría.

—Entonces quedémonos —Sonrió acercándose a los labios de Harry y pasando sus brazos al rededor de su cuello.

Harry captó de inmediato y abrió sus ojos con sorpresa, haciendo reír a Monae. Sus labios comenzaron una batalla pasional, Harry sostenía la nuca de su novia con fuerza logrando profundizar el beso, mientras ella enredaba sus dedos en el suave cabello de Harry. Lentamente comenzaban a caminar hacia la cama, quedando Harry sentado sobre esta con Monae frente a él. Sin previo aviso, la tomó de las piernas sentándola a horcadas sobre su regazo. Se separó del beso abriendo los ojos para poder observar la reacción de Monae, cuando ella sonrió supo que tenía acceso a su siguiente movimiento. Él sonrió brevemente y la volvió a tomar de la cintura mientras reanudaba el beso.

Lentamente comenzaron a descender sobre la cama y la ropa estorbaba notoriamente. Con un ágil y repentino movimiento Harry giró dejando a Monae sobre el suave colchón, asegurándose de no lastimarla. Aun saboreando sus labios acarició la longitud de su pierna desnuda hasta llegar al dobladillo de su vestido, introdujo su mano lentamente por debajo de este acariciando parte de sus caderas y glúteos haciéndola soltar un leve jadeo.

Dos golpes sonaron fuera de la habitación, haciéndolos respingar a ambos, era la puerta desde hacía unos minutos. Monae miró a Harry avergonzada y sintió como sus mejillas comenzaban a teñirse de rojo. Harry sonrió y camino hasta la puerta dispuesto a abrirla mientras arreglaba un poco su cabello.

BROKEN DREAMS | H.S.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora