35

433 17 0
                                    


Algunos meses pasaron y el video de Harry se estrenó, ese mismo día todos se reunieron para verlo juntos y celebrar. Monae estaba muy contenta por el resultado final, se sentía increíblemente afortunada y orgullosa de ver su nombre en los créditos del video, tal como toda su familia.

La relación de Harry con Monae iba de maravilla, salían con más frecuencia a pesar del trabajo de Harry, aprecian en público y los comentarios negativos poco a poco iban disminuyendo, lo cual los sorprendía a ambos, por un lado, Monae era fan desde hacía años, y sabía lo crueles que podían ser algunas fans con las parejas de Harry, ya que la mayoría de las veces creían que solo era un asunto de publicidad, o que le imponían las relaciones a su ídolo. Y Harry, él sabía también lo difícil que era para cualquier persona con la que conviviera que dejara de ser completamente hostigada. Poco a poco las fans iban aceptando su relación, argumentando que Harry se veía más contento de lo que lo habían visto en años, aunque claro que los comentarios ofensivos no se irían al 100%.

Era viernes, y Monae se encontraba a sólo minutos de firmar su salida del hospital, había sido un día pesado, pero apenas unas pocas horas atrás había traído al mundo a una pequeña criatura, y eso la llenaba por completo de alegría. Apenas salió del gran edificio se percató de la presencia de Harry. Él estaba recargado en su clásica Range Rover negra, usaba lentes de sol y miraba hacia un lado a la nada. Monae sonrió y sin pensarlo tomó una fotografía, parecía modelo aún sin esfuerzo. Siguió caminando hacia él y Harry al verla sonrió.

—¿Te he dicho alguna vez lo bien que luces en ese uniforme? —Besó su mejilla saludándola.

Monae rió. —Sí, cada vez que vienes a visitarme.

—Pues jamás me cansaré de repetirlo —Abrió la puerta para ella y Monae subió sin dudar.

—Hoy no habíamos quedado en vernos —Dijo pensativa—. ¿Pasa algo?

—Está todo bien, quise invitarte a comer conmigo —Sonrió viéndola de reojo mientras conducía.

—Me parece perfecto, sabes que me encanta pasar tiempo contigo, pero estoy en uniforme cariño, y debo avisar a mis padres que no comeré en casa hoy.

—No te preocupes, en el asiento trasero hay un poco de ropa, pasé a tu edificio antes de llegar por ti. Maya preparó tu bolso con todo lo necesario, dijo que te gusta tomar una ducha después del trabajo.

Monae desabrochó su cinturón de seguridad, se acercó a él y besó fugazmente su mejilla, le parecía de lo más tierno cada atención que él tenía con ella.

—Eres increíble, gracias por pensar en todo.

Harry sonrió orgulloso, tomó su mano y la besó, el resto del camino tuvo su mano entrelazada con la suya. Al llegar a la mansión, Harry la llevó hasta su habitación, indicándole dónde estaba la ducha para que pudiera asearse, mientras él prepararía su sorpresa.

—¿Harry? —Lo buscó mientras bajaba las escaleras.

—Estoy aquí, en el comedor.

Monae fue hacia allá y al entrar al salón comedor no puedo evitar sonreír, sobre la mesa habían flores de colores, velas y una primorosa charola repleta de rollos de sushi de todos los ingredientes. Sobre la alfombra habían pétalos esparcidos y una suave melodía se oía desde el estéreo, el olor era una mezcla de las flores y el exquisito olor característico de Harry.

—Harry que... Todo es bellísimo —cubrió su boca con asombro—. ¿Celebramos algo?

—Quise sorprenderte, todos los días a tu lado son para celebrarse—Se acercó a ella tomando su mano. La guió hasta su asiento y corrió la silla para hacerla sentar.

—Eres maravilloso, Haz. Muchas gracias.

Ambos disfrutaban de su tierna velada, degustaban cada rollo de sushi como si fuera el más especial que hubieran comido en su vida, solo porque los estaban comiendo juntos.  Resultaba divertido para Harry observar a Monae batallar con los palillos, además de ser un buen pretexto para ayudarla a comer y estar más cerca de ella.

—Basta, deja de reír —Hizo un puchero el cual Harry besó haciéndola sonreír.

—No puedo evitarlo, te ves tierna tratando de comer con palillos —Rió. Se rascó la barbilla y se puso serio de inmediato—. Hay otra razón por la que organicé esta comida, Monae.

Monae bajó sus palillos tragando saliva y su semblante cambió abruptamente. —¿Pasó algo?

Harry sonrió y acarició su mejilla tratando de tranquilizarla. —Todo está perfectamente bien, hay algo que tengo que decirte, tal vez esta noticia te venga muy bien.

—Vamos Harry, ya dímelo, me pones nerviosa.

—¿Recuerdas a Richard?

—Hmm... Uno de los productores de tu video, ¿no? —Dijo pensativa—. Se acercó a platicar con nosotros.

—Ese mismo. Él es productor de un programa de televisión, en The X Factor él es encargado de la organización de los performances de los participantes —Sonrió.

—Wow, es increíble. ¿Pero eso qué tiene que ver conmigo? —Frunció su ceño.

Harry rió. —Mon, Richard quedó encantado contigo, con el trabajo que hiciste en la coreografía del video. Tuve una reunión con él y me pidió que te convenciera de asistir a la audición que tendrán el próximo sábado.

—¿Quiere que cante? —Preguntó más que confundida—.  Harry yo no...

—¡Mon! —Soltó una carcajada—. ¡Quiere que seas una de las bailarinas del programa!

La boca de Monae casi pudo tocar el suelo de lo lo anonadada que quedó después de la noticia que Harry le había dado.

—Cariño, vamos, di algo —Sonrió—. ¿Te gusta la idea?

—Harry...¡Por Dios! Ese ha sido mi sueño desde que comencé a bailar. Pero, no lo sé, preparar una coreografía en una semana —negó—. Imposible, mi trabajo...

Harry interrumpió. —Puedes hacerlo, alquilé para ti un salón de danza a unas calles del hospital, saliendo de ahí podrás ensayar toda la tarde si así lo deseas.

Monae se enterneció y se abalanzó hacia sus brazos. —Eres increíble, Harry. Gracias por todo lo que has hecho por mi —Harry besó su coronilla mientras acariciaba su espalda.

—Verte feliz es lo que siempre me consuela, Mon —Suspiró.

—No quiero preocuparme desde ahora, aún no sé si lograré quedar en el grupo de baile, pero ¿Qué pasará con mi trabajo? No puedo dejarlo, mi madre me mataría.

—Alexa estará feliz de verte seguir tus sueños, cariño. Además, no es necesario dejarlo, los ensayos de los cantantes son por la mañana, mientras los bailarines ensayan por la tarde, todo estará bien.

Monae sonrió. —Tienes razón, hallaré la manera.

Harry y Monae siguieron almorzando entre risas, la velada pasó de maravilla, incluso estuvieron interactuando con las fans de Harry un pequeño rato, Monae lo convenció ya que hacía mucho que no se aparecía por las redes sociales, y sabía que era algo que sus fans agradecerían.

Más tarde Harry la llevó a su departamento, apenas llegó le contó todos los detalles de su posible nuevo trabajo a su hermana y a sus padres, todos se emocionaron mucho, aunque en el fondo su madre no estaba muy contenta con la noticia, ella siempre quiso que su hija tuviera un empleo seguro y digno de su inteligencia.

Cuando llegó la hora de dormir, Monae no podía parar de pensar en nuevos pasos para la coreografía que tenía que preparar, se sentía emocionada, aunque en el fondo no quería ilusionarse de más, no estaba segura de si su talento sería suficiente para ser aceptada en el grupo de baile. Salir en televisión como bailarina, siempre había sido uno de sus más grandes sueños. Parecía que poco a poco la vida se estaba encargando de hacer realidad sus más queridos anhelos.

BROKEN DREAMS | H.S.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora