"Te voy a matar, Orlando, quita esa estúpida sonrisa o no, mejor disfrutalo, después no tendrás dientes para lucirla".
- No voy a ser su payasa, estoy harta, ¡me largo! - salí furiosa de la habitación, para después ir a la contigua y recoger lo que ahí había dejado.
- No te vayas, perdón, no pensé bien lo que hacía, creí que eso podía ayudar un poco a la si...
- Me importa un carajo lo que pensaras, eso fue humillante, no me merezco esas cosas - espeté realmente furiosa, mientras aventaba las cosas a mi maleta.
- No lo vi de esa manera...
- No, claro que no, a ti te parecía divertidísimo.
- Ya perdóname, te prometo dejar este estúpido plan de lado, no volveré a meterme, lo prometo, pero quedate hoy, por favor, ¿qué tengo que hacer para que me perdones?
Me giré para verlo, tenía las manos juntas implorando perdón y un puchero exagerado.
- Tienes que abandonar esa idea de emparejarme con Nadim, no va a funcionar, jamás saldría con el hermano del hombre con quien intente tener sexo casual, es imposible.
- Voy a dejar el plan, porque es lo que quieres. pero no concuerdo con tu deducción, lo que pasó entre nosotros no significó nada para ninguno, así que no importa y no debería de intervenir en lo que sea que pueda o no surgir entre ustedes.
- No importa, igual ya no quiero ni verlo, me has dejado en ridículo, frente a él y lo va a usar en mi contra.
- Kaila, si te molesta dímelo, yo me encargo de callarle el hocico - declaró con determinación.
- Está bien, aunque espero que no sea necesario, ojalá que lo deje por la paz.
- Espero - sonrió ligeramente - Iré por el desayuno, para que comamos aquí.
Después de 15 minutos, ya había vuelto con chilaquiles y dos vasos de jugo de naranja natural. Comimos lento y platicamos sobre Alex; Orlando no se limitó a mostrar su asombro por lo que había hecho y resaltó mi supuesta gran valentía.
Cuando terminamos, recogió los platos y los dejó en una mesita fuera el cuarto, para que se los llevara algún empleado, después de esa acción sonó el timbre y sus amigos comenzaron a llegar, como no quería estar sola, salí con Orlando a recibirlos y para mi fortuna no había señales de Nadim.
Esta ocasión Eleazar trajo a su novia, Sebas me saludó de manera efusiva, Mau y Carlota llegaron juntos, tiempo después llegó Alisha y 50 minutos después llegó Aiden.
- ¿Hoy no saldrás corriendo? - susurró a mi oído al saludarme
- Ya veremos - sonreí coqueta.
- Por cierto,¿todo esta bien? , no puede preguntar porque ya sabes, no tengo tu numero.
- Sí, todo fue una falsa alarma, sabes hay que arreglar eso - tomé su celular y comencé a escribir mi numero - Listo, ahora sí ya no hay pretexto.
Al verme hablar con Aiden, Sebastian de a poco fue renunciando a la lucha de llamar mi atención, porque se dio cuenta que era imposible.
Me levanté para ir por frituras y en ese momento, vi a Seiny entrar con Nadim a su costado, me giré y volví a mi lugar.
- Hola, Kai - me saludo alegré Seiny y eso frustró mi plan de sentarme e ignorarlos.
- Hola, ¿cómo estás? - respondí amable, mirándola únicamente a ella. Era consciente de que no podía odiarla por acercarse a él, porque ella desconocía que me gustaba y no haberlo dicho era problema mio.
- Muy bien, ¿a qué hora llegaste?
- La verdad es... - unos brazos me rodearon para después cargarme, rápido gire la cabeza para ver de quien se trataba y era Aiden, que conmigo en brazos saltó a la alberca.
Al salir del agua lo primero que vi fue el semblante severo de Nadim, que no apartaba la mirada y fue entonces que lo hice yo.
Durante toda la tarde me enfoque en Aiden, algunos jugaban, otros bebían y comían pero nosotros solo platicabamos, y fue así que descubrí que es dentista, tiene una clínica, la cual dirige, por eso muchas veces debe faltar a algunas reuniones. Ama los deportes extremos y me pidió acompañarlo a escalar, lo cual le dije que haría pero primero debía retomar el ejercicio para aumentar mi condición; me dio un mes para lograrlo.
- Estas personas gritan demasiado, ¿te parece si mejor vamos a alguna cafetería o algún lugar más silencioso? para poder hablar con tranquilidad - propuso Aiden con una sonrisa amable.
- Sí, eso me parece bien, solo déjame ir a recoger mis cosas.
Su mirada denotaba confusión, pero evitó indagar.
- Bueno dejame pido que muevan un carro, porque logré entrar y acomodar mi coche, pero dudo mucho poder sacarlo - se rascó la nuca apenado.
Me levanté y fui al cuarto de visitas, para ordenar mi cosas, ya estaba más tranquila así que tomé todo lo que había aventado y lo acomodé de una mejor manera.
El sonido de la puerta cerrándose a mis espaldas, ocasionó que me estremeciera, solamente gire la cabeza y pude observar a Nadim recargado en ella.
"Ay no, todo parecía estar funcionando de maravilla para mi"
- ¿No te parece que antes de irte hay algo que debes decirme?
- Emmm - fingí pensar - No, la verdad es que no, ¿te puedes hacer a un lado? por favor.
- No, la verdad es que no - me imitó.
- No estoy para juegos, dime que necesitas.
- ¿Realmente te parezco insoportable?
- Sí así es - respondí sin vacilar.
- ¿También soberbio?
- Pero claro que sí
- Y ¿te atraigo demasiado? - Ladeo una sonrisa traviesa, al no recibir respuesta prosiguió - ¿Por qué no respondes tan rápido cómo antes?
- Solamente quieres subir tu ego, está bien te ayudare un poco, sí, sí me atraes, pero eso no significa...que... me gustes - balbucee porque él comenzó a caminar hasta quedar a unos centímetros de mí.
- ¿Segura?
- Claro - fingí seguridad.
- Y si te beso ¿qué harías?
Un escalofrio recorrio cada nervio desde mi cuello hasta los pies, pase saliva y lo mire directamente a los ojos.
- Te alejaría - dije con un poco de determinación, porque no estaba segura de ser capaz de lograrlo.
Una sonrisa engreída apareció en su rostro, negó con la cabeza y se giró para darme la espalda, relaje los músculos que había tensado por imaginarlo sobre mí, cerré los ojos y fue justo en ese momento que sentí unas manos me tomaban por las mejillas y casi de inmediato los labios de Nadim estaban sobre los míos.
Eran carnosos y se movían con delicadeza, pero estaba determinada a no permitirle jugar conmigo, lo empuje y no tuvo ningún efecto, entonces le mordí ligeramente el labio inferior.
- ¡Mierda! - levantó un poco la voz, indignado.
- No vuelvas a hacerlo - tomé mi maleta y cuando comencé a caminar, él con delicadeza me tomó del brazo.
- Igual no pensaba hacerlo - murmuró soberbio.
Me solté de su agarre y caminé sin mirar atrás, en la puerta ya me esperaba Aiden.
- ¡Vaya! si tenías varias cosas.
- Ah sí - respondí roboticamente.
"Quiero besarlo, pero si lo hago perderé toda la fuerza y caeré como una estúpida, enamorarme será irremediable para mí"
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¿Puedo ser tu mayor error?
RomanceKaila recientemente ha terminado una larga relación, la cual parecía maravillosa; un día descubrió algo que acabó con todas sus esperanzas. Ahora está dispuesta a dar un cambio radical a su vida y hacer lo que nunca había imaginado... buscar un comp...