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Las semanas siguientes habían pasado en un abrir y cerrar de ojos. El trabajo de Monae iba bien, disfrutaba cuidar y aliviar a sus pequeños pacientes, además, Harry había conseguido un estudio cerca del apartamento para que ella tomara clases privadas de danza, el dueño era un amigo cercano, pero por supuesto que no aceptó que él pagara las cuentas, agradeció el detalle y aceptó sin pensar, con la condición de cubrir sus propios gastos.

Él no había perdido contacto con ella, reiniciaría su gira en dos días, por lo que Harry decidió invitarla a cenar a un restaurante elegante y discreto, partiría en su gira por Europa por la mañana.

—Pasaré de verte casi todos los días a recibir textos con suerte de que se ajuste a nuestros horarios —Harry torció el gesto con pesar—. Me acostumbré a tenerte cerca.

Monae no podía creer que Harry estuviera siquiera un poco nostálgico por su partida, los últimos días habían sido maravillosos, ella se había acostumbrado a verlo también, pero no podía confundir las cosas, para ella, Harry solo buscaba su amistad sincera, por lo que debía regresarle de igual manera.

—Oh vamos, en cuanto regreses podremos vernos —Dijo más para convencerse a ella misma—. No perderemos contacto, y por supuesto que seguiremos siendo amigos.

—O algo más —Sonrió cabizbajo—. Me agradas Mon, no estoy seguro de estar buscando solo una amistad en ti.

Monae no estaba segura de estar respirando, sentía que sus ojos saldrían rebotando de sus cuencas. ¿Había escuchado bien?

Harry sonrió y tomó un sorbo de su copa.

—Perdón si te hago sentir incómoda.

—No, ¡No! Para nada, es solo que me tomó por sorpresa —Rió un poco nerviosa y tomó una bocanada de aire—. También me agradas Harry, creo que seguro lo sabes.

Monae se sonrojó y miró hacia abajo. Harry la tomó del mentón, levantó con un suave movimiento su mirada y se miraron fijamente a los ojos, él se acercó a besar su mejilla, dejando a sus labios saborear el suave tacto de la piel de Monae, se separó lentamente y sonrió.

—Vamos, te llevaré a casa.

Salieron juntos del restaurante, y Harry condujo más lento de lo normal hasta el apartamento de Monae. Al llegar la acompañó hasta su puerta como cada vez que la veía. Se despidieron con un fugaz beso en la mejilla, seria la última vez que se verían en un largo tiempo, Dios bendiga la tecnología y el internet, ya que podrían seguir en contacto, pero ¿Realmente Harry tendría un lugar para ella al regresar a su vida de artista? Era algo que tal vez preocupaba a Monae. Esa noche durmió sintiendo un hueco en su corazón, y con el pensamiento de Harry olvidándola al regresar a lo que realmente ama: los escenarios, amigos famosos y modelos a su al rededor.

(...)

Al otro día despertó por el sonido de su celular, era Harry, había enviado una fotografía desde Italia con un mensaje:

"Desearía que estuvieras aquí"

Monae sonrió al instante y respondió deseándole suerte en su show. Decidió levantarse de su cama, tomó una ducha y se vistió casual, disfrutaría su sábado pasando el día con Maya de compras; en las últimas semanas la había abandonado un poco por estar con Harry, pero Maya no le reprochaba para nada, estaba feliz por su hermana menor.

Decidió consentirla un poco. Bajó a hacer el desayuno mientras su hermana seguía durmiendo, puso música en el pequeño reproductor y empezó a cocinar.

—Buenos días pececita, no te escuché llegar anoche —Rió—. ¿Viste Twitter acaso?

—¿Cómo dices?

—Estás en Twitter, hay fotos de Harry contigo en un restaurante, ¡Te está dando un beso! ¿Pensabas decirme? —Llevó una mano a su pecho haciéndose la ofendida, pero al instante soltó una leve risita.

Monae dejó caer su mandíbula de la impresión.

—¿Qué? Por Dios, ¡No! No nos besamos. Harry solo me dio un beso en la mejilla —Suspiró—. Enséñame las fotos, por favor.

Maya tomó su celular y le enseñó las fotografías, por suerte Monae estaba de espaldas a la ventana, pero en una de las fotografías su perfil podía apreciarse perfectamente bien. Las fotos no tenían mucha calidad, parecían haber sido tomadas con un celular, habían revisado que no hubiera paparazzis cerca.

—Espero no causarle problemas a Harry.

—Monae tranquila, no pasará nada, Harry puede tener amigas, no es justo que no pueda tener privacidad. ¿Has hablado con Harry? ¿No te ha dicho nada?

—Sí. Bueno no. Solo me envió un mensaje temprano pero no mencionó nada sobre eso, tal vez ni siquiera lo vio, yo tampoco sabía.

—Bueno en algún momento tendrá que enterarse, está por todo internet.

—Conozco a las fans, seguro dirán cosas horribles, Dios mío. —Con frustración cubrió con ambas manos su rostro—. Harry no querrá más problemas y me hará a un lado.

Maya la tomó por los hombros y trató de tranquilizarla.

—Monae basta, estás entrando en crisis. Harry sabe perfectamente los riesgos y aún así sigue queriéndote ver, no te hará a un lado —Tomó un bocado del desayuno que su hermana había hecho para ella—. Vamos, mejor vayamos de compras, si te van a tomar fotos debes lucir bien al menos.

Monae rodó los ojos mientras su hermana se reía, sin embargo asintió y suspiró, quiso dejar de pensar en el tema, esperó a que su hermana estuviera lista para partir al centro, se encontraba sentada en el sofá con la cabeza hacia atrás y los ojos cerrados, el timbre de su celular la hizo sobresaltar. Era un mensaje de Harry, disculpándose por las fotografías que andaban circulando.

"He visto las fotografías. Te pido disculpas, sé que lo advertiste y los problemas en los que podría meterte. Espero te encuentres bien"

"No es culpa tuya, no te preocupes. En realidad estaba más preocupada por ti que por mi, no quise causar problemas"

"No lo haces"
"¿FaceTime por la noche?"

Harry respondía al instante y el último mensaje la había hecho sonreír de más. No podría verlo en carne y hueso, pero tan solo pensar en verlo a través de la pantalla le hacía sentir mariposas en el estómago.

BROKEN DREAMS | H.S.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora