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Hacía más de un mes que Monae había comenzado a trabajar en el Hospital de España. Se encontraba disfrutándolo, incluso asombrada por darse cuenta de lo contenta que estaba. Antonio se había convertido ahora en más que un simple colega, podía considerarlo su único amigo en la ciudad, aunque claro, aún respetándolo en el hospital, era su jefe y no podía permitirse degradarlo ni tutearlo aún cuando él se lo pedía constantemente.

Más de una vez la había invitado a cenar con él y hasta se convirtió en su hombro para llorar, después de contarle todo lo que había pasado con su ex, claro ocultándole que se trataba de Harry Styles y cambiando algunos detalles de la historia, él se había vuelto más cercano a Monae, apoyándola siempre que su semblante parecía verse triste.

—Disculpe, doctor Núñez —Lo llamó acercándose por atrás—. Necesito que firme estas autorizaciones, el paciente de la habitación 124 está listo para irse.

Antonio la encaró rodando sus ojos grises.

—Monae, Monae... —Negó—. Los firmaré en cuanto dejes de llamarme doctor Núñez, incluso aunque me encante escuchar tu pésima pronunciación —Río aclarándose la garganta—. Nunies —Imitó su acento y tono de voz suprimiendo una carcajada—. Oh doctor Nunies, necesito su firma aquí. Doctor Nunies...

—Bien bien, entendí el punto. Para de burlarte —Rió—. De verdad necesito que firmes esto.

—Es gracioso, debes aceptarlo. Tu español es impresionante en relación al poco tiempo que viviste en México, pero vamos, la eñe no es tu fuerte para nada —Rió acercándose a firmar los papeles.

Monae atinó a rodar los ojos, conocía el humor de su compañero y no le molestaba para nada, era grato reír con él y disfrutaba los momentos que pasaban incluso burlándose de ella misma. La hacía sentir mejor en muchísimos sentidos y agradecía tener un buen amigo en la ciudad.

—Perfecto. Gracias doctor Nu-ñez, avisaré a los padres que su nene está listo para irse —Rió pronunciando su apellido lo mejor posible.

—Aún suena gracioso. No lo lograrás —Rió a punto de irse, pero antes giró hacia ella de nuevo—. ¿Harás algo mañana?

Monae hizo una mueca.

—Ojalá, es mi día libre. Seguramente haré lo que hago siempre que no hay nada que hacer.

—Hundirte en la depresión —Negó con su cabeza riendo—. No lo harás, tengo algo que hacer mañana y quiero que me acompañes. Pasaré por ti a las 10, vístete cómodamente —Guiñó su ojo alejándose sin esperar respuesta.

Monae siguió trabajando, agradecía tener a Antonio cerca, si no fuera por él, seguiría igual de triste que cuando llegó a la ciudad, ya no se sentía tan sola, y definitivamente había recuperado la sonrisa, aunque era inevitable que cierto chico mentiroso de ojos verdes aún rondara por su cabeza.

(...)

Antonio había sido tan puntual como siempre, apenas el reloj marcó las 10 de la mañana, él ya estaba llamando a la puerta de Monae. Antes de ir a donde quiera que Antonio tenía planeado llevarla y tras advertirle nuevamente que se vistiera cómodamente, fueron a un pequeño restaurante al aire libre para desayunar, su estómago aún no recuperaba la capacidad de antes, pero ahora comía, bebía y dormía mejor que hacía un mes. Durante el desayuno aprovecharon para seguirse conociendo cómo hacía unas semanas lo hacían, aunque Monae dominaba el castellano mucho mejor que antes, agradecía que las conversaciones con su nuevo amigo fueran, en su mayoría, en su lengua materna.

—¿Cómo aprendiste a hablar tan bien el inglés? —Preguntó a su jefe.

—Mi padre es Británico, aunque vivimos en Madrid toda la vida, él aún nos llevaba a pasar las vacaciones con mis abuelos, en Manchester. Cuando fue momento de estudiar mi carrera, decidí hacerlo en Londres, mi madre siempre quiso verme vestir de bata blanca y no quería perderse ningún detalle de mi proceso como médico, así que nos mudamos todos, un tiempo después de graduarme, ella falleció y era duro vivir en ese sitio sin ella —Sonrió nostálgicamente—. Mi padre y yo regresamos a España. Me di cuenta de lo mucho que amo este lugar y los recuerdos de mi madre siguen aquí, es la mejor manera de estar cerca de ella.

BROKEN DREAMS | H.S.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora