Recién regresaba de un arduo día de trabajo a su más o menos nuevo departamento, sentía el cansancio destilar por cada uno de los músculos y huesos de su cuerpo, se dejó caer en el sofá resoplando al instante, necesitaba un descanso, pero había apenas cumplido con los primeros dos meses de grabación.La película apenas comenzaba a tomar forma, sin embargo, las escenas estaban quedando muy bien a su parecer. Ponía todo su empeño aunque fuera algo que ya no tenía muchas ganas de hacer, más bien, que no quería hacer en absoluto.
Pasó una de sus manos por su cara, sobresaltándose por una repentina sensación de frialdad, giró su mano encontrándose con una fina pieza de oro adornada con una piedra preciosa, sonrió con nostalgia al recordar la sonrisa con la que su querida Monae le había entregado el obsequio. Pensó en ella como cada día, pero negó repetidamente con la cabeza obligándose a desviar su atención en otra cosa.
Tomó su ordenador de la pequeña mesita de centro, pensó en lo monótonos que sus días eran ahora, despertar, vestirse, actuar, regresar a casa, dormir. Comenzaba a sentirse harto y no podía evitar sentirse vacío también, perderla había sido como perder su inspiración y sus ganas de ser mejor día a día, nada del Harry alegre y despreocupado quedaba en este nuevo Harry vacío y apático. Rió sin alegría al sentirse patético con esos pensamientos y volvió su vista al periódico digital que leía cada noche.
Todo era lo mismo, robos, asesinatos, alguna que otra buena noticia, falsos rumores en la sección de celebridades, hasta que una fotografía captó su atención, una nota en las noticias del mundo, hablaban del altruismo en España. Sintió su corazón parar al ver una fotografía, al instante la amplió, no sabía si era solo un espejismo, pero no lo era, era ella, con una gran sonrisa plasmada en su rostro, siendo rodeada de un montón de niños, frunció su ceño al notar a un joven hombre a su lado rodeando con su brazo su cintura, sintió un atisbo de celos y envidia, pero lo dejó pasar solo por la emoción de haberla encontrado por fin, después de casi 4 meses por fin conocía su paradero.
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—Para ser nuestro primer mes vamos excelente —Antonio sonrió abriendo la puerta del hospital para dejar pasar a Monae primero.
—Si, me alegra que todo vaya tan bien. Los niños han recibido sus primeras dosis de vacuna, ahora solo falta levantar el pequeño centro de salud en su comunidad.
Antonio asintió pasando un brazo sobre los hombros de Monae cuando ya se encontraban atravesando el estacionamiento del hospital.
—¿Te llevo a casa, Monita? Podemos pasar a comer algo antes.
—No será necesario, vine por ella.
Una voz interrumpió a Monae haciéndola tensar de inmediato. Reconocía a la perfección esa voz ronca y aterciopelada, incluso después de tantos meses y de lo fría que sonaba ahora.
—Harry... —Susurró aferrándose al brazo de Antonio, petrificada y sin atreverse a voltear.
—Mon, cariño. Yo...
—No —Cortó a Harry tajante. Tomó aire girando hacia él—. No te atrevas a llamarme así. Y no iré contigo a ningún lado.
—Sé que mereces una explicación, por favor.
—¿Ah si? ¿Dónde están las cámaras, Harry? —Se burló mirando a su al rededor—. ¿No tienes suficiente material ya?
—Te prometo...que nadie sabe dónde estoy. Vine por ti, solo por ti.
—¡No creo más en tus promesas! No tienes que prometer nada —Gritó llamando la atención de las personas al rededor—. Márchate.
—Por favor... —Se acercó con premura hacia ella haciéndola sobresaltar.
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BROKEN DREAMS | H.S.
FanfictionMonae Lladza vuela y sueña por una nueva vida a Londres, consiguiendo un trabajo en uno de los mejores hospitales del país como enfermera. Desde pequeña amó la danza y su pasión, además del ballet, fue ser fan de la exitosa boyband "One Direction" e...