– La habitación está lista por si quieren descansar – dije sin mirar a nadie en particular.
– Gracias – espetó la chica, tomó de la mano a la niña – Pero nosotras preferimos dormir con mi hermana.
“¿Hermana?” – fruncí el ceño, pero no era momento de pensar tenía que detenerlas.
– No creo que sea posible, por lo que vi tiene algunos golpes y si ustedes duermen con ella pueden lastimarla – expusé con voz amable, pero firme.
La chica no me dijo nada, pero su rostro era de resignación, sabía que no podía refutar nada de lo que dije. Entraron a la habitación y cerraron la puerta tras ellas.
Comencé a recoger, al terminar tomé tres porciones de pizza, las calenté y serví agua en un vaso. Entre a la habitación donde estaba Kaila, seguía dormida, no estaba completamente acostada tenía algunas almohadas en su espalda que la obligaban a estar casi sentada, comprendí que eso era indicación del doctor, por el fuerte golpe que tenía en la cabeza.
Vi que Camila había dejado en la mesa patillas y una nota con indicaciones, así que comencé a leerla para saber cuales le tocaban. Como era consciente de que no iba a querer verme dejé la charola en una mesa y salí.
Después de una hora, entré nuevamente y vi que lo único que había tomado eran las pastillas, eso me molesto, porque si no tenía comida en su estómago y estaba ingiriendo una gran cantidad de medicinas podría ser contraproducente.
– Kaila, sé que estás despierta – hablé con tono firme – Necesitas comer, no es algo que esté en discusión.
Ella solamente abrió los ojos, me miró por un momento y después giró la cabeza al lado contrario.
– ¡No hagas eso! Tienes que comer, las medici…
– ¡Déjame en paz!, no quiero verte, no quiero escucharte, si sigo aquí es porque ya no tengo a dónde más ir – su voz se quebró.
– No pienso irme hasta que no comas, mínimo come un pedazo – insistí, tomé la charola y la coloqué en su regazo.
Cuando estuve suficientemente cerca de su rostro pude apreciar el golpe en su frente, sus ojos llorosos y sus mejillas ruborizadas; quería tomarla entre mis brazos, parecía tan indefensa y estaba muriendo por dentro.
Al alejarme, ella tomó un pedazo de pizza y le dio una gran mordida, luego me miró para sin palabras decirme <Listo, lárgate>.
– Hasta que lo termines – comenté y me senté en el pequeño sofá.
Ella resignada comenzó a enderezarse con mucha dificultad, pensé en ayudarla pero estaba seguro que me iba a rechazar, entonces solamente la observé .
“Esta no era la forma en que esperaba verte nuevamente, nunca actué a tiempo, siempre que llego a tu vida, ya es tarde; las veces que te has acercado a mí, te he tratado mal y cuando me arrepiento comienzo a buscarte, pero ya no soy capaz de encontrarte, la última vez Orlando se negó a apoyarme y no puedo juzgarlo”
– ¿Estás sordo? – habló Kaila para sacarme de mis pensamientos.
– ¿Eh? – repliqué confundido.
– Te estaba diciendo que ya termine, que quiero que te vayas – espetó sin vacilar.
– Ah – la forma en que me miraba me dolía, así que decidí levantarme, tomar la bandeja y salir.
“Me lo merezco, pero no por eso debo soportarlo… creo que esa es la señal de que no es lo mejor estar aquí, solamente estoy empeorando todo”
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¿Puedo ser tu mayor error?
Lãng mạnKaila recientemente ha terminado una larga relación, la cual parecía maravillosa; un día descubrió algo que acabó con todas sus esperanzas. Ahora está dispuesta a dar un cambio radical a su vida y hacer lo que nunca había imaginado... buscar un comp...